En total de cuatro alertas se han registrado durante la gestión de episodios criticos de este año que se inició el 1 de abril, en el contexto del Plan de Descontaminación Ambiental que rige a la intercomuna Chillán-Chillán Viejo. Si bien, al 20 de mayo de 2018, el Gobierno había decretado 15 episodios críticos, once más que este año, las juntas de vecinos de sectores aledaños a la estación de monitoreo Purén, que registra los índices de material particulado más elevados, aseguran que la contaminación ambiental continúa afectando la salud y la calidad de vida de los habitantes.
Clara San Juan, presidenta de la junta de vecinos de la Población Purén, sostuvo que “en el sector desde las 18 horas ya no se puede respirar, todas las casas se pasan de humo, es algo intolerable, no se ven los vehículos a un metro de distancia por lo que no se puede transitar. Muchas veces las estufas están prendidas todo el día, y a quienes más afecta es a las personas mayores y asmáticas. Si se sale a comprar a esa hora los ojos pican, es el reclamo que siempre nos dicen los vecinos, porque no se atreven a salir, con los altos índices ya deberían usar mascarillas”.
La dirigenta vecinal agrega que “si tuviéramos más árboles habría menos contaminación, pero no tenemos áreas verdes. El recambio de calefactores es muy poco para la inmensa población que lo necesita. También es necesario subsidios para electricidad, porque deberían prohibir el uso de leña definitivamente”.
En la Población Wicker, el presidente de la junta de vecinos, Patricio Conejeros, afirmó que “nos afecta mucho por el tema de la salud, pues gran parte de nuestros vecinos son adultos mayores. Desde la ventana no vemos la calle, solo humo, porque la mayoría de las casas tienen estufas encendidas, por las tardes es peor”.
“Muchos de los vecinos no consideran el recambio porque piensan que esas estufas calefaccionan menos. Además prefieren la leña porque está a su alcance, y no seca, porque es mucho más cara. Desde mayo la contaminación es continua porque no todos respetan las normas. Cuando hay restricción baja un poco, pero por este sector no hemos visto a Salud fiscalizando, no sé de ningún vecino que haya sido multado”, añadió Conejeros.
En tanto, María Montecinos, presidenta de la junta de vecinos Central de Chillán, detalló que “la gente tiene que recurrir al Hospital porque la contaminación es muy alta. A las 9 de la noche no se pueden ver ni siquiera los semáforos, los ojos empiezan a llorar y es terrible el olor a humo. Le planteamos al seremi si pueden considerar algún subsidio a la electricidad y a la parafina. Nosotros tenemos pocos árboles, y los que tenemos contaminan, porque son plátanos orientales”.
Fiscalizaciones
Al 20 de mayo de 2018 se decretaron 15 episodios críticos: ocho Alertas, seis Preemergencias y una Emergencia. En ese periodo se registraron un total de 32 sumarios a viviendas y tres a empresas. Este año, al 19 de mayo se cursaron 22 sumarios, que corresponde a la fiscalización de dos episodios críticos. En 2018, 360 sumarios terminaron con multas de un promedio de 5 UTM por infractor. 80 sumarios solo concluyeron en amonestaciones.
La seremi de Salud, Marta Bravo explicó que luego de iniciado un sumario, los equipos técnicos evalúan si corresponde una multa, amonestación o sobreseimiento. “Dentro de los criterios para determinar una multa está verificar si se trata de una reincidencia, o es la primera falta cometida; luego depende de los descargos que presente la persona dentro de 5 días hábiles”.
Las apelaciones se realizan en la Seremi de Salud, al igual que el pago. Las multas pueden ir de 1 UTM a 1.000 UTM.
Diferencias
Junto al monitor Inia, la estación Purén está validada para obtener registros de niveles de contaminación en el marco del PDA. De acuerdo a datos del Sistema de Información Nacional de la Calidad del Aire (Sinca), ayer a las 18 horas marcó 84 ug/m3, mientras Inia registró 19 ug/m3 en el mismo horario.