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Una juventud que necesita ser escuchada

Señor Director:

El llamado de alerta sobre la salud mental de nuestros jóvenes en Chillán es evidente. Las cifras de la última encuesta Juventud y Bienestar son alarmantes: cuatro de cada diez estudiantes se sienten inútiles y uno de cada diez ha considerado el suicidio. Estas estadísticas no son solo números; son gritos de una juventud atrapada y perdida.

Reflexionemos: ¿cuántos hemos mirado hacia otro lado al enfrentar estos datos? La vida avanza, pero los jóvenes necesitan más que sonrisas y palabras de aliento. Requieren herramientas, comprensión y un diálogo abierto. Es preocupante que un 33,7% se sienta incapaz de hablar con sus padres sobre sus problemas, lo que nos invita a repensar nuestras dinámicas familiares y sociales.

El uso de tranquilizantes y alcohol entre adolescentes revela su búsqueda de alivio en lugares peligrosos. Las redes sociales, que deberían conectar, a menudo generan soledad. Pasar más de tres horas al día en estas plataformas desconecta a los jóvenes de su entorno y alimenta la insatisfacción.

Es crucial que familias, educadores y autoridades tomen en serio esta crisis. La salud mental de nuestros jóvenes debe ser prioritaria. Chile necesita una generación valorada y escuchada, no una que se ahogue en desesperanza. Si no actuamos, el futuro de nuestra nación estará en juego. Unámonos para construir un espacio donde cada joven se sienta valioso; su bienestar es el reflejo de nuestra sociedad.

Ricardo Rodríguez

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