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El mundo empresarial y deportivo de Ñuble está de luto tras la muerte del ex presidente de Ñublense, Casiano Andrade Vera, reconocido empresario forestal de Quirihue que salvó de la quiebra al cuadro chillanejo inyectándole recursos propios al club cuando estuvo a punto de “bajar la cortina” en la década del 90’.
Su cuerpo fue encontrado en su vivienda de calle Esmeralda, Quirihue, hasta donde llegó carabineros y más tarde la Policía de Investigaciones. Por orden del fiscal de turno, su cuerpo fue trasladado al SML de Chillán.
Casiano Andrade era dueño de la empresa empresas CAV y de las entonces Radios Conífera y Casandra, las que finalmente vendió.
Como timonel del elenco de los diablos rojos se caracterizó por aportar dinero de su patrimonio para pagar sueldos, ayudar a jugadores y pagar pensiones cuando escaseaban los recursos en el club.
Fue un empresario altruista que ayudó en reiteradas ocasiones a vecinos de escasos recursos y apoyó diversas causas solidarias.
La muerte del empresario caló hondo en la hinchada y jugadores del Rojo en los 90’.
“Tengo los mejores de los recuerdos durante y después de su administración en Ñublense reconociendo que muchas veces los recursos salían de su alcance económico, pero lo más destacable es el amor incondicional al deporte y a nuestro querido Ñublense, en lo personal fue el quien decido hacer mi primer contrato como futbolista el año 95, siempre esperando que me pudiera desarrollar de la mejor manera en el fútbol profesional y al inicio de mi carrera como docente vio en mi las competencias para poder ejercer en la escuela de fútbol Cav que se desarrollaba en Quirihue ya el año 2005. Sin duda quedará grabado a fuego en el deporte ñublensino y en mi persona”, afirmó el ex lateral Jimmy Castro.
Por amor a Ñuble
Filántropo por esencia –no hay actividad en la zona del secano de Ñuble que no haya contado con su apoyo económico- Casiano Andrade Vera fue un activo futbolista amateur durante su juventud.
Integrante de varios directorios, como el de 1995 que encabezó Sergio Gómez, Andrade -al igual que Iraira- debió salir al paso en más de una ocasión ante la complicada situación económica.
Eran tiempos además donde se vislumbraban las sociedades anónimas llamadas por entonces a poner freno a los sueldos impactos y crisis de los clubes. En este escenario, el empresario -junto a Reinerio Iraira y antes dirigentes como Renato Solar, todos con un marcado arraigo en Ñuble- no dudaron en colocar dinero de su bolsillo en innumerables ocasiones frente al temor que en el futuro el club fuera tomado por dueños foráneos.
“Nosotros hicimos una gestión para que Ñublense fuera de Chillán y toda la gente asistía al estadio porque consideraba al club como propio y por eso todo el sacrificio y aporte que en un momento determinado realizamos. Siempre lo hicimos pensando en la gente de Chillán”, comentó el empresario en declaraciones a especial de LA DISCUSIÓN con motivo del Centenario del cuadro rojo el año 2016.
Alfredo Bravo, arquero chillanejo de esos años, reconoció también la importancia de estos dirigentes mecenas para mantener al club a flote.
“(En los años 90’) pasaron varios presidentes, pero quienes más aportaron de sus bolsillos fueron Casiano Andrade y Reinerio Iraira, nos pagaban con sus cheques. Por ejemplo, faltaban diez millones de pesos y los ponían. Durante los años en que estuve en Ñublense aquellos dirigentes sacaron muchos millones de sus bolsillos”, agregó.
Los funerales del empresario quirihuano serán comunicados oportunamente.