¿Por qué la participación es el principal objetivo del oficialismo en primarias?

A poco más de un mes de las elecciones primarias presidenciales del 29 de junio, el oficialismo enfrenta uno de sus desafíos más complejos: lograr una convocatoria significativa en un contexto adverso.
Con tres candidaturas que reflejan las divisiones internas del bloque -Carolina Tohá por el Socialismo Democrático, Gonzalo Winter por el Frente Amplio y Jeanette Jara por el Partido Comunista-, y una cuarta figura menos competitiva, Jaime Mulet (Federación Regionalista Verde Social); el panorama luce fragmentado en un momento en el que la unidad podría ser decisiva para evitar una doble candidatura de derecha en segunda vuelta.
La participación ciudadana, que será voluntaria en estas primarias, pero obligatoria en la elección presidencial de noviembre, es vista como un termómetro clave de cara al futuro del oficialismo. Según las últimas encuestas, los candidatos opositores suman más del 50% de apoyo, mientras que los oficialistas no alcanzan el 25%. Revertir esa brecha requiere movilizar a más electores en junio, no solo para legitimar al ganador de las primarias, sino también para posicionarlo(a) mejor en los sondeos.
¿A quién beneficia una alta participación?
Paulina Pinchart, experta en marketing político, advierte que el panorama no es alentador.
“No creo que haya una alta participación, porque hay demasiados candidatos y eso dispersa el interés. Sin embargo, al oficialismo le conviene que participe la mayor cantidad de gente posible”, dijo.
En su análisis, destaca que la figura de Carolina Tohá podría beneficiarse particularmente de una mayor participación.
“Ella aparece como una candidata más de centro, más equilibrada, y eso es valorado por sectores amplios de la población. No está presionada para irse a los extremos, como sí ocurre con Evelyn Matthei”, manifestó.
Rodrigo Landa, experto en análisis electoral, coincide con que el oficialismo enfrenta una batalla cuesta arriba. A su juicio, la experiencia histórica demuestra que la participación en primarias ha sido limitada (poco más de 3 millones en 2021, de los cuales 1,7 millones correspondió a votos de la izquierda), aunque ve un matiz relevante.
“Esta primaria es más amplia que las anteriores. Incluye al socialismo democrático, lo que podría hacerla parecer más a una primera vuelta presidencial”, expresó.
No obstante, advierte que estar en el gobierno juega en contra: “Es más difícil motivar a votar por la continuidad que por el cambio, especialmente cuando se defiende un legado con baja aprobación y constantes crisis políticas”, aseveró.
En ese sentido, Landa plantea que no alcanzar los dos millones de votantes -meta autoimpuesta por el oficialismo- sería una señal clara de debilidad de cara a noviembre.
La exposición mediática, los debates y la franja televisiva son las principales herramientas con las que cuenta el bloque para ganar posicionamiento y mostrar cohesión, en contraste con la derecha, cuyos tres principales candidatos -Evelyn Matthei, José Antonio Kast y Johannes Kaiser- irán directo a la papeleta de primera vuelta.