Sigue pendiente superar rezago de infraestructura de transmisión eléctrica en Ñuble
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Luego de 17 meses de tramitación en el congreso, hace algunas semanas se aprobó la Ley de Transición Energética que el presidente Gabriel Boric promulgó precisamente en Ñuble, el pasado 20 de diciembre. Con esta ley, prevén actores públicos y privados, se generan las herramientas para destrabar las obras de expansión de la transmisión urgentes que no se han podido concretar en la región de Ñuble, como, por ejemplo, las ampliaciones de las líneas Charrúa-Chillán y Monterrico-Cocharcas.
La normativa, si bien aborda variados temas del sector, es clave para regiones que exhibe un evidente rezago de infraestructura de transmisión eléctrica, como es el caso de Ñuble, donde hay obras que han estado postergadas por más de cinco años y cuyos presupuestos referenciales datan de la prepandemia, por lo que están muy desajustados respecto de los valores de mercado actuales. Basta mencionar que la sexta licitación de las ampliaciones de Charrúa-Chillán y de Monterrico-Cocharcas fue declarada desierta en ambos casos en noviembre pasado.
En esa línea, la ley incorpora un mecanismo para el desarrollo de obras que sean necesarias para el sistema eléctrico y que, por su urgencia, deban ser excluidas del Plan de Expansión que incluye umbrales máximos del valor de estas obras, con el objeto de resguardar el carácter excepcional del mismo.
En el caso de las obras para la Región de Ñuble, durante los primeros cinco años desde la publicada la ley, se podrá considerar un monto adicional máximo del 5%, por sobre el límite del 10% que es para el resto del país.
De acuerdo a lo anunciado por el ministro de Energía, Diego Pardow, se prevé publicar las resoluciones reglamentarias de la ley en febrero próximo, de manera que en seis meses más se puedan contratar las obras necesarias y urgentes de Ñuble. “Actualmente, se está trabajando para que las resoluciones reglamentarias, que regularán los mecanismos más urgentes que incorpora la ley, como son la revisión del valor de inversión de carácter permanente y transitorio, la licitación de las obras de ampliación por los propietarios y el mecanismo para determinar las obras necesarias y urgentes que se excluyen del plan de expansión, puedan publicarse en el Diario Oficial durante el mes de febrero de 2025”, aseveró.
El secretario de Estado también se refirió al rol que tendrán los propietarios de las líneas en la ejecución de las obras, ya que, con la ley, tendrán una responsabilidad directa en la contratación, a diferencia de lo que ocurría hasta hace poco, en que la Comisión Nacional de Energía licitaba y adjudicaba.
“En cuanto al modelo de contratación, en primer lugar, la ley establece de manera expresa que el propietario de la obra de ampliación es el responsable de la supervisión y correcta ejecución de la obra hasta su entrada en operación. En consecuencia, ante un término anticipado del contrato el propietario podrá tomar posesión de la obra o licitarla para que su ejecución quede en manos de un tercero”, subrayó Pardow.
Rezago
Según coinciden autoridades y empresas del sector, avanzar en estas obras de transmisión es un imperativo para la región, considerando que el rezago de infraestructura ha significado que vastas zonas de Ñuble no cuenten con la potencia necesaria para que se puedan concretar inversiones. Estimaciones privadas apuntan a que hay más de 1.300 proyectos de inversión que no cuentan con la factibilidad de conexión eléctrica (a las redes de distribución de Copelec y CGE), tanto en la zona sur de la región como en la zona norte, principalmente de los rubros agrícola, agroindustrial e inmobiliario.
Lo anterior, critican los gremios productivos de Ñuble, ha significado un freno para el crecimiento económico de la región, que exhibe las mayores tasas de desempleo y pobreza del país, ya que, por un lado se destinan esfuerzos para atraer inversiones, pero por otro, no hay energía suficiente para que éstas se puedan materializar.
“La energía tiene un poder transformador, transformar vidas y comunidades; pero el déficit energético ha sido un obstáculo crítico para Ñuble”, afirmó Ricardo Salman, presidente de la Corporación de Adelanto y Desarrollo de Ñuble (CorÑuble).
Si bien se han ejecutado algunas obras de infraestructura que han permitido dar un alivio momentáneo a determinadas zonas, como la nueva subestación Montenegro (San Ignacio) o la ampliación de la subestación Santa Elvira (Chillán), sigue latente el riesgo de blackout o de racionamiento durante el verano en ciertas localidades rurales, dado que la red, particularmente en la línea Charrúa-Chillán, está al borde de su capacidad.
No hay nuevas obras
Patricio Lagos, gerente general de la distribuidora Copelec, quien ha sido uno de los principales críticos del rezago de infraestructura de transmisión que afecta a la región, reflexionó que, “en línea con el segundo tiempo que necesitan las energías renovables nos parece adecuado enfrentar las restricciones de transmisión que impiden el crecimiento de la colocación eficiente de más energía renovable en la matriz energética, y al mismo tiempo, creemos que es fundamental enfrentar el problema de transmisión que impide la concreción de proyectos de electrificación que dificultan el crecimiento de la región y del país”.
Por ello, precisamente, es que el ejecutivo aseguró que no basta con la concreción de las obras en Charrúa-Chillán y Monterrico-Cocharcas, de hecho, existe una lista de proyectos de transmisión pendientes en la región, algunos de los cuales ni siquiera han sido priorizados por la autoridad, por lo que existen zonas, como la Provincia de Itata, que no vislumbran una solución en el corto plazo y donde la problemática no es solo la nula factibilidad de conexión para nuevas inversiones, sino que la permanente inestabilidad de la red que lleva a continuos cortes de suministro.
Ejemplo de lo anterior es la línea Itahue-Hualqui, que se extiende desde el norte de la región del Maule hasta Concepción y que cruza la Provincia de Itata, pero que fue rechazada en abril de este año por el Servicio de Evaluación Ambiental sin que hasta ahora se conozca una fecha para resolver el recurso de reclamación pendiente que interpuso el titular. Tampoco existe certeza sobre la concreción de las subestaciones Las Delicias y Coiquén, ambas en Quirihue, que son clave para la conexión de proyectos de generación eólicos y fotovoltaicos que se evalúan en Itata. De hecho, hay megainversiones que ya cuentan con su aprobación ambiental, pero cuya ejecución está supeditada a la concreción de dichas subestaciones.