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Señor Director:
Es probable que una de las dificultades más desafiantes que debe enfrentar una madre es la de convivir con la dis-
capacidad de un hijo. Los sentimientos de tristeza y culpa, y la esperanza de superación se entrelazan con los cuidados
necesarios que todo menor requiere.En este caso, la figura materna cobra aún mayor importancia debido a que es
ella la conexión con su entorno y referente emocional, además de mediadora con las primeras comprensiones del
mundo social. Sabemos que este rol es vital en el desarrollo de la infancia sobre todo en las personas con capacidades
diferentes, tornándose fundamental incluso en la vida adulta, pues es un apoyo emocional y referente en la toma de
decisiones.
La disposición natural de las madres es la de fortalecer los actos de sus hijos para que puedan ser incluidos en la
sociedad. Esta relación empática, es esencial para el desarrollo y progreso de los niños con esta condición, dado a que
la mamá es la matriz de todo aprendizaje y sus enseñanzas son determinantes para la inclusión educativa, laboral y
social. En este sentido, contar con la participación activa de las madres, identificando las estrategias pertinentes para
la inclusión en cada etapa de los ciclos educativos es un aspecto crucial que permitirá el éxito en la integración de
niños y niñas con discapacidad.
Cristóbal Sepúlveda