Sara Concha y polémica por la bandera de Israel: “Fue una señal clara, no podemos perder a un socio estratégico”

Durante la reciente Cuenta Pública del Presidente Gabriel Boric, la diputada por Ñuble y presidenta nacional del Partido Social Cristiano (PSC) , Sara Concha, junto a la candidata presidencial de la colectividad, Francesca Muñoz; generaron una fuerte polémica al exhibir la bandera de Israel y portar el pañuelo celeste, símbolo del movimiento provida.
El gesto desató reacciones cruzadas en redes sociales y en el Congreso. La parlamentaria, en tanto, defendió sus motivaciones, y su postura sobre el aborto.
– ¿Por qué decidió levantar la bandera de Israel en medio del discurso presidencial, y por qué lo hizo, además, con el pañuelo celeste provida? ¿No es una contradicción, pensando en la cantidad de niños que han muerto debido a acciones del gobierno israelí?
– Fue una manifestación que generó bastante controversia, pero nuestra intención fue clara: dar una señal política ante la política exterior que ha impulsado el Presidente Boric, particularmente en su trato con Israel. No podemos perder a un socio estratégico como ese país, pionero en tecnología, innovación e inteligencia. Esta señal no es contradictoria con defender la vida, todo lo contrario. Creemos en una política exterior basada en el diálogo, la cooperación y la paz. Y lo hicimos también porque ha habido señales ideológicas preocupantes por parte del gobierno, desde no recibir las credenciales del embajador de Israel hasta declaraciones que han tensionado la relación bilateral.
– ¿Pero no era mejor plantear esta preocupación de otra manera, en otro contexto?
– Se mezclaron dos temas, sí, pero no fue nuestra intención hacerlo de esa forma. Hubo una intencionalidad de algunos sectores en tergiversarlo, tanto de grupos pro Palestina como de adversarios ideológicos. Nuestro gesto fue profundamente político: buscamos defender la vida siempre, en toda circunstancia, y abogar por relaciones exteriores responsables.
– Respecto del proyecto de aborto sin causales, ¿Su sector votaría incluso en contra la idea de legislar, que es la que permite iniciar la discusión y plantear los distintos puntos de vista?
– Totalmente en contra. Este proyecto atenta contra la vida de un inocente, y Chile ya tiene una legislación que contempla tres causales. Para mí, ni siquiera es admisible abrir la puerta a un aborto libre hasta las 14 semanas. Un embrión a esa edad ya está formado, tiene sistema neurológico, extremidades. Esto no es una prioridad ciudadana, y me preocupa que se destinen más de 2.600 millones de pesos a un proyecto así, cuando hay muchas otras urgencias en el país.
– Pero hay otros sectores que piensan distinto. ¿No cree que cerrar la puerta al debate también impide que se escuchen otras voces?
– La democracia permite que cada parlamentario represente a quienes lo eligieron. Y yo represento una postura clara: la vida se defiende desde la concepción. No creo que estemos negando el debate, sino ejerciendo nuestro rol de oponernos a un proyecto que ya fue discutido y que intenta volver sobre algo que el país ya reguló.
– ¿Y qué le diría a una mujer que necesita abortar? No por ideología, sino porque está en una situación desesperada o definitivamente no quiere ser madre.
– Le preguntaría por qué siente que no tiene otra opción. La mayoría de las veces, detrás de esa decisión hay abandono, falta de apoyo, violencia, presión social o económica. Ahí es donde el Estado tiene que llegar antes. El aborto no puede ser la primera y única alternativa. Si realmente queremos apoyar a las mujeres, trabajemos en fortalecer la red de acompañamiento, mejorar la adopción -que lleva años estancada en el Congreso- y garantizar acceso a métodos anticonceptivos efectivos.
– Pero incluso en países como Israel, al cual usted destaca por su política tecnológica y militar, el aborto está permitido. ¿Por qué aquí ni siquiera se discute?
– Sí, pero eso no significa que tengamos que replicar todo lo que hacen otros países. Cada nación tiene su propia cultura, historia y valores. Aquí ya hubo una discusión amplia, que terminó en una legislación de tres causales. No podemos estar reabriendo permanentemente temas que ya fueron resueltos.
-¿Su postura tiene base religiosa?
– No exclusivamente. Por supuesto que mi fe influye en cómo veo la vida, pero no he argumentado desde la religión. Hablamos desde la ciencia, desde la medicina, desde los derechos. De hecho, organizaremos un seminario con profesionales del área médica para analizar este tema en profundidad. La defensa de la vida es un principio transversal.
– ¿Está usted en contra de la pena de muerte y la eutanasia también?
– Sí, en ambos casos. Soy coherente: defiendo la vida en todas sus etapas. La pena de muerte no solo es inconstitucional, sino que niega la posibilidad de una segunda oportunidad. Lo mismo con la eutanasia.
Parlamentarias: jugar dentro de las reglas
– Ud. va por la reelección. ¿Cómo ve el escenario, compitiendo junto a republicanos y libertarios?
– Tenemos una lista potente y confiamos en mantener el escaño. La competencia interna será dura, pero no somos enemigos. Lo importante es que todos juguemos dentro de las reglas, sin adelantarse ni hacer campaña fuera de plazo.
– ¿Qué opina de los debates del oficialismo y sus candidatos(as) presidenciales?
– Representan una misma línea ideológica, con matices, pero son lo mismo. Veremos cómo les va en la primaria, pero para nosotros representan una visión completamente distinta de país.
– ¿Apoya que se fortalezcan las facultades de la Contraloría?
– Sí, lo hemos planteado. Aunque no podemos presentar directamente un proyecto por ser materia del Ejecutivo, vamos a impulsar una resolución para pedirlo. La contralora está haciendo su trabajo, y los gremios que la critican están equivocados. Si alguien comete irregularidades, debe responder.