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E abril pasado, el beneficio de ganado bovino en mataderos de Ñuble alcanzó las 5.246 cabezas, presentando un aumento de 38,3% respecto del mismo mes de 2023, informó el INE. En tanto, la producción de carne en vara de bovino totalizó 1.239 toneladas, registrando un alza interanual de 41,8%.
Se trata del volumen más alto desde diciembre de 2023 (1.258 toneladas) y la más alta para el cuarto mes.
A nivel nacional, la producción totalizó 18.219 toneladas, con un alza de 23,7% en 12 meses.
Durante abril, las principales categorías de bovinos que participaron en la producción, fueron: novillos (42,8%), vaquillas (28,7%), vacas (20,8%) y terneros (2,9%).
En términos acumulados, entre enero y abril de 2024, la producción en la región totalizó 4.431 toneladas, lo que representa un 13,8% de incremento en comparación con igual periodo de 2023 (3.895 toneladas).
En los cuatro primeros meses de 2024, el 20,5% de la producción correspondió a vacas, superior al 18,4% de 2023 y al 16,7% de 2022, lo que, según manifestó Carlos Smith, presidente de Aprocarne Ñuble, se atribuye, en parte, al mayor sacrificio de vientres (vacas) por parte de los ganaderos de la región, en un contexto de estrechez económica a nivel nacional y de menor liquidez para los productores, pero que, en la práctica, significa hipotecar la producción futura.
Reducción de la masa
El dirigente ganadero aseguró que “no puede haber un aumento de producción si no hay un aumento de la masa; pero la masa, sobre todo, la masa regional, va en franca disminución. Un 40% es muchísimo, para lograr ese crecimiento tendríamos que haber aumentado la masa en un 30% hace dos o tres años, pero eso no ha ocurrido”.
En esa línea, Smith explicó que, una variación tan grande se explica, en parte, por el faenamiento de vacas. “Pero cuando uno está matando vacas, eso no es producción, porque eso es disminución de la masa; si yo sacrifico la mitad de mi masa, claro que aumento la producción, ¡pero estoy sacrificando las vacas!”.
Respecto a los ganaderos de Ñuble, sostuvo que, “no veo prácticamente a ninguno creciendo. Hay gente que estaba en la ganadería, que ya no tiene vacas; otros que las han disminuido y muy pocos que están aumentando”.
De igual forma, reconoció que la necesidad de contar con liquidez, especialmente en años malos, lleva a no pocos a vender sus vacas. “Estamos saliendo de un año agrícola malo, que productivamente no fue muy bueno y comercialmente fue muy malo. Eso puede haber significado echar mano al ganado para cumplir compromisos económicos”, concluyó.
Además, indicó que la rentabilidad ha bajado bastante, por la disminución de los precios. “El valor del ganado vivo ha caído y el de la carne también, recuerde que en el peak de la pandemia, la carne en vara se vendía a $4.800 por kilo; pero hoy los precios andan en torno a $3.300”.