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Buscando una salida al caos del Brexit a 16 días de la nueva fecha límite marcada por la UE, los diputados británicos votan el miércoles propuestas alternativas al acuerdo defendido por la primera ministra Theresa May que ya rechazaron dos veces.
La Cámara de los Comunes, muchos de cuyos miembros acusan a May de haber perdido el tiempo insistiendo durante meses en un texto que desagrada tanto a euroescépticos como a proeuropeos, acabó arrebatando al gobierno la agenda de los debates para poder organizar esta jornada de “votos indicativos”.
Es un movimiento parlamentario sin precedentes en el país y para los detractores de la primera ministra demuestra que ésta ha perdido totalmente el control de la situación cuando el tiempo se le echa encima.
La UE advirtió que si no adopta el acuerdo esta semana, Reino Unido deberá presentar un plan alternativo antes del 12 de abril o arriesgarse a un Brexit brutal.
Los diputados debatirán por la tarde una serie de propuestas que pueden ir desde la negociación de un Brexit más suave, que mantenga al país dentro de la unión aduanera europea, hasta la convocatoria de un segundo referéndum, que permita anular tal vez todo el proceso.
Corresponde al presidente de la cámara, el controvertido John Bercow, determinar cuántas y cuáles de las diferentes propuestas se acaban votando a partir de las 19h00 (locales y GMT).
Se trata de un proceso complejo y, en una cámara muy dividida entre proeuropeos y euroescépticos de todo el espectro político, podría llevar más de un día identificar que opción u opciones tendrían el respaldo de la mayoría.
Las votaciones del miércoles pueden servir así para determinar las alternativas más populares antes de alcanzar una conclusión final en otra sesión prevista para el próximo lunes.
“Es esencial que seamos capaces de examinar todas las opciones serias, no los unicornios fantásticos, sino las cosas que realmente podríamos hacer para llevar adelante este proceso”, dijo el artífice de esta iniciativa, el conservador Oliver Letwin, al presentarla el lunes.
Hacer concesiones
“Deberíamos darnos un par de días para hacer lo que se debería haberse hecho durante dos años”, consideró Letwin en referencia al tiempo que May negoció con la UE el acuerdo que los diputados rechazaron estrepitosamente el 15 de enero y el 12 de marzo.
Para llegar a un compromiso que no se anuncia fácil, su colega el también conservador Nick Boles llamó a los diputados a “abrir sus mentes” con la disposición de hacer concesiones y “no perseguir únicamente esa primera preferencia que tiene cada legislador”.
Hay que preguntarse “¿con qué podemos vivir? ¿qué concesiones estamos dispuestos a aceptar? Porque ese el único modo en que conseguiremos que un acuerdo tenga mayoría”, agregó.
May dijo que no confía en que los diputados logren ponerse de acuerdo en algo, más allá de rechazar su propuesta, pero advirtió que si lo consiguen no está obligada a acatar el resultado de una votación que no es vinculante.
Los diputados sin embargo ya tienen una respuesta.
“En un primer tiempo, confiaremos en que el gobierno refleje los deseos del parlamento” pero “no lo haremos mucho tiempo”, dijo Boles en el programa de la BBC Newsnight.
“Si el gobierno se niega a escuchar lo que el parlamento ha votado, trataremos de presentar una proposición de ley (…) que requerirá que el gobierno refleje los deseos del parlamento”, añadió.
La primera ministra también dio a entender que, después de que los diputados votasen claramente el 13 de marzo contra la posibilidad de un Brexit sin acuerdo, no llevaría al país por ese camino sin el consentimiento de la Cámara de los Comunes.
Esto hace temer que antes del 12 de abril Reino Unido pida a la UE un aplazamiento mucho más largo de la fecha del Brexit, que podría ser de un año o más. Y May confía en que esta perspectiva acabe por convencer a los euroescépticos de aprobar su acuerdo, pese a que los unionistas norirlandeses del DUP volvieron a repetir el martes que no lo harán.