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Los momentos clave del debate presidencial Archi entre Jara y Kast

El debate presidencial Archi ofreció una radiografía clara de cómo Jeannette Jara y José Antonio Kast llegan al tramo final de la campaña: con diagnósticos opuestos sobre el país, estrategias comunicacionales distintas y una disputa cada vez más directa por los votos del centro.

La cronología de la instancia permitió observar la evolución del tono, que partió áspero y terminó con llamados al voto más moderados, aunque sin ceder en las diferencias de fondo.

Uno de los primeros contrapuntos fuertes fue la megatoma de San Antonio. Kast reiteró que habría ejecutado el desalojo “mucho antes”, enfatizando que el Gobierno actuó tarde. Jara, en tanto, defendió la decisión de expropiación como una excepción de política pública, necesaria para evitar un daño social mayor, aunque insistió en que en cualquier otra toma se hará respetar la ley.

Ese contraste -orden inmediato versus realismo social- reaparecería en varios momentos del debate.

En migración, uno de los temas más tensos, Kast reafirmó su fórmula de “invitar a irse” a las 330 mil personas en situación irregular, defendiendo la posibilidad de habilitar corredores de retorno y presionar acuerdos regionales. Aun ante la imposibilidad operativa planteada por los moderadores, mantuvo su tesis de que el problema es de gestión.

Jara respondió con un enfoque opuesto: empadronar, regularizar y distinguir a quienes tienen arraigo. Acusó a Kast de usar la migración como herramienta electoral y advirtió que proponer expulsiones masivas deteriora las relaciones diplomáticas.

En economía y presupuesto, el choque fue frontal.

Kast defendió la rebaja del impuesto a las empresas y la invariabilidad tributaria como ejes para atraer inversión, asegurando que su eventual gobierno actuará como “gobierno de emergencia” ante un país -según dijo- más pobre y más violento.

Jara replicó que no hay espacio fiscal para rebajas que benefician a un porcentaje acotado de empresas, y sostuvo que Kast “pone en riesgo 6.000 millones de dólares” que no ha explicado cómo compensará. Cuando los moderadores insistieron en precisar el origen de la reducción de esos recursos, Kast evitó la respuesta, uno de los momentos más comentados del encuentro.

En temas sociales, nuevamente emergieron diferencias nítidas.

Jara fue clara en que promulgaría una ley de eutanasia aprobada por el Congreso, apelando a la autonomía personal y el sufrimiento evitable. Kast anunció que la vetaría si no incorpora garantías suficientes en cuidados paliativos.

También mostraron diferencias en pensión mínima y reforma previsional.

Jara defendió el pilar solidario reforzado y acusó a Kast de querer “desarmarlo”, mientras él planteó ajustes graduales según esperanza de vida, sin comprometer derechos vigentes.

Más diferencias

El eje valórico también mostró contrastes. Ante la pregunta por la identidad de género en colegios, Jara respaldó el uso de materiales que promuevan respeto y acompañamiento, mientras Kast insistió en que la decisión debe recaer en cada establecimiento y que no pueden imponerse lineamientos desde el Estado.

Un punto de alta carga política fue la discusión sobre gobernabilidad, a raíz de dichos de la senadora electa del PNL, Vanessa Kaiser, quien sostuvo que si Kast es elegido presidente, “nos van a hacer otro golpe de Estado a mediados del próximo Gobierno”.

Jara calificó esas advertencias como “provocaciones”, recordando que la historia del país demuestra quiénes han interrumpido gobiernos.

Kast, sin referirse directamente a un “golpe”, sostuvo que existe un clima político adverso y que la izquierda, a su juicio, gobernaría “con los dos pies en la calle” en caso de derrota.

Hacia el cierre, el debate giró hacia medio ambiente y desarrollo económico, temas en los que Kast defendió el rol del Comité de Ministros y la necesidad de resolver proyectos como Dominga.

Jara, en tanto, planteó eliminar esa instancia por “politizada” y reemplazarla por criterios estrictamente técnicos.

En litio, Kast se abrió a concesiones, mientras Jara insistió en fortalecer una empresa nacional estratégica.

En el minuto final, Jara convocó a quienes evalúan votar nulo a optar por “justicia y profundidad”, acusando ausencia de propuestas en su contendor.

José Antonio Kast, por su parte, insistió en que la elección enfrenta continuidad o cambio, atribuyendo al gobierno actual mayor pobreza e inseguridad.

El debate Archi dejó así un mapa claro: dos candidaturas que no convergen, dos lecturas antagónicas del país y un electorado que deberá decidir entre estabilidad con reformas graduales o un giro drástico en materia de conducción política.

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