Señor Director:
¿Cuánto optimismo por el próximo proceso constituyente se le puede pedir a la ciudadanía, tomando en cuenta la forma que está tomando? Se especificó en el Acuerdo por Chile que el Comité de Expertos estaría conformado por “personas de indiscutible trayectoria profesional, técnica y/o académica”; pero con los 24 expertos ya designados, hay casos en donde ese requisito de “indiscutible trayectoria” pareciera que se pasó por alto.
1 de los 4 cupos UDI recayó en Hernán Larraín, ex ministro de Justicia y DD.HH., quién paradójicamente fue un abierto defensor de Colonia Dignidad y su fundador Paul Schäfer: ¿Es de indiscutible trayectoria profesional haber hecho caso omiso a los crímenes de lesa humanidad, abusos sexuales, secuestros y más atrocidades llevadas a cabo por el pederasta alemán?
También será parte del Comité, pero en representación de Renovación Nacional, el abogado y ex rector de la Universidad Autónoma, Teodoro Ribera, quien mientras dirigía dicha casa de estudios, estuvo en el ojo del huracán tras una serie de investigaciones por lucro. Jamás fue sancionado, pero las pruebas de ganancias ilícitas, acreditaciones irregulares y demás, sí existieron.
Otro de los cupos RN fue adjudicado a Katherine Martorell, quien hace poco incurrió en declaraciones falsas respecto al presidente de la república, pues irresponsablemente afirmó que Gabriel Boric tenía conocimiento de que
Lucia Dammert sería citada por el FBI a declarar tras supuestas asesorías a un político mexicano quien tenía nexos con el cártel de Sinaloa. A pesar de la desmentida del FBI, Martorell jamás se retractó.
Cuesta creer que estas personalidades son acreedoras de incuestionable trayectoria profesional y ética; da la impresión que el fracaso de la Convención Constitucional sólo sirvió para amargar el paladar oficialista y ensalzar a una oposición que parecía estar totalmente degradada.
De los errores se aprende, pero al parecer la institucionalidad chilena poco aprendió.
Bruno Navarro Cabrera
