En febrero del 2021 se fue una de las grandes leyendas que tuvo Ñublense.
Se trata de Don Luis Venzano Justiniano, el primer portero que tuvo el Rojo en la era profesional.
El espigado golero debutó en abril de 1959 atajando en el cuadro que dirigía Martín García, en el triunfo de los “Diablos Rojos” sobre Iberia por 4-0 en el estadio Santa Laura.
Desde aquella tarde comenzó una historia de amor inquebrantable con la ciudad que lo transformó en leyenda y uno de los referentes del deporte local que fue distinguido en 2021 como ciudadano destacado por el municipio de Chillán.
Es que Don Luis se hizo chillanejo por adopción. Nació en Santiago, se forjó como arquero en la Universidad de Chile y cuando atajaba en la Cuarta Especial, comenzó a alternar en el primer equipo, donde luchaba la titularidad con Manuel Astorga, que había llegado de Iquique.
La dirigencia decidió enviarlo a préstamo a Ñublense, para que ganara roce en un año y volviera con experiencia.
“Pero ahí cambió todo. En Chillán conocí a la que fue mi señora, no volví más a la U, se acabó ese sueño y comencé otro mejor, el de ser un chillanejo de tomo y lomo y mi amor por Ñublense”, recordó emocionado el 2020 Venzano, un año antes de su muerte, en diálogo con La Discusión.
En Ñublense vivió etapas memorables, aunque en la época franciscana del club.
“Tuve grandes compañeros y amigos como el seleccionado argentino José ‘Pepino’ Borello, Oscar Romero ‘Romerito’, Rómulo Oses, Luchito Pérez, grandes jugadores. Recuerdo que antes del debut profesional en 1959, le ganamos al Ballet Azul en la cancha del Arenal por 1-0 y lo atajé todo ante jugadores como Leonel Sánchez”, evocó Luis Venzano.
Tras colgar los guantes, destacó en la ciudad como funcionario bancario, comentarista deportivo de Radio Ñuble e integrante del Círculo Italiano de Chillán. Se fue amando a Ñublense, respetado por la hinchada y dejando un legado marcado por su caballerosidad.
