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La manifestación de ayer jueves fue distinta a las jornadas anteriores, puesto que la cultura, el arte, show musical con bandas en vivo y una olla común fueron los componentes que le dieron una nueva cara a la protesta, la cual se realizó en forma totalmente pacífica y familiar.
Fueron más de 12 mil personas las que se dieron cita en la explanada del Gobierno Regional de Ñuble, mientras que a pocos metros, en plena Plaza de Armas de Chillán se extendió un lienzo blanco, el cual se dispuso en el suelo con la intención de que los manifestantes firmaran su demanda en el telón, mientras que en el odeón se realizó una apuesta musical, donde bandas tocaron en vivo.
Desde la jornada del martes, el contingente policial que se ha dispuesto alrededor de la Intendencia ha ido disminuyendo en cantidad, lo cual fue avalado por el intendente Martín Arrau: “Estamos tratando de evitar mayor presencia, aunque los efectivos están disponibles para actuar, pero queremos que carabineros y ciudadanía no se expongan a enfrentamientos, por lo que agradezco a los civiles que han actuado de mediadores”.
Marcela tiene 29 años y pertenece a la Coordinadora de Artistas Organizados de Ñuble, agrupación que se levantó como respuesta a lo que está pasando en el país, la cual se manifiesta a través del arte.
Marcela sostuvo que “nos hemos levantado como un movimiento cultural, porque creemos que el pueblo tiene una gran cantidad de demandas que no han sido escuchadas. Esto no es azaroso. Lo que está pasando es la reacción obvia y lógica de un pueblo que se cansó de las humillaciones y ahora queda que el Gobierno responda. Creemos que no es necesario que estén los militares en la calle, no es necesario que los carabineros se comporten como lo están haciendo”.
Pese a que ayer se cumplió el sexto día de protestas en la capital regional de Ñuble, la manifestación no ha perdido asistencia. Así lo demuestra Darwin Muñoz, de 48 años, quien es constructor civil y ayer asistió a la movilización con su hijo Agustín y su esposa Victoria.
Darwin es claro en señalar que “venimos a manifestarnos, a pasarlo bien y estar en familia con todos los chillanejos que quieren un cambio. Estoy acá por la igualdad social. Es tan transversal el tema, porque ves a gente que tiene excesivamente mucho dinero y otros tantos tienen tan poco. Creo que las propuestas que anunció el Presidente son insuficientes, las intenciones valen, pero creo que no es el camino”.
Amparo Riquelme tiene 25 años y se desempeña como administrativa. No ha parado de movilizarse desde que comenzaron las protestas en Chillán para ser la voz de sus familiares que por diferentes motivos no pueden asistir. “Hoy vengo a manifestarme por mi familia, a nombre de todos mis cercanos, porque esta marcha es algo transversal que de alguna manera nos toca a todos. Este es un revuelo social histórico que va a quedar grabado como un hito para Chile”, cuenta.
Además, Amparo añade que “los 350 mil pesos como sueldo mínimo es una vergüenza, un burla para nosotros, porque a veces, por más pega que hacemos, los congresistas ganan cifras estratosféricas que realmente muestran la desigualdad que hay en el país”.