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Las autoridades rusas se han negado por tercer día consecutivo entregar a la familia el cadáver del líder opositor Alexéi Navalni, quien falleció repentinamente y sin causa aparente el pasado viernes en una prisión ártica en Rusia. “La investigación aún está en marcha, pero por el momento los resultados de esta investigación no se han hecho públicos y, de hecho, se desconocen”, afirmó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, durante una rueda de prensa telefónica.
De acuerdo con el equipo de Navalni, ni a familiares ni asociados se les dejó entrar. “A uno de los abogados literalmente lo sacaron a empujones”, informó uno de sus miembros.
Alexéi Navalni, conocido por ser el mayor disidente de Vladímir Putin, se encontraba encarcelado en la cárcel “Lobo Polar”, ubicada cerca del Polo Norte y conocida por ser uno de los lugares de reclusión más recónditos de Rusia.
La madre de Navalni, Liudmila, llegó el sábado a la localidad de Jarp, en el distrito autónomo de Yamalo-Nénets, donde se halla la prisión. En el momento de su muerte, confirmó que se había reunido con su hijo el pasado 12 de febrero y lo había encontrado de “buen ánimo, alegre y sano”.
El Comité de Instrucción de Rusia, encargado de llevar a cabo la investigación, aún no ha establecido la causa de la muerte de Navalni, y no está claro cuánto tiempo les llevará a las autoridades determinarla. Las únicas declaraciones dadas por su entorno cercano sobre su muerte son las de su madre, a quien le habían comunicado su fallecimiento a causa del “síndrome de muerte súbita”.