En un momento durante este año el viejo Cine O’Higgins, que fue levantado tras el terremoto de 1939, pudo haber vivido sus horas finales, si no hubiera sido porque la Municipalidad de Chillán rechazó la demolición de la estructura, abandonada a su suerte en los últimos años.
El deterioro de esta obra arquitectónica de 1940, el vandalismo al que fue sometida especialmente en su interior, la carencia de recursos para su rehabilitación, llevaron a que AIEP, el instituto de educación superior que se instalará en la ciudad el 2020, pusiera sus ojos en esa edificación para levantar, respetando la fachada, una sede de cuatro pisos.
Según los antecedentes disponibles, la entidad tuvo conversaciones bastante avanzadas con la familia propietaria del ex cine y solo restaba que la Municipalidad dictara la orden de demolición para que el negocio se concretara y AIEP comenzara a levantar su sede en la capital regional.
Pero, desde el municipio hubo reticencias y aprensiones relacionadas con el carácter patrimonial que posee en la actualidad y además, por el hecho que la Seremi de las Culturas pretende adquirirlo para generar un gran proyecto enfocado al desarrollo artístico.
Desde la Municipalidad de Chillán, el director de Obras Municipales, Flavio Barrientos, planteó tajantemente que no existe ninguna decisión respecto de la demolición del antiguo cine, mientras que desde AIEP reconocieron extraoficialmente que no tienen ningún plan de infraestructura asegurado para su aterrizaje en la ciudad.
En todo caso, la orden de demolición fue tramitada al interior de la Municipalidad de Chillán, pero nadie estaba dispuesto aparentemente a deshacerse de un edificio que si bien no tiene un uso específico y sigue deteriorándose, pertenece a la memoria histórica de la ciudad post terremoto y parece ser un emblema de la arquitectura moderna.
María Soledad Castro, seremi de las Culturas, planteó que “el ex cine O’Higgins es un inmueble de conservación histórica y como lo dice su nombre, la voluntad de la ciudad es conservarlo”.
La autoridad agregó que desde la Seremi de las Culturas “solicitamos un informe al MOP sobre su estado estructural y éste indicó que es posible su reforzamiento y recuperación, por lo tanto, no corresponde la demolición”.
Castro subrayó que “como Ministerio de las Culturas nos interesa tal como está y estamos trabajando en el perfil para comprarlo e instalar allí el Cecrea (Centro de Creación) de la Región de Ñuble”.
El arquitecto Claudio Martínez Cerda, agregó que “este edificio está en la lista de edificios de interés histórico del Plan Regulador y por lo tanto, no se puede demoler, sino que entiendo solo reparar, ampliar o someterlo a obras menores”.
“La idea impulsada por la Seremi de las Culturas que sea el archivo regional parece una buena iniciativa, también es compatible con un Centro de la Cultura y las Artes que ponga en valor el rico patrimonio artístico y cultural de Chillán a través de sus personajes emblemáticos”.
Martínez agregó que “si el Instituto AIEP es capaz de concebir un proyecto que preserve la actual estructura del cine O’Higgins, con una intervención de arquitectura contemporánea, siempre y cuando se cumpla el requisito de preservar y conservar el edificio, el uso de un establecimiento educacional no es incompatible con la función histórica y originaria del cine. En todo caso, la idea impulsada por la Seremi de las Culturas creo que debería ser una opción prioritaria”.
La arquitecto y revisora independiente, Carmen Mora Zamudio, agregó que “analizar la demolición de un edificio como ese es ciertamente complejo. En este tipo de casos el Estado le carga los dados al privado, siendo que lo lógico es que para poder preservarlo, el gobierno disponga de recursos para comprar los inmuebles que quiere preservar”.
Además, remarcó que el lugar no sería el más idóneo para una institución “que atraerá muchos estudiantes y una cantidad importante de carga vehicular, generando posiblemente un impacto vial importante en la zona”.
El también arquitecto y artista visual, José Luis Gacitúa, indicó que lamentablemente, si no existe la voluntad de la familia dueña del inmueble de mantenerlo y la Municipalidad no tiene interés en su preservación, no sería extraño que se pierda como otros edificios de la ciudad.
Gacitúa subrayó que si la familia, la Municipalidad e instituciones no están alineadas para defender el patrimonio local, no es mucho lo que se puede hacer para conservar la memoria arquitectónica local.
Agregó que si se perdiera el Cine O’Higgins, éste sería un caso emblemático de desidia ciudadana, tanto como lo que pasó en Constitución entre el Paseo Arauco y 5 de Abril, donde fue levantado un “galpón de estética indignante, lo que llevó a que esa cuadra dejara de tener valor importante”.
El profesional destacó el aporte de la Unidad de Patrimonio de la Municipalidad de Chillán, pero “si no hay una protección mayor, lo que haga la UPA no va a alcanzar y van a seguir cayendo edificios emblemáticos, pues el modelo social económico apunta a eso, apunta hacia la destrucción de la arquitectura social y promueve la construcción de edificios egocéntricos, donde más priman los intereses privados que el interés común”.
En tanto, Pedro Ramos, presidente del Colegio de Arquitectos de Ñuble, planteó que “antes que todo hay que entender que esta construcción se encuentra identificada en la categoría de inmueble de conservación histórica en el actual instrumento de planificación urbana de Chillán, por lo tanto, amparada por la legislación de patrimonio urbano, y en este sentido, es impensable contravenir las normas urbanísticas que aplican sobre este tipo de edificación”.
Pero sostuvo que no se puede dejar de destacar que haya “inversionistas privados que sopesen este arquetipo de obra bajo una mirada de resguardo que permita rescatar el valor significativo que la comunidad le ha dado en el tiempo”.
Ramos destacó que el Colegio piensa que “con los antecedentes en mano, cabe concluir que necesariamente la comunidad deberá conocer el destino que puede tener esta edificación, para ser evaluado por las nuevas autoridades regionales de Ñuble, que deben defender el patrimonio cultural y social de la ciudad a la mano de inversiones privadas”.
El Cine O’Higgins fue destacado en un informe elaborado por tesistas de la UBB que sirvió de base para una presentación al Consejo de Monumentos Nacionales y que tiene como finalidad convertir un amplio cuadrante céntrico en barrio típico.
En el documento se expone que “el edificio articula y es determinante como referente urbano del eje Libertad, el cual forma un conjunto de valor patrimonial que parte en el acceso ferroviario de la ciudad con la Estación de Ferrocarriles y que remata en los edificios Servicios Públicos y la Plaza de Armas”.
Además, se resalta “su arquitectura de clara influencia moderna con elementos ornamentales en su fachada principal propios del Artdeco, en el que se observa una composición volumétrica que jerarquiza el uso principal del inmueble el cual se retrae para configurar un volumen de dos niveles de destino comercial”.