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La descentralización se esfuma de los programas presidenciales y preocupa a las regiones

La discusión presidencial avanza en el país entre recorridos y debates, pero un tema que hace no mucho ocupó un lugar privilegiado en la agenda quedó, esta vez, en un lugar secundario: la descentralización.

Gobernadores, consejeros regionales y académicos sostienen que la promesa de entregar más capacidades, autonomía financiera y poder de decisión a las regiones no solo no ha profundizado, sino que pareciera haberse detenido.

La ausencia de propuestas concretas en los programas y discursos de campaña lo evidencia.

El gobernador de Ñuble, Óscar Crisóstomo, sostiene que el proceso se encuentra estancado y fuera del debate nacional.

“Lamentablemente, vemos que la descentralización, que fue una promesa transversal hace algunos años, hoy prácticamente desapareció del debate nacional. Mientras las regiones seguimos asumiendo enormes responsabilidades para impulsar el desarrollo, los temas que afectan directamente la vida en los territorios, están ausentes de la discusión en este proceso electoral”, afirmó.

Según Crisóstomo, la falta de propuestas desde los aspirantes al Congreso es especialmente preocupante.

“Y preocupa especialmente que en el discurso de los candidatos(as) a parlamentarios(as) no existan propuestas que permitan a las regiones avanzar de manera efectiva, a través de leyes, en la descentralización, ése es el respaldo que la Región de Ñuble necesita de quienes legislan por mejorar las condiciones de su territorio”, advirtió.

Uno de los elementos más mencionados por autoridades regionales es la continuidad de la figura del delegado presidencial, que mantiene un vínculo de dependencia administrativa con el Gobierno central.

“Por otra parte, la figura del delegado presidencial, que fue presentada como transitoria, se ha convertido en un símbolo del freno al proceso de descentralizador. Mantener esa duplicidad administrativa entre gobernadores elegidos por la ciudadanía y delegados designados desde Santiago, no solo genera confusión institucional, sino que contradice el espíritu de la ley sobre Fortalecimiento de la Regionalización”, expresó el gobernador de Ñuble.

A ello se suma la lentitud legislativa. El proyecto de ley “Regiones Más Fuertes”, que busca otorgar mayor autonomía presupuestaria a los gobiernos regionales y agilizar los procesos de inversión, lleva más de dos años avanzando con lentitud en el parlamento.

“El Congreso tiene actualmente en trámite el proyecto de Regiones Más Fuertes, que busca avanzar en mayor autonomía financiera y en un nuevo pacto de descentralización efectiva. Sin embargo, su avance ha sido extremadamente lento, porque no hay decisión política clara desde el nivel central para empujar los cambios que las regiones necesitamos”, afirmó Crisóstomo.

“Gusto amargo”

Pablo Silva, gobernador de O’Higgins y presidente de la Asociación de Gobernadores y Gobernadoras de Chile (Agorechi), confirma que el desinterés de los candidatos presidenciales quedó en evidencia en un encuentro realizado en Concepción.

“Hubo un encuentro en agosto en Concepción, donde se convocó a Jeannette Jara, Evelyn Matthei y José Antonio Kast. Quiero decir que nos quedamos con un gusto amargo, poco, en relación a lo que propusieron, y en general, uno de los programas no profundiza mucho en la temática. Afortunadamente, por cercanía política he tenido un encuentro con la candidata Jara y hemos ido avanzando y ha incorporado en su programa propuestas que le hicimos nosotros. Así que esperamos mucho más”, expresó.

Sin embargo, Silva también recuerda que el incumplimiento de compromisos pasados ha afectado la confianza en el proceso.

“La eliminación del delegado presidencial fue una promesa incumplida del Presidente Boric. Lamentamos esa situación, porque era un compromiso que había establecido el Presidente, pero al parecer, cambió de opinión. Es un tema que ya no tiene vuelta atrás”, sentenció.

“No hay ganancia electoral”

La consejera regional por Punilla, Lorena Jardua (UDI), vincula la ausencia de propuestas con un clima político centrado en beneficios electorales inmediatos.

“La ausencia de los temas de regionalización en el debate presidencial es un síntoma más del estado decadente de la política chilena. Lo inmediato es lo redituable, y lo estructural y sustantivo, para la óptica de las autoridades nacionales, no implica ninguna ganancia electoral”, aseveró.

Jardua añade que la agenda descentralizadora quedó frenada tras el caso Convenios, que generó sospechas sobre los gobiernos regionales.

“En mayo de 2026 se cumplirán tres años desde que el Ejecutivo ingresó el proyecto ‘Regiones más fuertes’, interrumpido primero por el caso Convenios, que terminó por demonizar a los gobiernos regionales, y posterior a ello, no ha habido voluntad política para retomarlo”.

También advirtió que aún no se fortalecen las atribuciones de los consejeros regionales, lo que limita su rol como contrapeso y fiscalizador.

“Los candidatos no saben qué decir”

Desde una mirada académica, el investigador y vicepresidente de la Fundación Chile Descentralizado, Diego Portales, cree que el proceso vive un momento de desconcierto.

“Yo creo que hay un momento de perplejidad. La palabra que caracteriza a este proceso que se inició con fuerza hace once años, hoy vive un momento de perplejidad. Los candidatos no saben qué decir”, planteó.

Relató que en la reciente Cumbre de las Regiones, realizada en Concepción, los candidatos presentes se manifestaron a favor de la descentralización, pero sin propuestas sustantivas.

“La descentralización en otras campañas presidenciales era la niña bonita, y ahora está un poco proscrita”, añadió.

Portales también planteó que las dificultades no se explican solo por voluntad política, sino por barreras estructurales del Estado.  “El Estado de Chile tiene tal cantidad de trabas y complejidades para generar un proceso de descentralización que, aunque el Presidente sea de la región más regionalista de Chile (Magallanes), se haga tremendamente difícil avanzar”, detalló.

El investigador agregó que la fragilidad del nuevo sistema de gobiernos regionales permitió que escándalos aislados afectaran a todo el modelo.

“Puede que haya corrupción a nivel de organismos centrales, pero a nadie se le ocurre reducirle el presupuesto a algún organismo central. ¿Qué es lo que ocurre con las regiones? La criatura es muy frágil”, sentenció.

A pesar del panorama, las autoridades regionales coinciden en que la demanda por mayor autonomía sigue vigente en los territorios y que es una condición para enfrentar desafíos como productividad, seguridad y desarrollo urbano.

“Desde Ñuble seguiremos demostrando que las regiones son parte de la solución a los desafíos del país. No pedimos privilegios, sino condiciones justas para crecer con nuestras propias capacidades y decidir sobre nuestro propio futuro”, afirmó Crisóstomo.

La pregunta, para las regiones, es si la próxima administración estará dispuesta a retomar la agenda descentralizadora, o si el centralismo seguirá marcando el pulso por varios años más.

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