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Señor Director:
Ha partido al descanso eterno, un amigo de sus amigos, los que eran muchos. Puedo decir que fui una
de ellos y hoy he sentido una profunda tristeza, pues fuimos muy cercanos en este período de su larga
enfermedad.
En estos días se dirán muchas palabras en relación a su personalidad y su legado, pero a mí me queda la
responsabilidad de terminar un libro que comenzamos, para contar la historia de los Palavecinos y sus tra-
diciones campesinas. Fue una promesa que le debo cumplir. Algo esbozamos en otro libro el 2018: Presencia
Italiana en Chillán. Cincuenta historias de familias. Pero el que está en construcción es solo de la familia
Palavecino que se estableció en la comuna de San Nicolás y en la población Santa Elvira y que instaló una
chichería, que con el pasar de las generaciones se ha transformado en una de las mejores picadas de Chile,
con características muy propias de la gastronomía tradicional y de la música chilena. Todos los chillanejos
la conocemos. Grandes personalidades han ido al local Onde ‘l Pala a pasar un buen momento.
Disfruté tanto las innumerables historias que me contara Rómulo y que grabé para este futuro libro. Nos
reímos mucho en esas reuniones telefónicas. Pero lo más sobresaliente e inolvidable que puedo decir de
él, dice relación con su optimismo a toda prueba, aún en los momentos más aciagos; el amor incondicional
por su familia y sus amigos y la claridad y convicción de lo que quería legar. En sus palabras: “A mis hijos
les diría que, no se olviden jamás de sus raíces, del folclore, les solicitaría que mantengan el campo de las
familias y las tradiciones por siempre. Les aconsejaría que, mantengan la cultura y las raíces. Que además,
sean bondadosos como su abuelo y su padre, que presten el local para actos de beneficencia, que conside- e
ren ayudar a la gente, que no pierdan todo ello que hemos cultivado por años. Esta es la mejor forma que
conozco para honrar a mis ancestros italianos y chilenos”.
Para finalizar, diré que Rómulo fue un ser humano libre y ahora lo es más que nunca.
Alicia Romero Silva