Share This Article
Al ser Ñuble una región de producción agrícola, es en esta época en donde se producen grandes quemas para incinerar los desechos que generan las cosechas del verano. Es común ver durante marzo y abril los cielos de Chillán, y otras comunas, cubiertos de un humo intenso, por donde la luz del sol pasa y produce un efecto rojizo. Pero es, además, en este periodo del año, donde se genera más contaminación del aire por todo lo que significa una quema de rastrojos de trigo, avena o maíz.
Si bien es una opción rápida, que puede demorar solo una tarde, la calidad del aire empeora sustancialmente y junto con el frío de las mañanas puede generar enfermedades respiratorias y un aumento en las consultas en los recintos de salud.
Es la Corporación Nacional Forestal (Conaf) que cada año recibe cientos de solicitudes de agricultores o empresas, pidiendo la autorización correspondiente para iniciar una quema. La corporación analiza que las condiciones del día sean aptas (poco viento y temperaturas normales), para que se de paso al proceso.
En comparación a 2023, durante este año las solicitudes rondan en las 2.700, pero se espera que luego del periodo, se tenga un comparativo más detallado.
El director de Conaf Ñuble, Juan Salvador Ramírez, indicó que durante el 2023 “se realizaron 37.000 mil hectáreas de quemas controladas, con la recepción de 2.700 avisos de quemas correspondientes. Para este 2024 la proyección es similar en cuanto a superficie y avisos”.
El proceso empezó el pasado 20 de marzo en las comunas de Chillán, Chillán Viejo, Pemuco, Yungay y El Carmen. A la fecha, en toda región está permitida la actividad. “Un punto muy importante, es que en el caso de las comunas de Chillán y Chillán Viejo el uso del fuego se permite hasta el 14 de abril por el comienzo del Plan de Descontaminación Atmosférica (PDA)”, complementó Ramírez.
Visión del gremio
Según indican desde la Asociación de Agricultores de Ñuble, el periodo de quemas se ha ido retrasando durante las últimas décadas “debido a los incendios y el cambio climático”.
Así lo destacó el presidente de la asociación, Carlos González, quien sostiene que “estamos avanzando rápidamente para recuperar los suelos, pero el cambio climático nos ha hecho ir retrasando los periodos de quema y cada año se han ido atrasando más”. Detalla que eso trae otras consecuencias, “en que se atrase mucho la siembra en algunos cultivos, sobre todo en el caso del raps. En mediados de marzo deberían estar empezando ya las siembras”.
González destaca que no se está en condiciones “para que una quema se nos escape, por lo que este proceso se está dando ahora más tarde. Un porcentaje muy bajo se nos escapa, casi nulo”.
Durante los últimos años han surgido alternativas para evitar que se realicen este tipo de quemas y con ello disminuir el riesgo de incendios y también de contaminación. En este punto, González aclara que “los agricultores lo están haciendo, no todos pueden, pero por ejemplo se usan cosecheras con picadoras, para el residuo de la paja. Muchas hectáreas de trigo son enfardadas también, para tener alimentación invernal o se vende al sector frutícola”.
“Hay tecnologías que no han funcionado, hay una máquina que recoge todo, pero sin humedad, es difícil que la paja se descomponga, por lo que no ha habido mucho éxito”, concluye González.
En este punto, el director de Conaf Ñuble añade que comenzaron con un plan piloto en la comuna de Yungay, en coordinación con la Municipalidad. “Esto se trata de la reincorporación de desechos y producción de maxifardos”. Explica que este piloto “resultó exitoso y abarcó 2.000 hectáreas de la comuna. Este 2024 nos propusimos avanzar en otras comunas que presentan mayor cantidad de quemas como lo son El Carmen y Pemuco, manteniendo también la comuna de Yungay. Hasta la fecha se han trabajado 1.300 hectáreas en estas tres comunas”.
El problema de la contaminación
Desde la Seremi de Medio Ambiente reiteraron que las quemas agrícolas pueden deteriorar significativamente la calidad del aire, “al liberar contaminantes como partículas finas y gases nocivos, afectando la salud y el medio ambiente”, según lo explicado por el seremi, Mario Rivas.
Añade que “la práctica debe ser controlada y seguir las directrices de la autoridad para minimizar riesgos, incluyendo el potencial de incendios. Considerando que iniciamos el proceso de elaboración de un nuevo PPDA para el Valle Central de Ñuble, la quema agrícola será un tema a discutir entre los actores, por la importancia del tema en nuestra región y las denuncias asociadas a este tipo de prácticas”.
“Alentamos siempre la adopción de métodos alternativos de manejo de residuos, como la incorporación de los residuos al suelo y con ello disminuir la dependencia de las quemas y promover la sostenibilidad ambiental”, concluyó la autoridad.