Ruralidad de Ñuble concentra mayoría de las incautaciones de marihuana este 2025

Un mensaje con una gráfica incluida, para destacar el contenido, de la unidad de Comunicaciones de Carabineros, informaba que este 2025, se registra un total de 1,5 toneladas de drogas incautadas entre las regiones de Antofagasta, Coquimbo, Metropolitana, Ñuble y La Araucanía.
No es de extrañar que la de Ñuble esté entre esas cinco zonas que han destacado este primer trimestre por procedimientos e incautaciones de diversos tipos de drogas, puesto que tanto Carabineros como la Policía de Investigaciones han declarado una mayor cantidad en kilos dentro de estos meses, que lo realizado a igual fecha en 2024.
Sin embargo, si hay algo que ha sido característico de esta temporada en la región, es la cantidad de procedimientos relacionados con el tráfico de marihuana. Ya sea por los resultados que se ha ido generando con los planes de Gobierno, como el MT-0 o el Plan Cannabis o bien, porque la calidad de las tierras de nuestras zonas rurales y la cantidad de predios forestales de difícil acceso, sigue siendo un verdadero atractivo para el mundo del tráfico.
Este año, Carabineros suma 213 kilos incautados, mientras que la Brigada Antinarcóticos de la PDI logró sacar de circulación un total de 113 kilos, lo que en el caso de la policía civil es casi cuatro veces más que lo decomisado el año anterior a esta misma fecha, cuando se alcanzaron los 32 kilos.
La última concurrencia de connotaciónla realizó Carabineros, con un total de 93 kilos de marihuana elaborada que fue encontrada por el OS7 dentro de un furgón hallado tras un accidente en la ruta 5 Sur, a la altura de San Nicolás.
San Nicolás, como otras comunas, por ejemplo, Ñiquén, Bulnes, San Ignacio, Quillón, Yungay o San Fabián, se han repetido de manera insistente en estas acciones investigativas.
Con los ojos investigativos puestos en la ruralidad, se debe mencionar que el primer procedimiento realizado este 2025 fue por parte de Carabineros, en el sector de Tres Esquinas de Bulnes, el pasado 3 de enero, lo que terminó con la detención de tres personas que vendían estas sustancias, uno de ellos con antecedentes penales por lesiones y violación. Ese mismo mes, el OS7 encontró 1.300 plantas en el predio forestal El Cacique, de Pemuco, junto a una ribera.
En menos de una semana, se encontraron otras 307 plantas, esta vez en el sector Los Laureles, de Yungay; luego se detuvo a una mujer con envoltorios de cannabis y cocaína, en Quillón; mientras que, en febrero, los uniformados lograron desbaratar una banda de traficantes que contaban con gran poder de fuego, y que se guarnecían entre Cabrero y Yungay.
En total, Carabineros realizó ocho procedimientos de mayor envergadura por plantaciones o venta de marihuana en sectores rurales de Ñuble, mientas que la PDI, completó seis, una concurrencia más que en 2024.
“Por lo anterior, queda de manifiesto que si bien este año tenemos un número inferior de incautación de plantas del género Cannabis en comparación con el 2024, pero hemos aumentado la incautación del alucinógeno a granel en proceso de secado, con ello, en ambos años hemos logrado impedir que la sustancia ilícita haya sido cosechada y comercializada por estructuras criminales en la región del Ñuble y con ello el incremento del patrimonio con la obtención de ganancias ilícitas producto de esta actividad sancionada en la Ley Nº 20.000”, explicó el subprefecto, Jonathan Silva, jefe de la Brianco, de la PDI.
Pese a que en otras regiones del país, ya se habla del potente fenómeno de la narcoagricultura, que apunta a la sociedad entre traficantes y agricultores para realizar plantaciones como si se tratase de medieros, en Ñuble, ni la PDI, ni Carabineros, ni los alcaldes de las comunas citadas ni el gremio de los agricultores dicen tener razones para confirmar su presencia en la zona.
Aunque, como lo establece el agricultor Alfredo Schmidt, “ya hay mucha evidencia de cómo el narcotráfico ha ido permeando todas las esferas sociales y políticas del país, porque mueven demasiado dinero. Acá en Ñuble, no tengo a ciencia cierta conocimientos sobre algún agricultor que esté metido en eso, pero lo terrible es, considerando la situación de muchos agricultores de la zona, que eso es perfectamente posible”.
En bosques y en ríos
En lo que respecta a los procesos investigativos llevados por la Brigada Antinarcóticos y Contra el Crimen Organizado Chillán, la mayor cantidad de incautaciones de plantas del género cannabis, se encuentran situadas en lugares inhóspitos y de difícil acceso.
De acuerdo al subprefecto Silva, en las diversas incautaciones de plantas de marihuana, en relación a los últimos años, “no se han realizado procedimientos policiales con incautación de plantas inmersas en cultivos de hortalizas ni en frutales, toda vez que estas incautaciones han sido detectadas en lugares inhóspitos, de difícil acceso y próximo
s a predios forestales.
Carlos Smith, director de la Asociación de Agricultores de Ñuble, añadió que “lo que nosotros normalmente nos encontramos es plantaciones en predios forestales, cuando son de estas incautaciones grandes que realizan las policías, pero también se encuentran plantas, aunque en menores cantidades en las orillas de los ríos, escondidas muchas veces entre la zarza o la maleza”.
Incluso él mismo dice haber encontrado dentro de sus predios agrícolas, “huellas que no tenían por qué estar ahí, las hemos seguido y nos llevan a grupos de como 10 plantas al lado del río. Probablemente son personas que quieren tenerlas para el consumo personal y así evitar comprarla, pero es algo que ha sido habitual desde hace muchísimos años”.
En la Asociación, luego de ser parte de la mesa de Seguridad Rural, han aportado con recursos para entregar a Carabineros material logístico como camionetas 4×4, para aumentar los patrullajes y ampliar la cobertura, considerando que además, han sido fuertemente afectados por la delincuencia, tanto en robos de insumos agrícolas, como dentro de sus propios domicilios y el siempre presente abigeato.En la PDI explican que “la estrategia institucional denominado este año Plan Cannabis 2025, tiene como principal objetivo la erradicación de cultivos ilícitos de Cannabis con la finalidad de neutralizar y desarticular organizaciones criminales dedicadas al cultivo de este alucinógeno, logrando como efecto, que dicha droga no llegue a las diferentes comunas de la Región y con ello evitar que estructuras criminales procedan a comercializar dicha sustancia ilícita en los distintos sectores y luego consumida en sectores públicos”.
Teniendo en consideración que el consumo de droga “viene ligado a rencillas entre bandas criminales por apoderarse de ciertos territorios o casas utilizadas como focos de venta de drogas, disparos injustificados que tienen por objeto intimidar a bandas rivales o silenciar a vecinos a no denunciar o robos, entonces, como PDI prospectamos escenarios futuros y estamos constantemente capacitándonos para investigar todos los delitos de alta complejidad en la Región”, añade el subprefecto.
Casas del porte de un colegio
Hasta la fecha, en la región de Ñuble se ha formalizado solo un caso por el delito de lavado de activos, el que derivó en una candena en mayo de 2024.
Sin embargo, este caso no fue vinculado con venta de drogas, sino mas bien con el desvío de millonarios fondos desde una empresa agroindustrial, por parte de uno de los administrativos, quien finalmente fue detenido por la PDI.
Pese a esto, en la región sí se cuenta con una Brigada de Lavado de Activos en la Policía de Investigaciones, sobra la que reposa la obligación de establecer esos delitos que son consecuencia de la venta de drogas, como negocios fraudulentos o con fondos imposibles de justificar, además del súbito aumento de patrimonio por parte de algunos particulares.
Y aunque a la fecha no ha habido casos de esa naturaleza en nuestra zona, “ya todos saben que muchas personas que se han estado viniendo de otras partes a vivir a enormes parcelas, en el sector rural, es consecuencia del lavado de dinero”, acota Alfredo Schmidt.
La observación es totalmente acogida por alcaldes como los de la comunas de Quillón Felipe Catalán, o Mauricio Catoni, de Ñiquén, dos de las comunas que llevan años siendo objeto de procedimientos por tráfico de drogas.
Catalánejemplifica el problema relatando que “acá hay gente que se está haciendo casas del porte de un colegio. Una estaba en el centro y hace poco fue allanada por la policía y hay otra en un sector rural de la comuna”.
El jefe comunal de Quillóncoincide con Alfredo Schmit respecto a que “hay mucha gente ligada al mundo narco que se ha estado comprado parcelas en este sector. El problema es que nosotros somos la puerta de entrada a dos grandes ciudades como son Concepción y Los Ángeles, entonces, lamentablemente, no ha llegado la mejor gente. Ya no somos ese balneario tranquilo de antes, en donde las personas se podían ir de sus cabañas, volver a los seis meses y encontrar todo igual”.
De todas formas, en la comuna del balneario han sido pioneros en diversas iniciativas de seguridad rural y de acuerdo a los informes municipales, sólo Chillán y San Carlos los superan en gastos asociados a la seguridad rural.
Un problema de “salud pública”
Para alcaldes como los de San Ignacio, Quillón, Coihueco y tantos otros en Ñuble, es sinceramente imposible dar lucha contra el tráfico de drogas o contra las plantaciones de marihuana que se realizan con cada vez más desparpajo.
En la última hallada por la PDI, en San Ignacio, “era un invernadero del porte de un galpón”, comentaron en la Brianco.
El autor de la plantación ya tenía antecedentes por Ley 20.000 y era oriundo de esa misma zona.
La idea de que se trata de personas “de otros lados” o de extranjeros que trajeron nuevos métodos de delinquir al país, siempre ha pesado tras estos hechos, pero no es exacto plantearlo así.
De hecho, los últimos detenidos no solo han sido chilenos, sino que “eran personas de acá mismo, gente que todos conocemos desde niños”, dice el alcalde de Ñiquén, Mauricio Catoni, quien no esconde que esto representa una realidad “muy dolorosa para todos quienes hemos vivido por siempre en esta comuna”.
Al jefe del consistorio ñiquenino tampoco le acomoda demasiado la imagen del narcotraficante yéndose a vivir a alguna parcela del sector.
“Últimamente han llegado cientos de familias a vivir a esas parcelas. No sería serio decir que todos son traficantes, ¿no? Quizás uno de cien, aunque tampoco puedo negar que eso exista”, añade.
A su juicio, existe, sin embargo, un problema no menos complejo que la presencia de traficantes en su comuna.
“Hay muchas personas que consumen y lo hacen en la vía pública, como si fuera algo normal. Entonces, cuando llamamos a Carabineros, ellos no vienen, nos dicen que no pueden hacer nada porque es un problema de salud pública”, acusa.
Catoni advierte que “ya he pedido ayuda a la jefatura de San Carlos y si no hay respuesta, seguiré con el prefecto o con la general, en Chillán. Si no me responden, llegaré hasta el general director, así que espero, ahora que hay un seremi de Seguridad, que nos den la ayuda necesaria”