La subsecretaria de Agricultura, Ignacia Fernández Gatica, analizó el impacto que se pretende lograr con la Estrategia Nacional de Soberanía para la Seguridad Alimentaria desde la perspectiva de la producción agrícola, cuyas primeras diez medidas ya fueron anunciadas por la cartera y que tienen por objetivo “reforzar la seguridad alimentaria y el resguardo del derecho a la alimentación desde la soberanía”.
En entrevista con LA DISCUSIÓN, aseguró que “lo principal es resguardar el derecho a la alimentación. Hemos pasado por años bien duros en términos de lo que significó la pandemia, la guerra y el impacto de eso en términos de inflación y un ámbito fundamental de la inflación es el alza del costo de los alimentos; sabemos que eso ha implicado que un número importante de hogares han tenido dificultades para la compra de alimentos. Y en ese sentido, lo que hace esta estrategia es proponer medidas que permitan asegurar a los hogares una mejor alimentación; pero por otro lado, y por eso es tan importante el rol que como Ministerio podamos jugar, mejorar las oportunidades que los productores tienen de incrementar su productividad y, por lo tanto, los ingresos, pero también sus canales de comercialización, queremos fortalecer la capacidad de producción local”.
¿Con esta estrategia también se abordan desafíos pendientes de la agricultura?
Justamente, porque el problema de la seguridad alimentaria tiene que ver con cuestiones que están radicadas en el ámbito de la agricultura, o sea, hoy día la agricultura familiar tiene una serie de brechas, en términos de productividad, de capacidades de comercialización, de acceso a información de mercado para negociar mejores precios, que son temas que tenemos que abordar y que obviamente van a tener un impacto final en el bolsillo de los hogares, en términos de alimentos más baratos, pero que parten desde el inicio de la cadena, desde los productores.
En los últimos 30 años vemos una disminución de la superficie de cultivos tradicionales y una de las medidas de la Estrategia es el Programa de producción sostenible de cultivos tradicionales, que podría mitigarla.
No sé si necesariamente ampliar superficie; yo creo que es bien importante ser realista respecto de las condiciones de mercado, dado que los productores han ido transformando su producción porque ven menos oportunidades en algunos cultivos que no tienen precios de mercado, este año hemos enfrentado, por ejemplo, una crisis importante con la producción de maíz y los productores van reconvirtiéndose; pero sí nos interesa mucho poder resguardar que quienes se mantienen en rubros tradicionales, puedan mejorar sus condiciones de producción y de comercialización. Y eso es parte fundamental de lo que está detrás de este programa, mejorar las condiciones de riego, los suelos en los cuales tienen lugar estos cultivos, y sobre todo, la productividad, producir más en la misma superficie, por eso, no necesariamente vamos a ampliar hectáreas, pero sí hacerlas más productivas.
¿Por qué se perdió tanta superficie de cultivos tradicionales?
El origen del problema tiene que ver con la entrada de productos extranjeros a menor costo que han ido ocupando crecientemente el mercado y que, sumado también a las condiciones climáticas, hacen cada vez menos atractiva y más costosa la producción de algunos de estos cultivos, entonces, por eso digo que tampoco podemos ir contra las condiciones globales del mercado en términos de reconversiones de cultivos a otras producciones que son muchas veces más rentables y que, por lo tanto, ofrecen mejores oportunidades. Pero nuestro diagnóstico justamente tiene que ver con que, a pesar de este proceso, que es de bien larga data, nos interesa mucho proteger lo que esto significa en términos del resguardo de patrimonios tradicionales, de formas de hacer tradicional y de una alternativa que puede ser mucho menos costosa y que es relevante para los hogares también en términos de producción.
Pero hay que considerar que el aporte de la pequeña agricultura a la oferta nacional es bajísimo.
Es bien baja y podría ser mayor en la medida que se mejore su productividad, o sea, que puedan producir más quintales en la misma cantidad de hectáreas.
Pero considerando que tienen una baja participación y, por lo tanto, un efecto marginal en términos de mercado, ¿no deberían trabajar también con los medianos y con los grandes?
Por cierto. Aquí depende también mucho de qué productos, pues hay una serie de productos de consumo de los hogares que el grueso de la producción viene de agricultores pequeños, por ejemplo, las hortalizas. Otros productos, no, y requieren que la pequeña agricultura se vincule de mejor forma. Aquí, cuando decimos mejorar productividad y canales de comercialización, tiene que ver con vincularlo con cadenas productivas mayores y, por tanto, que puedan ser parte de los circuitos de comercialización y sumarse en mejores condiciones a los espacios que el mercado les ofrece. Muchas veces los problemas que enfrentan tienen que ver, por ejemplo, con centros de acopio que fijan precios respecto a los cuales ellos tienen muy poco espacio de opinión y de competencia. Entonces, no se trata solo de trabajar con la pequeña agricultura, ciertamente también con la agricultura de mayor escala, de manera tal de mejorar las condiciones de acceso de los productores a estas cadenas de comercialización con un impacto que esperamos que vaya teniendo en el precio final de los productos para los hogares.
