Como “un veranito de San Juan”, calificó el productor y vicepresidente de la Asociación de Agricultores de Ñuble, Álvaro Gatica, el escenario de mejores precios que experimentan esta temporada los arándanos frescos, un rubro que en Chile está luchando por sobrevivir en un mercado cada vez más competitivo, que ha sido inundado por la producción de otros países, como Perú, y que demanda nuevas variedades, un desafío pendiente para los productores de Ñuble, enfrentados, además, a los mayores costos y a las dificultades para invertir.
“Hoy estamos viviendo una especie de veranito de San Juan, ya que, por lo que sabemos, los precios aparentemente han estado bastante buenos, tanto en Estados Unidos como en Europa. Esto, principalmente, debido a los problemas que tuvo Perú con el Fenómeno de El Niño, que les afectó mucho, dado que bajaron en 25%-30% su producción, entonces se generó una escasez de arándanos a nivel mundial, y eso nos ha beneficiado a nosotros”, contextualizó Gatica, quien también es director de Fedefruta.
En ese sentido, planteó que “en la próxima temporada vamos a volver un poco a la situación que teníamos antes, ojalá que me equivoque, porque si los peruanos tienen un año normal, van a volver a producir lo que estaban produciendo”.
La pasada temporada 2022-23, el volumen de exportaciones de arándanos frescos de Perú superó las 284 mil toneladas -51% de participación en los envíos, en cambio, en Chile, según el Comité de Arándanos de Chile y la consultora iQonsulting, fue de 87.585 toneladas, cifra que representó una baja de 18% con respecto a la temporada anterior 2021-22.
De ese volumen, 19 mil toneladas de arándanos frescos corresponden a Ñuble, lo que representó una caída de 26% respecto a la temporada anterior. La cifra ubica a Ñuble como la segunda región exportadora de arándanos -después de Maule-, con una participación de 22% en el total nacional.
Esta temporada 2023-24, cuya cosecha aún no concluye desde Ñuble al Sur, el volumen acumulado de exportación llega a 61.707 toneladas (hasta la semana pasada), esto es, 16% menos que la temporada pasada, según el reporte del Comité de Arándanos de Chile y la consultora iQonsulting.
El reporte indica, además, que “considerando el mayor volumen ya despachado durante el periodo peak y lo que resta de temporada con un final más extenso que la temporada anterior, se espera llegar a unas 80 mil toneladas de exportación de arándanos frescos, lo que significa un 8,5% menos que lo exportado la temporada pasada”.
Al respecto, Gatica comentó que la baja se explica por varios factores, “como los huertos que quedaron abandonados, de hecho, yo pensé que la baja sería mayor, pero como el precio del fresco ha estado bueno, se ha dejado poca fruta a congelado y se han privilegiado los envíos de fresco”.
Agregó que, “en Ñuble, la producción en general está un 20%-30% menos que el año pasado, por un problema de clima que tuvimos en primavera, pero estamos esperanzados que esa menor producción va a ser compensado por el tema precios”.
Reducción de la industria
En los últimos tres años los malos resultados por bajos precios han afectado a productores, muchos de los cuales cerraron con números rojos y han optado por arrancar plantas, y también a las exportadoras, algunas de las cuales han dejado de recibir arándanos para fresco, como Frutemu, en San Carlos; Driscolls, en San Nicolás; Tempofrut, en San Carlos; y CarSol, en Coihueco, cuyas filiales Agrícola Los Aromos y Servicios de Exportación Sur se sometieron el año pasado a un plan de reorganización para evitar la quiebra, que definió su reorientación a la agroindustria. Asimismo, Copefrut, en Curicó, anunció a mediados de 2023 que a ésta será la última temporada que trabajará con arándanos frescos.
Al respecto, Mauro Magnasco, gerente general de El Torreon Export, de San Carlos, productor y exportador de arándanos, aseveró que, a la crisis de competitividad que enfrenta la industria, afectada por una importante alza de los costos y la fuerte competencia internacional, se suman otras variables.
“Hay una variable súper crítica que es lo difícil que se está volviendo mantener viva cualquier empresa en Chile, cómo se han disparado los costos, cómo está la inversión, cómo las leyes laborales perjudican a las empresas y cómo el Estado abusa de los impuestos”, sentenció.
Magnasco profundizó que, en la situación particular de la industria del arándano, el problema determinante es que “la mayoría de las variedades plantadas en Chile son antiguas; como el negocio en Chile está empeorando tan drásticamente, las variedades han ido envejeciendo y volviéndose obsoletas, entonces, hay muchos huertos que se están arrancando”.
Asimismo, reconoció el difícil momento para tomar créditos y acometer las inversiones necesarias para renovar variedades. “Está complicadísimo, con las tasas de interés de hoy es muy caro”, sostuvo.
En su caso, el profesional comentó que “el año negro (2022) lo logré sobrevivir con capital propio, me salvé por eso y porque teníamos una buena credibilidad crediticia”. En ese sentido, aclaró que no todos los actores están en la misma situación y que, al estar integrado, es decir, producir y exportar directamente, tiene mayores márgenes por los distintos eslabones de la cadena de valor y le permite manejar mejor los costos.
Recambio varietal
Pero un elemento clave que ha favorecido la buena salud de El Torreon Export es que “nosotros tenemos muy buenas variedades genéticas. Hoy el gran debate es cuáles son las variedades a las cuales apostar, y ese ha sido el debate de la última década, porque, en el fondo, el consumidor cada día sube más sus expectativas respecto de los arándanos que espera comprar en el supermercado, y hoy los atributos más valorados son firmeza, calibre y sabor, básicamente, y los supermercados, que son los principales compradores de arándanos, pagan más o les dan prioridad a las exportadoras que tienen una mejor combinación de esos tres atributos, entonces, eso va dándole ventajas a distintos actores de la cadena y las exportadoras, en general, no tienen una sola variedad, tienen una combinación, entonces, los productores han hecho distintas apuestas y las exportadoras hoy se pelean la fruta de mejor calidad. Y nosotros, afortunadamente, el 80% de nuestras variedades son muy buenas, y eso es porque hemos tomado decisiones de inversión acertadas”, resumió Magnasco.
El productor recordó que, “en 2016 tomé la decisión de agrandar mi volumen de arándanos propios y cuando hice la investigación de qué variedades plantar, me ofrecieron distintas opciones, por ejemplo, Hortifrut estaba vendiendo unas que se veían muy atractivas, pero al cabo de un par de años resultó que esas variedades hoy no son apetecidas porque tienen problemas, entonces, cuando una empresa que desarrolla genética sale a vender una genética nueva, hay que tener mucho cuidado, porque uno como productor necesita más certezas que solo los argumentos que te pueda dar la persona que te las está vendiendo. Yo creo que la mejor opinión que uno puede escuchar es la de otro productor que tiene esa planta en su huerto, que está produciendo y que está contento”.
“Hoy esa discusión está más fuerte que nunca, porque siguen apareciendo genéticas nuevas, donde hay una tremenda campaña de marketing detrás de estas variedades y con unos royalties y unos precios descontrolados, carísimas, porque son esas las variedades que se van a salvar en esta debacle de los arándanos a nivel mundial. Hoy, por ejemplo, yo estoy tomando una decisión de inversión, y estoy debatiendo con especialistas en el tema, con mis clientes y con otros productores, sobre qué plantar, porque si uno quiere proyectarse en el largo plazo en esta industria, necesito estar constantemente renovándome, pero al mismo tiempo, tampoco puedo ser tan intrépido de plantar variedades que no se han probado, porque voy a ser el conejillo de indias, si esa variedad resulta ser mala, el que va a absorber el perjuicio, todos los costos y los años de espera, voy a ser yo”.
Magnasco describió que la “debacle” está en un punto álgido. “El 70% de los productores chilenos tiene variedades antiguas y no saben qué hacer, hay muchos que se están retirando de la industria, por eso la contracción de 120 millones de kilos a 70 en dos a tres años; y hay otros que están arrancando las variedades más antiguas, conservando las buenas y están apostando por variedades nuevas o que parecen ser buenas”, sin embargo, aquellos que están invirtiendo son la minoría, reconoció. “La gente que hoy está invirtiendo en arándanos son, por lejos, los más valientes y los más arriesgados, esto es una apuesta absolutamente contracíclica y en tres años más, quizás la industria chilena se haya contraído aún más, y los pocos actores que queden quizás empecemos a ver una luz al final del camino y éste vuelva a ser un negocio razonable”.
Misma opinión comparte Álvaro Gatica, quien advirtió que, “a futuro, yo veo que, si nosotros no tenemos un cambio varietal, se nos va a complicar la cosa. Las variedades que hoy tenemos, lamentablemente son antiguas, que no reúnen las condiciones que tiene la fruta de los peruanos, pero hay variedades que nosotros podemos tener, y que hemos visto que andan bien, con precios muy buenos, pero el problema son las inversiones, que son carísimas, a modo de referencia, solo en plantas son $20 millones por hectárea, que es mucha plata y no es fácil de recuperar, además, las condiciones de crédito tampoco son las más convenientes, con las tasas de interés que son bastante altas, a pesar de los rumos de que viene una baja importante, entonces, no es fácil que podamos hacerlo agricultores medianos como nosotros”.
El dirigente precisó que, actualmente, son principalmente las empresas más grandes las que están concretando estas inversiones. “Muchas de estas variedades nuevas son con licencia, eso significa que estas licencias las tienen generalmente las empresas exportadoras, y esas empresas, o están plantando ellas mismas estas variedades o le están entregando a algunos agricultores para que lo hagan, pero el agricultor tiene que pagarlas igual, y están obligados a entregarles la fruta a esas empresas. Son variedades muy buenas y los resultados económicos hoy andan en 1,5-2,0 dólares sobre las variedades tradicionales”.