Mujica, el último filósofo de la polis

Murió Pepe Mujica, el ex guerrillero uruguayo, ex político y Presidente de la República Democrática de Uruguay. El guerrillero que derivó en filósofo, cautivando a millones de jóvenes y no tan jóvenes.
Mujica es un notable caso de cómo un ser humano es capaz de ser resiliente a partir de su propia vivencia. Primero guerrillero, para luego mutar en un demócrata, y en su última etapa en filósofo, que al igual que los griegos, fue arrojando pensamientos, frases y preguntas en la polis, dirigidas fundamentalmente a los jóvenes, y a los que hoy gobiernan los países o tienen sueños de cambiar el mundo.
Mujica cuando fue prisionero de las dictaduras en Uruguay, fue salvajemente torturado. No solía hablar mucho de ello, pero arrojó varias perlas y pensamientos respecto a su propia vivencia. El primero que de ellos fue que para no volverse loco en esa cárcel siniestra, aprendió a conversar consigo mismo, y a partir de ello logró superar el odio. Y superando el odio -afirmaba- pudo considerarse un hombre feliz. “En mi jardín hace décadas que no cultivo el odio, porque aprendí una dura lección que me impuso la vida: que el odio termina estupidizando, porque nos hace perder objetividad frente a las cosas”.
Mujica usando no solamente su sabiduría propia de los filósofos de la antigua Grecia, sino que un agudo sarcasmo río platense, crítico en su etapa de filósofo a quienes pretenden cambiar el mundo sin la pausa necesaria para dejar espacio a la reflexión a la conversación y a los acuerdos.
Respecto de la tortura, dedicó algunos pensamientos a quienes se victimizan relatando una y otra vez lo que les pasó a terceros, con otros intereses. Esto le valió ácidas críticas en sus antiguos compañeros de ruta, sin embargo no se inmutó y siguió en la polis entregando y una y otra vez pensamientos ideas y orientaciones a quienes quisieron escucharlo.
Otra de sus características más notables fue su extrema austeridad, la que no varió cuando ejerció como senador o Presidente de la República. Este verdadero ejemplo de no utilizar las prebendas del estado en beneficio propio, no siempre fue bien comprendido, pero él lo hacía y reafirmaba cada vez que podía. “Pobres son los que quieren más, los que no les alcanza nada. Esos son pobres, porque se meten en una carrera infinita. Entonces no les va a dar el tiempo de la vida”.
El pensamiento de Mujica, el filósofo que saltó de la guerrilla a la política y de la política a la filosofía, ha producido un impacto en miles de jóvenes. Es una luz de esperanza en el mundo en que se desenvuelve la política hoy, donde la reyerta, la pelea chica y la falta de diálogo impide lograr aquellos objetivos que Mujica fue remarcando paso a paso en cada una de sus acciones y en cada uno de sus pensamientos.
Respecto a la democracia afirmaba: “No es perfecta. La democracia está llena de defectos porque son nuestros humanos defectos, pero hasta hoy no hemos encontrado nada mejor. Por lo tanto, es fácil perderla y es difícil volverla a ganar. Tienen que cuidarla”.
Soy un viejo raro solía decir. Nos preguntamos cuántos Mujica necesitamos para recuperar la templanza en la acción política. Nos ha dejado tarea este filósofo uruguayo. Él descansa en paz, y muchos le estamos agradecidos.