“Mi gran temor es que vuelva el músculo de encubrimientos”

En una profunda reflexión tras la muerte del papa Francisco, José Andrés Murillo —filósofo, presidente de la Fundación Para la Confianza y una de las víctimas del caso Karadima— abordó el complejo legado que deja el pontífice en el seno de la Iglesia Católica.
En conversación con 24 Horas, Murillo señaló que Francisco representó “una especie de lucha de dos culturas que hay dentro de la Iglesia”. Según explicó, por un lado está “una que busca reformar, que busca proteger los derechos de la niñez, busca nombrar las cosas por su nombre”; y por otro, “una cultura que sigue presente, que es la del encubrimiento, el abuso de poder, el abuso de conciencia y el abuso sexual, tal como el mismo papa lo nombró”.
Respecto a la confianza que logró generar el pontífice en sectores de la Iglesia y de la sociedad civil, Murillo reconoció que “hubo pasos en la dirección correcta”. Sin embargo, advirtió que “esa voluntad se vio confrontada y atrapada por burocracias internas”.
En ese sentido, expresó su preocupación por el futuro del proceso de reformas impulsadas por Francisco: “Mi gran temor es que esa fuerza que tuvo en algún momento el papa, y que no continuó y que no se concretó en cambios estructurales, como debió haber sido, hoy día retrocedan y vuelva el músculo a su lugar de origen. Ese músculo de encubrimientos, de conservadurismo, en el sentido de que buscan conservar el poder solo para quedarse”.
Murillo también rememoró su encuentro con el papa Francisco en abril de 2018, cuando viajó al Vaticano junto a Juan Carlos Cruz y James Hamilton, también víctimas de Fernando Karadima. “Fue un encuentro muy humano, estuvimos aproximadamente dos horas, y durante la semana que estuvimos en el Vaticano conversamos muchas veces, y lo que más me sorprendió era la apertura a conversar. Fueron conversaciones a veces duras”, relató.
“Sobre todo hablamos del poder en la Iglesia, y él estaba de acuerdo en que había cosas que cambiar ahí. Creo que después de eso, él publicó una carta sobre el abuso de poder, de conciencia, y sexual en la Iglesia. Equiparando el abuso al encubrimiento, y dando cuenta que el abuso sexual es una forma de abuso de poder. Esa carta para mí representó un avance”, agregó.