“Lalo” Parra: el folclorista chillanejo que bendijo a la cueca

Eduardo Emeterio Parra Sandoval, más conocido como Lalo Parra, nació en Chillán el 29 de junio de 1918. Su vinculación con la música popular urbana comenzó en su niñez, cuando junto a sus hermanos Hilda, Violeta y Roberto empezaron a cantar en trenes, plazas y calles del sur de Chile, rescatando tradiciones folclóricas en un estilo genuino y espontáneo.
A los 15 años se trasladó a Santiago, donde comenzó a presentarse en restaurantes y quintas de recreo. En 1938 formó el dúo “Los Hermanos Parra” junto a Roberto, grabando temas emblemáticos como Los Marcianos y Como te poní. El dúo recorrió Chile y también Bolivia, Perú, Argentina y Ecuador, consolidándose como embajadores de la música nacional.
La versatilidad fue una de sus características: combinaba la música, especialmente cuecas choras y jazz guachaca, con la vida circense, siendo incluso presidente del Sindicato de Artistas Circenses de Chile. En años posteriores formó el grupo “Los Viejos Parra”, junto a Lautaro y Ena Troncoso, que dejó álbumes como 18 cuecas pal’ 18 y Las cuecas del Sr. Corales.
Falleció en Santiago el 4 de abril de 2009 a los 90 años. Por voluntad propia, sus restos fueron trasladados al Parque de los Artistas del Cementerio Municipal de Chillán, un homenaje que refleja su profundo amor por su ciudad natal.
En reconocimiento a su legado, las autoridades locales lo nombraron Hijo Ilustre de Chillán, en una ceremonia que incluyó placas y galardones municipales y que se realizo el diciembre del año 2003. En 2025, su nieta Antonia Parra organizó un concierto homenaje en Ondel’ Pala, un acto simbólico que reafirmó la vigencia de su obra y su influencia musical en Ñuble.
No hay que olvidar que en los inicios del 2000 el Tío Lalo llegó a la ciudad, para compartir un regalo con los chillanejos y plantar un árbol en la Plaza de Armas. Hoy la antigua calle Uruguay lleva su nombre en gratitud por todo lo que le entrego a su cuna.