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Productores de cerezas de Ñuble advierten una temporada incierta en rendimientos y en retornos

Una temporada incierta advierten los productores de cerezas de Ñuble, tanto en los rendimientos como en los retornos por las exportaciones. Factores climáticos han afectado huertos no solo en la región, sino que también en otros valles de la zona central.

A pesar de ello, el Comité de Cerezas del gremio Frutas de Chile (ex Asoex) informó esta semana que, según la encuesta aplicada entre el 10 y 17 de octubre entre sus asociados a nivel nacional, la proyección de exportaciones para la temporada 2025-2026 alcanza 131 millones de cajas, cifra muy similar a lo estimado en abril de este año y levemente superior a la registrada en la temporada anterior.

Desde el Comité precisaron que, si bien por la fecha en que se realizó la estimación, aún podrían producirse ajustes menores conforme avance la temporada, ésta será la única estimación oficial que entregará el Comité.

“Esta cifra es una fotografía temprana de la temporada. Podría haber ajustes acotados a medida que avancemos en cosecha y logística, pero nuestra expectativa sigue siendo un volumen muy similar al del año pasado. El foco está en hacer bien las cosas, con énfasis en la calidad, el cumplimiento y el apoyo a la comercialización”, señaló Claudia Soler, directora ejecutiva del Comité de Cerezas de Frutas de Chile.

Actualmente, Chile representa el 96% de las exportaciones de cerezas del hemisferio sur. Asimismo, China es el destino de más del 92% de las cerezas exportadas por Chile.

En Ñuble, en tanto, existen 3.062 hectáreas de cerezos (Catastro Frutícola 2024), lo que representa el 4,01% del total nacional. Corresponde al segundo rubro frutícola de la región, después del avellano europeo, pero desde la perspectiva de la generación de empleos, es el más importante. Por latitud, clima y variedades, las cosechas en esta zona comienzan en la segunda quincena de noviembre y se extienden durante diciembre, por lo que no siempre llegan a destino en las fechas de mejores precios, previo a la celebración del Año Nuevo Chino.

La cereza chilena es tan apetecida por los chinos, que las primeras frutas que se cosecharon esta temporada (variedades tempranas), en Colchagua, se vendieron a precios excepcionalmente altos (58 dólares por kilo) en el gigante asiático tras viajar por avión y arribar el 17 de octubre.

Sin embargo, a medida que avancen las semanas y arriben a los puertos chinos las cerezas chilenas, el precio alcanzará un equilibrio. La pregunta de todos los años es si habrá una sobreoferta que empuje los precios a la baja, tal como ocurrió la temporada pasada, calificada como una de las peores de la historia tras el récord de envíos y el desplome de los precios.

Menor producción

Elena Yáñez, ingeniera agrónoma y productora de cerezas de Coihueco, quien, además, preside el GTT de cerezas en Ñuble, resumió que “está siendo una temporada muy incierta por algunos eventos climáticos adversos para la producción de fruta y particularmente de cerezas”.

Detalló que, “primero, en invierno tuvimos una mala calidad de horas frío con subidas inesperadas de temperaturas entremedio, luego, algunas heladas intensas en agosto, para terminar con eventos de lluvia durante todas las semanas que duró la floración en los cerezos, lo que provocó lavado de polen y menor viabilidad de estos. Esa condición también afectó el trabajo de las abejas, con menos vuelos y pecoreos por lluvias y días nublados, afectando también la polinización. Dadas esas condiciones seguimos viendo mucha pasma o aborto de frutos, lo que se agrava en condiciones de huertos que pasaron un mal verano anterior, con estrés y mal manejo”.

Consultada sobre las estimaciones del Comité de Cerezas, planteó que “considero que está por sobre lo que yo estoy viendo en los huertos, a pesar de lo que agregan los huertos nuevos que se suman desde este año con más fuerza en la campaña 2025-2026”. Aunque la profesional no descartó que estos últimos pudieran compensar la baja.

Una similar apreciación expresó Carlos González, productor de cerezas de Chillán y presidente de la Asociación de Agricultores de Ñuble, quien sostuvo que los eventos climáticos han afectado huertos en distintas zonas del país, principalmente con las variedades Santina y Lapins, que cuajaron poco este año.

“En Ñuble los productores también han observado bajas en estas variedades, y además, ya se están viendo daños, pasmos y abortos. Yo no creo que vaya a ser una cosecha mala, pero tampoco creo que va a ser espectacular. En ese sentido, nosotros dudamos que haya 130 millones de cajas a nivel nacional; muchos productores, asesores y contratistas hablan de 110 a 120, es decir, un 15% menos de fruta que la estimación del Comité de Cerezas”, aseveró el dirigente gremial, quien descartó que el aporte de los huertos nuevos pueda compensar toda la disminución.

González indicó que precisamente en esta fecha se puede detectar la fruta abortada, que a veces se atribuye a un raleo natural que hace el árbol cuando tiene exceso de fruta, lo que permite concentrar la energía en la fruta que queda, para que tenga buena calidad y mayor calibre. “El problema ocurre cuando el cerezo tiene poca fruta y se empieza a pasmar, y tenemos una producción mala”, acotó.

Mercado chino y precios

Consultado por el acuerdo de palabra de los productores y exportadoras de cara a esta temporada 2025-26, de enviar solo la fruta de mayor calibre a China, con el objetivo de no saturar el mercado ni afectar los precios, como ocurrió en la temporada pasada, el líder agrícola indicó que “el acuerdo no se concretó porque no todas las exportadoras se plegaron, yo sé que hay algunas que van a mandar de todo, pero también hay otras decidieron no enviar cerezas tamaño L y XL -es decir, desde Jumbo hacia arriba-, sin embargo, si al principio de este camino se empieza a confirmar que hay menos fruta, la L y la XL las van a sacar igual”.

Recordó que en las últimas dos temporadas algunas exportadoras han advertido que solo enviarán fruta de gran calibre a China y las de menor tamaño, a otros mercados, como Estados Unidos, Brasil o Centroamérica, pero finalmente enviaron todo, lo que está asociado a cómo se vislumbra la producción.

En cuanto a los retornos a productor que se prevén en esta temporada, el inicio de la celebración del Año Nuevo Chino el 17 de febrero de 2026 podría favorecer a los de Ñuble, dado que buena parte de la fruta local llega allá a fines de enero y en febrero, en cambio, en la temporada pasada el Año Nuevo Chino comenzó el 29 de enero de 2025.

Según Carlos González, si bien la fecha es conveniente para los productores, “también debemos tener claro que, con estas altas producciones, es un poco menor el daño nada más. Varios años atrás, llegar antes del Año Nuevo Chino, para nuestra zona, significaba sacar un mucho mejor precio, pero en esos tiempos hablábamos de 80-90 millones de cajas, ahora estamos hablando de 130 millones de cajas. Entonces, yo no sé de cuánto servirá”.

Recordó que en la temporada 2024-25 los chilenos inundaron de cerezas el mercado chino, y ante la sobreoferta, los chinos pagaron precios muy bajos. “En Ñuble, muchos productores perdieron plata y los que no perdieron, salvaron los costos. Pero no conozco a nadie que haya ganado”. Precisó que los retornos para los productores de Ñuble rondaron 1,7 dólares por kilo, en promedio.

Para la presente temporada, en tanto, vaticinó que “si se fueran las mismas 130 millones de cajas, pero de buena calidad -porque la temporada pasada la calidad no fue buena-, yo creo que los retornos deberían ser mejores. Ahora, si no se dan los 130 millones de cajas y estamos en 115 con fruta de buena calidad, yo creo que los retornos van a ser mucho mejores, pero tampoco vamos a repetir lo que pasó hace dos temporadas, cuando los productores de Ñuble mandaron muy buena calidad y tuvieron retornos de hasta promedio 6,5 dólares por kilo, fue un año muy bueno. Esta temporada, creo que, si alguien manda cereza de muy buena calidad, a lo mejor pueden andar en 3 dólares”.

Capacidad de proceso

Esta temporada, a diferencia de las anteriores, la región de Ñuble cuenta con más plantas de procesamiento de cerezas, seis en total, lo que permitirá mejorar la logística de exportación de muchos productores locales -favoreciendo la vida postcosecha de la fruta-, la mayoría de los cuales deben enviar su producción a los packing ubicados en la región del Maule.

A la planta de Agroex-Grupo San Ignacio, ubicada en Bulnes; estos últimos dos años se han sumado las plantas de Prize, en Chillán Viejo; la planta de Geofrut, en Talquipén (en las instalaciones que utilizó Carsol); la planta de El Silo, en San Carlos (en las dependencias que tuvo Frutemu); la planta de Frigorífico San Nicolás, de la empresa Mañío en alianza con Dole, en San Nicolás (en las instalaciones que utilizó Driscoll’s), gracias a un subsidio de Corfo de atracción de inversiones; y la planta de New Day Fruits (NDF), en Camino a Cato, también gracias al subsidio de Corfo.

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