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Reconocen buenas prácticas que promueven la convivencia, la inclusión y buen trato en escuelas de Ñuble

“Buenas Ideas para una Mejor educación”, programa de la Superintendencia de Educación, destacó nueve iniciativas, siete en la categoría “Buenas Ideas” y dos en la categoría “Semillero”. Son estrategias valoradas por su impacto, creatividad y compromiso con la mejora educativa.

“Jaque con alegría”, la resolución pacífica de conflictos a través del ajedrez

En la Escuela Básica Santa Carolina, que se ubica en Quirihue en el km 7 camino a Cobquecura, el ajedrez es la estrategia que ha permitido reducir los conflictos y mejorar la convivencia en el establecimiento multigrado que este año tiene una matrícula de 13 estudiantes, de tercero a octavo básico.

“Teníamos un problema de convivencia debido a que los estudiantes solamente jugaban fútbol en los recreos, no tenían otra forma de entretenerse, entonces terminaban con conflictos porque muchas veces los más grandes le pegaban muy fuerte a la pelota, empujaban a los más chicos o porque un equipo ganaba y el otro perdía. Se enojaban, llegaban a clases molestos y costaba mucho empezar con las distintas asignaturas”, explicó Jaime Cáceres Merino, director de la escuela.

Tras diagnosticar el problema, el equipo docente trabajó en una alternativa para motivar un juego menos brusco y fomentar el buen trato entre pares, por lo que adquirieron tableros de ajedrez y comenzaron a enseñar este juego y sus reglas en los tiempos libres como el recreo, horario de colación o la espera del furgón escolar. El resultado fue notorio, mejoró el clima recreativo y los alumnos retornaban a las aulas tranquilos y contentos.

“Cumplimos los objetivos que nos planteamos en un inicio, que era mejorar la autoestima, la inclusión de los estudiantes, entendieron que se podía ganar, pero también se podía perder. Mejoramos la empatía, la tolerancia, el respeto por las reglas de juego y la resolución de conflicto por medio de la práctica del deporte”, indicó.

Posteriormente, la escuela comenzó a realizar campeonatos internos de ajedrez donde los estudiantes demostraron sus capacidades para este juego. También asistieron a torneos comunales y regionales, obteniendo el 1° lugar comunal femenino, entre otras participaciones destacadas.

“Los deportes emblemas nuestros son el fútbol y el ajedrez. El ajedrez se tomó un gran terreno dentro de los gustos de los niños en cuanto a deporte y recreación”, agregó el director.

Talleres para fortalecer valores y habilidades socioemocionales

“Juntos somos Convivencia”, así se denomina la buena idea reconocida por la Superintendencia de Educación, y creada por la Escuela Básica Vegas de Concha, en Ránquil, para fortalecer los valores y las habilidades socioemocionales mediante tres líneas: talleres mensuales por curso, la campaña “Actos Prosociales del Mes” y círculos de la palabra.

Esta estrategia escolar tiene por objetivo fomentar una cultura de respeto, empatía, solidaridad y cooperación, desarrollar autorregulación, escucha activa y resolución pacífica de conflictos, visibilizar y reforzar conductas prosociales e involucrar a la comunidad en la promoción del buen trato.

“Esta estrategia nace luego de la pandemia, descubrimos que había nudos críticos en el área socioemocional de nuestros estudiantes, entonces, implementamos esta estrategia para poder subsanar todas estas deficiencias que tenían los niños, a través de talleres de educación emocional para que los niños puedan ir regulando sus emociones autoconociéndose. Además, implementamos talleres con los apoderados para poder entregarle estrategias para que puedan comprender a sus hijos y poder trabajar de mejor manera, unidos en pos de mejorar la salud mental de los niños, de los apoderados y de toda la comunidad educativa”, explicó Victoria Vidal, encargada de Convivencia Educativa.

Los resultados de estas iniciativas han impactado de manera positiva tanto en los estudiantes como en la comunidad escolar en general. “Han mejorado con estos talleres en ser niños más alegres, más participativos, trabajan en equipo con sus compañeros de manera alegre, cooperativa. También hemos tenido avances con los apoderados, que están comprometidos con la unidad educativa, con su hijo y con el establecimiento”, indicó Noelia Jiménez, directora del establecimiento.

Por su parte, el alcalde de Ránquil, Nicolás Torres, aseguró que este reconocimiento es un premio al esfuerzo que realizan los establecimientos municipales para entregar una educación de calidad. “La Escuela Vegas de Concha por mucho tiempo se ha caracterizado por ser una comunidad educativa unida que trabaja no solamente por los niños, sino que también de las familias que componen la comunidad educativa. Esperemos seguir del mismo modo en el resto de las escuelas con harta energía, con hartas ganas en este sistema educacional municipal fortalecido que hemos tratado de impulsar”, dijo.

Inclusión, apoyo a la primera infancia y participación

En el Instituto Santa María de Chillán la iniciativa “Comunidad que incluye: Diversidad que enriquece, participación que transforma” fue reconocida por promover la inclusión educativa. Los objetivos son promover una cultura de inclusión y buen trato; garantizar acceso, permanencia y aprendizaje mediante prácticas pedagógicas diferenciadas; y fortalecer el desarrollo socioemocional, autonomía e independencia (con foco en API y transición a la vida adulta).

El director Cristián Flores Escalona explicó que esta estrategia “surge tras el retorno a la presencialidad post pandemia, cuando detectamos dificultades en el desarrollo del lenguaje, la motricidad, la autorregulación y los hábitos saludables en nuestros estudiantes más pequeños. Frente a ello, implementamos un plan basado en cinco ejes: apoyo a la primera infancia, participación estudiantil, hábitos saludables, transición a la vida adulta e inclusión desde el aula”.

Entre los programas más relevantes destacan API “Creciendo Juntos”, orientado a prekínder y primero básico, que trabaja el desarrollo motor, el lenguaje y la autorregulación emocional; y “Sabores que Acompañan”, que promueve una alimentación equilibrada y la autonomía en hábitos de higiene y cocina.

Los principales resultados de estas experiencias son mayor participación y visibilización de estudiantes con necesidades educativas especiales; fortalecimiento del vínculo escuela-familia; avances en autonomía y habilidades sociales (TEA/Síndrome de Down); instalación de coenseñanza y adaptaciones en aula; y comunidad más empática, con detección y apoyos tempranos.

“Estos programas, implementados desde los años posteriores a la pandemia, han generado cambios significativos en los estudiantes, mejorando su motricidad, lenguaje y hábitos alimenticios. La estrategia es liderada por el Equipo PIE junto a los docentes de los niveles involucrados, quienes han sido clave para su correcta ejecución y seguimiento”, agregó.

Líderes escolares promueven el respeto, la empatía y el buen trato

La iniciativa “Líderes por el Buen Trato” se desarrolla en el marco del fortalecimiento de la convivencia escolar y la formación ciudadana, destacando el rol activo del Centro de Estudiantes de la Escuela Juan Madrid Azolas como agente formador de una cultura de respeto, empatía e inclusión. El grupo de líderes estudiantiles impulsa diversas estrategias comunicacionales y participativas, como la revista “La Voz Estudiantil” y la radio escolar, espacios gestionados directamente por los alumnos para difundir mensajes orientados al buen trato y la resolución pacífica de conflictos.

Además, el Centro de Estudiantes organiza campañas, intervenciones y actividades recreativas que promueven la participación, la reflexión y el compromiso de toda la comunidad educativa, transformando su labor en un espacio concreto de formación ciudadana y liderazgo positivo.

“Líderes por el Buen Trato se concibe como una estrategia de formación de liderazgo estudiantil, enfocada en promover el respeto, la empatía y la resolución pacífica de conflictos. Su objetivo es empoderar a niños y niñas como agentes de cambio positivo dentro de su comunidad escolar, fomentando una convivencia armónica desde el protagonismo estudiantil”, explicó la directora Margot Barrera.

Esta buena idea se organiza en tres fases principales: Formación de líderes estudiantiles mediante reuniones mensuales sobre liderazgo positivo, comunicación, resolución de conflictos y trabajo colaborativo. Intervención en espacios escolares, especialmente en recreos y actividades comunitarias, donde los líderes acompañan, median e impulsan campañas por el buen trato. Y difusión comunitaria, a través de afiches, mensajes podcast y presentaciones en actos escolares, modificación de espacios en la escuela.

Esta estrategia educativa ha fortalecido la participación activa y propositiva de los estudiantes, especialmente aquellos que antes no se sentían escuchados o reconocidos. Los líderes han contribuido a visibilizar los intereses de sus pares formando parte de las mejoras y de las decisiones. Asimismo, las campañas impulsadas por los propios estudiantes han tenido alta recepción, generando conciencia y movilización en torno a valores como el respeto, la inclusión y la empatía.

Potenciar habilidades artísticas y musicales en un entorno inclusivo

“Talento sin barreras” es la propuesta inclusiva que ejecuta la Escuela Básica Juan Madrid de Azolas y que aborda la discapacidad en contexto escolar. Busca potenciar los talentos artísticos y musicales de estudiantes con discapacidad visual mediante trabajo interdisciplinario (PIE, docentes de asignatura y profesorado jefe), tecnologías accesibles, agrupaciones por interés con pares con y sin discapacidad e involucramiento activo de familias (talleres/acompañamiento).

“El propósito es eliminar barreras de participación y aprendizaje para estudiantes con discapacidad visual y/o necesidades educativas especiales, promoviendo espacios donde se valoren las habilidades individuales y se desarrollen sus talentos, especialmente en áreas como la música, el arte y la expresión. El enfoque central es demostrar que la discapacidad no limita el potencial creativo ni la capacidad de destacar. Los talentos están presentes en todos nuestros estudiantes en un ambiente donde formamos un solo equipo”, detalló la directora Margot Barrera.

La ejecución de la iniciativa se desarrolla en fases: levantamiento de necesidades, diseño colaborativo de las estrategias, implementación de talleres y actividades, y evaluación participativa. “Las propuestas fueron articuladas con el Plan de Gestión de la Convivencia Escolar y el Proyecto Educativo Institucional (PEI), asegurando su alineación con los objetivos institucionales”, agregó la docente.

La participación docente ha sido clave. Los equipos docentes PIE y Música se involucran activamente en la planificación e implementación de la estrategia y generación de espacios de reflexión pedagógica. “Destacamos su compromiso y disposición a innovar en sus prácticas. Un liderazgo fuerte de la coordinadora Sara Pérez y del docente Carlos Barrientos”, precisó Margot.

Los principales resultados alcanzados son mayor participación y visibilización de estudiantes con discapacidad en actividades colectivas, desarrollando sus talentos en ambientes seguros y respetuosos. Crecimiento del sentido de pertenencia y autoestima en los estudiantes participantes. Mejoras en el clima de aula y relaciones interpersonales, lo que ha sido evidenciado en encuestas de percepción, informes de convivencia escolar y observaciones pedagógicas, resultados SIMCE indicadores complementarios. Además, se ha fortalecido una cultura escolar basada en los principios de respeto, inclusión, colaboración y participación activa de todos los actores educativos.

Espacios que conectan: Inclusión y habilidades sociales para la neurodivergencia en recreos y comedor

La Escuela Villa Jesús de Coelemu resalta por promover la inclusión de estudiantes neurodivergentes, especialmente con condición del espectro autista (TEA), en espacios escolares menos estructurados, como los recreos y el comedor. Inspirada en el modelo Remaking Recess (UCLA), la propuesta transforma estos momentos cotidianos en oportunidades de aprendizaje social y emocional.

“Nuestra escuela cuenta con una matrícula cercana a 580 estudiantes, de los cuales aproximadamente 200 son estudiantes neurodivergentes solo considerando la condición de autismo. Detectamos que muchos de ellos no disponían de herramientas sociales para iniciar o mantener interacciones: les costaba pedir ser parte de un juego, seguir las reglas sociales implícitas o sostener conversaciones con sus compañeros. Ante esa falta de apoyos, algunos terminaban caminando solos, quietos en una esquina o buscando exclusivamente la contención del adulto”, señaló Jonathan Hernández, director del establecimiento.

“A ello se sumaba que el ambiente del recreo y el comedor era muy poco predecible y altamente estimulante: ruido intenso, movimiento continuo y cambios rápidos. Esto generaba sobrecarga sensorial, lo que dificultaba aún más su participación y, en ocasiones, derivaba en conductas de desregulación emocional, no por mala intención, sino porque el entorno no respondía a sus necesidades”, agregó.

Es por ello que, durante los recreos se organizan juegos tradicionales guiados por profesionales del PIE, fomentando la comunicación, el respeto por turnos y la regulación emocional. En el comedor, se implementó el uso de tarjetas con preguntas, chistes y dibujos que estimulan la conversación y el vínculo entre pares. Estas acciones han permitido que los estudiantes participen activamente, compartan y aprendan a convivir en contextos naturales, fortaleciendo la empatía y el sentido de pertenencia en toda la comunidad educativa. Estos espacios se han transformando en escenarios de inclusión, bienestar y encuentro, donde los estudiantes se sienten parte del grupo y cuentan con apoyos concretos para relacionarse.

“No se trata de aplicar un protocolo rígido, sino de reorganizar el entorno con apoyos visuales, juegos cooperativos, zonas delimitadas y mediación activa entre pares”, destacó.

Previene + IA: Conectando familia y escuela para prevenir

Previene+ IA es una iniciativa innovadora desarrollada por la Escuela Villa Jesús de Coelemu, y que utiliza inteligencia artificial para anticipar posibles crisis conductuales en estudiantes con desafíos emocionales o conductuales, especialmente aquellos con diagnóstico de Condición del Espectro Autista (CEA). El sistema se compone de dos aplicaciones móviles: una para las familias, donde informan variables como sueño, alimentación y eventos familiares; y otra para la escuela, que registra factores del entorno educativo. La IA analiza estos datos y predice el nivel de riesgo (bajo, medio o alto) de desregulación conductual. En caso de alerta alta, tanto la familia como la escuela reciben notificación inmediata, permitiendo planificar estrategias preventivas y reducir situaciones críticas.

“Surge de la necesidad de anticipar y prevenir situaciones de niveles de respuestas inesperadas o desregulación en los estudiantes, como continuidad de Convive+ IA, pero más focalizado. Combina datos de la escuela y del hogar para identificar señales tempranas y orientar intervenciones oportunas. Su objetivo es mejorar el bienestar, fortalecer la convivencia escolar y apoyar a profesionales y familias en la toma de decisiones”, explicó el director de la escuela.

La estrategia comenzó a implementarse en 2024, primero como un piloto y luego como dos aplicaciones móviles que permiten predicciones colaborativas entre la escuela y los apoderados.

La participación profesional y docente fue fundamental, aportaron datos suficientes por medio de bitácoras para el aprendizaje del modelo, más la retroalimentación respectiva sobre los patrones detectados.

“Los impactos más visibles han sido: Menos episodios localizados, gracias a la identificación temprana de estudiantes en riesgo. Mejor autorregulación emocional, pues las intervenciones se realizan antes del conflicto. Mejor clima de aula y continuidad de las clases y mayor coordinación con las familias, lo que fortalece la corresponsabilidad”, sostuvo el docente.

Semillero de Buenas Ideas: Transición escolar de alumnos TEA y psicomotricidad

La Superintendencia de Educación destacó dos iniciativas en Ñuble que corresponden a la categoría “Semillero”, que son aquellas prácticas en etapa inicial que, aun cuando están en proceso de consolidación, ya evidencian un alto potencial transformador.

Una es la que implementa la Escuela Básica Ranchillos, en Yungay, se denomina “Transición de la diversidad educativa” y su propósito es acompañar los procesos de transición escolar de estudiantes con diagnóstico TEA, asegurando una adaptación emocional, social y académica adecuada al pasar de un ciclo educativo a otro. Incluye actividades articuladas entre niveles (prebásica a 1° básico y 8° básico a educación media), manteniendo continuidad en los apoyos y coordinación entre docentes, educadores diferenciales y equipos directivos. Se promueven visitas, inducciones, reuniones y actividades de socialización que fortalecen la confianza, reducen la ansiedad y fomentan la inclusión educativa efectiva.

Los resultados indican que los estudiantes han demostrado mayor seguridad, autonomía y confianza frente a los cambios de rutina y entornos. Los docentes, a su vez, evidencian mayor tranquilidad y preparación al conocer previamente las estrategias y apoyos requeridos para acompañar a los estudiantes. La articulación entre escuelas fortaleció la inclusión y consolidó una red colaborativa entre comunidades educativas rurales, mejorando el bienestar y las oportunidades de aprendizaje de los alumnos con TEA.

La segunda estrategia reconocida se llama “Prácticas psicomotrices: Jugando se vive”, creada por la Escuela Villa Jesús de Coelemu. “La iniciativa surge frente a la preocupante disminución del tiempo que niñas y niños dedican al juego libre —especialmente al aire libre—, situación que limita su desarrollo integral y se ve agravada por factores como la inseguridad, el aumento del uso de pantallas, la falta de espacios verdes y rutinas sobrecargadas. Esta realidad evidencia la necesidad urgente de revalorizar el juego como un derecho y como una experiencia fundamental para la infancia”, detalló el director Jonathan Hernández.

Los objetivos son asegurar un desarrollo integral e inclusivo, reconociendo la diversidad y garantizando que todos los niños y niñas, incluyendo aquellos con características neurodivergentes, accedan a experiencias significativas. Fortalecer la psicomotricidad como herramienta pedagógica clave, contribuyendo a mejorar la calidad educativa mediante el desarrollo físico, emocional, social y cognitivo. Crear un espacio seguro de juego y exploración libre, que favorezca la autonomía, creatividad, autorregulación y competencias sociales, respetando los ritmos y particularidades de cada niño y niña.

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