Pesar en Chillán Viejo por joven fallecido en atropello

Una profunda tristeza embarga a la familia de Eduardo Peña Lisperguer, un joven de 35 años que perdió la vida trágicamente el pasado sábado en Chillán. Eduardo fue atropellado en la avenida Alonso de Ercilla mientras esperaba locomoción para regresar a casa, tras cumplir con su jornada laboral como guardia de seguridad.
Desde este lunes, sus restos están siendo velados en la casa de sus padres, ubicada en el pasaje Mañihual 1410, en la Villa Santa Inés de Chillán Viejo. Familiares y amigos han llegado a despedir al joven, recordado por su alegría, dedicación al trabajo y amor por la familia.
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Eduardo, conocido como “Lalo”, “Edu” o “Cachito”, era oriundo de Florida, pero hace más de 20 años vivía en la región de Ñuble, junto a sus padres y dos hermanos. Era técnico en Prevención de Riesgos y tenía un curso de asesor financiero realizado en Perú.
Hace un tiempo estaba presentando servicio de seguridad en una obra de construcción cercana a la villa Doña Rosa, con el objetivo de enviar ingresos a su pareja e hija, Ema, de apenas un año y diez meses, quienes residen en Perú, donde también Eduardo estuvo viviendo durante un periodo. Sin embargo, por razones de estabilidad económica, tuvo que abandonar el país vecino y volver a Chile a la casa de sus padres.
“Lalo” soñaba con reunirse con su familia y brindarles un futuro mejor. Además, era secretario de un comité habitacional en Chillán Viejo, donde aspiraba a conseguir una vivienda para su círculo íntimo, al que extrañaba constantemente. Ese sábado tenía reunión con la directiva del grupo, a la que no nunca llegó por el fatal accidente.
“Era muy educado, le gustaba el rock metal. Era tranquilo, se juntaba con sus amigos. Era muy trabajador, siempre quería tomar turnos. Era muy risueño. Uno de sus jefes me dijo que era de pocas palabras, pero cuando hablaba demostraba saber harto. Él ejerció su carrera un tiempo, de forma esporádica, pero me dijo que no se iba a dedicar a la prevención, porque tenía más responsabilidad y el sueldo era casi el mismo. Además, sentía que tenía más oportunidades, porque podía ser guardia en cuatro turnos y luego descansaba cuatro y ahí podía asumir otra “pega”, recuerda Yenifer Peña, hermana mayor de Eduardo.
La mañana del sábado, mientras esperaba un colectivo, Eduardo fue atropellado por un conductor que ingresó a la acera chocando un poste y un árbol, producto del impacto murió mientras recibía atención médica en el hospital de Chillán, donde también se encuentra en riesgo vital el conductor debido a sus graves lesiones.
La familia espera llegar hasta el final del caso, ya que esperan justicia por la muerte de Eduardo, incluso, han sostenido las primeras conversaciones con un abogado en busca de asesoría legal.
“Él estaba esperando el colectivo y ahí el auto lo impactó. Él conductor lo mató, porque si venía en estado de droga o ebriedad, él debe responder ante la ley. (…). El conductor nos mató a todos, nos dejó a todos con una “bala” en el corazón, por más que se haga justicia, no nos van a devolver nunca a nuestro hermano, por más que ha llegado mucha gente, eso no va hacer que nuestro hermano vuelva”, expresa.
Sus seres queridos claman que se esclarezcan los hechos y que se apliquen las sanciones correspondientes para que su trágica partida no quede impune.