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Senadores por Ñuble defienden reforma al sistema político

La esperada reforma constitucional que busca modificar el sistema político electoral volvió a ser postergada en el Senado, en medio de divisiones internas y estrategias dilatorias impulsadas por sectores que se oponen al proyecto.

Pese a que el texto contaba con apoyo transversal, su votación fue nuevamente aplazada, a la espera de nuevas conversaciones lideradas por el Gobierno.

El senador por Ñuble, Gustavo Sanhueza (UDI), abordó el escenario con mesura, aunque reafirmó la importancia de la iniciativa para ordenar el sistema político.

“El aplazamiento del proyecto obedece principalmente a la resistencia de ciertos sectores políticos y de algunos parlamentarios independientes, por el establecimiento del umbral del 5% de votación nacional que se exigirá a los partidos, para acceder a escaños de representación parlamentaria”, sostuvo.

El legislador destacó que el retraso no debe ser motivo de alarma, siempre que sirva para generar mayores acuerdos.

“Yo no dramatizaría con este aplazamiento, porque se enmarca en las atribuciones legislativas que tenemos los parlamentarios, y si esta dilación contribuye al mayor consenso posible, es sano finalmente para el espacio democrático de discusión de éste u otros proyectos”, dijo.

A su juicio, lo relevante es que se cumplan los plazos comprometidos.

Esperamos que a la vuelta de la semana regional, es decir, a fines de mayo, el Senado despache este proyecto a la Cámara de Diputados, y podamos terminar con el multipartidismo descontrolado, ordenar el sistema político y frenar el discolaje”, subrayó.

Agregó que “no hay que olvidar que uno de los aspectos que aborda la iniciativa es la pérdida del cargo para quienes, habiendo sido patrocinados por un partido, deciden renunciar a su tienda política. En ese sentido, la reforma busca que seamos leales a la voluntad ciudadana manifestada en cada elección”, agregó.

Oficialismo dividido

Desde la vereda del oficialismo, la senadora, Loreto Carvajal (PPD), también manifestó su respaldo a los cambios que impulsa la reforma, destacando la necesidad de fortalecer la institucionalidad partidaria.

“No podemos seguir permitiendo que cada molestia personal o interés individual dé origen a un nuevo partido. Eso genera un sistema caótico que aleja a la ciudadanía de la política”, advirtió.

Ambos legisladores coincidieron en la urgencia de avanzar hacia un modelo político más estable, con partidos sólidos y un marco normativo que garantice mayor gobernabilidad. Sin embargo, el desafío no será menor, considerando que aún persiste la resistencia en algunos sectores que han condicionado su apoyo a futuras indicaciones o a iniciativas paralelas impulsadas por el Ejecutivo.

Por ahora, el debate continuará en las próximas semanas, con la expectativa de que el proyecto sea finalmente votado a fines de mayo en la Cámara Alta.

Pese a ello, hay quienes son pesimistas, y creen que el umbral para los partidos no alcance a aplicarse para este año, dada la división sobre el tema al interior del oficialismo (Socialismo Democrático está a favor, mientras que el FA, el PC y la DC tienen reparos).

Por esta razón, el ministro de Segpres, Álvaro Elizalde, ya inició conversaciones para impulsar un paquete de ajustes en paralelo, que pueda ponerse en práctica a partir de marzo de 2026.

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