Escultora chillaneja, considerada una de las grandes figuras del arte moderno en Chile. Nació el 22 de junio de 1907 en Chillán, hija de James Colvin y Elcira Andrade. A los 16 años se casó y vivió en el fundo “El Mono” hasta que el terremoto de 1939 la obligó a mudarse a Santiago.
En Chillán, el encuentro con su profesora de dibujo Noemí Mourgues y la fundación del grupo Tanagra marcaron el inicio de su carrera artística, trabajando inicialmente de forma autodidacta. En Santiago ingresó a la Escuela de Bellas Artes, primero como estudiante y luego como profesora, bajo la tutela de los escultores Julio Antonio Vásquez y Lorenzo Domínguez
Becada por Francia y el British Council, continuó su formación en la Académie de la Grande Chaumière y la Slade School de Londres. Su estilo evolucionó hacia la abstracción, influenciada por las culturas precolombinas, representando fuerzas elementales con técnicas en madera, piedra y bronce. Vivió más de 30 años en Europa, exponiendo en París, Londres y Sao Paulo.
Recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas (1970), la Orden al Mérito “Gabriela Mistral” (1989), “Hija Ilustre de Chillán” (1965) y múltiples reconocimientos como miembro de la Academia Chilena de Bellas Artes y profesora honoris causa.
En su natal ciudad, su legado se mantiene vivo a través del Museo Marta Colvin y el Parque de las Esculturas, parte del conjunto patrimonial que incluye su casa, gestionados por la Universidad del Bío-Bío. En 2024, su familia donó siete esculturas más al museo, fortaleciendo la proyección de su obra. Además, la UBB está impulsando la declaratoria de Monumento Nacional para su casa.
Marta Colvin descubrió su vocación en Chillán, se formó como escultora en Santiago y Europa, y alcanzó reconocimiento internacional con un arte que conjuga abstracción y raíces sudamericanas. Reconocida por la Municipalidad como Hija Ilustre, su figura sigue siendo un pilar cultural de Ñuble, con memoria activa en museos, seminarios y reconocimientos patrimoniales.
