Aunque hoy solo existe el pronóstico del tiempo atmosférico, con programas en televisión y aplicaciones para móviles, en unos diez años debiera fortalecerse y masificarse el pronóstico del clima espacial, según señaló en Concepción el experto del Instituto de Investigaciones Espaciales de Brasil Clezio Marcos de Nardin.
Este desarrollo será necesario para monitorear en tiempo real variables asociadas al clima espacial como las tormentas solares, los campos magnéticos solar y terrestre y las eyecciones de partículas del sol que impactan continuamente a la parte alta de la atmósfera terrestre, la ionósfera.
Esta capa atmosférica es una región donde la energía del sol ha ionizado una fracción del gas atómico y molecular de la atmósfera, ubicada sobre los 80 kilómetros de altitud. Este efecto permite las comunicaciones satelitales, especialmente las de GPS, claves en la navegación marina, terrestre y área o en otras actividades como la minería, la astronomía o la transmisión eléctrica.
Para avanzar en esta línea de desarrollo, el Centro de Física de la Alta Atmósfera (CInFAA) -formado por las universidades de Concepción, La Serena y Adventista de Chillán- firmó recientemente un convenio con el Instituto de Investigaciones Espaciales para ser parte de su red de monitoreo, según explicó el físico Dr. Elías Ovalle Miranda, integrante del Departamento de Geofísica de la U. de Concepción.
De esta manera, el Centro chileno pone a disposición sus dos ionosondas y dos magnetómetros instalados en Chillán y La Serena. En tanto, los investigadores chilenos tendrán acceso y uso de los datos que entregue la importante red del instituto brasileño. Así, se unen esfuerzos para que, en el mediano plazo, se unan las redes de observación de la ionósfera de Brasil, Chile, México y Argentina para formar un centro latinoamericano de pronóstico del clima espacial.
La idea de esta iniciativa es que se informe constantemente a la comunidad acerca de la condición de lo que ocurre en el Sol y su interacción con la atmósfera y el campo magnético de la Tierra. Según detalló el investigador Clezio de Nardin, en unos diez años “ya se darán alertas continuas sobre clima espacial, relacionadas a cambios que ocurran en el campo magnético del Sol, a las tormentas solares que afectan a la atmósfera terrestre y sobre las modificaciones en el campo magnético de la Tierra que también afectan la ionósfera”.
Estas alertas tienen una gran importancia práctica, pues permiten tomar decisiones cuando se observan perturbaciones en las comunicaciones satelitales, que incluso pueden provocar la pérdida total de la señal electromagnética, lo que impacta peligrosamente la necesaria continuidad de las comunicaciones de varias actividades cotidianas, como por ejemplo de los aeropuertos.