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Los humedales tienen una enorme importancia para la supervivencia humana y la diversidad biológica. Sin ellos seríamos mucho más vulnerables a los efectos del cambio climático y a la alteración de los ciclos del agua.
Sin embargo, pese a todos los beneficios ambientales que nos entregan, no siempre son debidamente protegidos, produciéndose una degradación que a veces lenta, otras veces más rápida, termina por privarnos de estos valiosos ecosistemas e hipotecando el futuro ambiental de las próximas generaciones.
Por lo mismo, la reciente publicación en el Diario Oficial de la resolución del Ministerio del Medio Ambiente que reconoce al nuevo Humedal Urbano Río Colmuyao, ubicado en la comuna de Cobquecura, es una muy positiva noticia.
Son 18,59 hectáreas que corresponde a un ecosistema de tipo natural, ribereño y palustre, de alto valor para la biodiversidad, puesto que provee de refugio para diferentes especies de aves autóctonas y migratorias, como siete colores, cisnes de cuello negro, pilpilén común, gaviota de Franklin, gaviota americana, zarapito, colegiales, taguas, garza real, pato yeco, además de mamíferos como coipos e invertebrados como el sapito cuatro ojos, entre otros.
Erradicar la caza furtiva de aves, la presencia de perros asilvestrados y vehículos motorizados, el pastoreo de ganado sobre vegetación ribereña, la extracción ilegal de agua y los microbasurales, son todas amenazas que requieren ser contenidas en nuestro territorio, donde una decena de humedales costeros y urbanos buscan ser protegidos legalmente y donde se nota un esfuerzo de la comunidad organizada y de los gobiernos comunales por preservarlos, como ocurrió con el humedal Río Colmuyao, donde el municipio tuvo una activa participación.
El nuevo Humedal Río Colmuyao se suma a los cuatro humedales urbanos declarados a la fecha por el Ministerio del Medio Ambiente en Ñuble: la Laguna Avendaño de Quillón (156 hectáreas), el Humedal Itata (918 hectáreas) perteneciente a las comunas de Coelemu y Trehuaco, San Miguel de Chillán (0,24 hectáreas) y La Cascada (0,6 hectáreas) de Coelemu. En total, equivalen a 1.094 hectáreas de humedales urbanos que tras este reconocimiento oficial pueden acceder de mejor forma a estrategias de protección y al mismo tiempo servir para iniciativas de educación ambiental, necesarias para reconocer la importancia de estos ecosistemas, como podría ser utilizarlos como laboratorios para la enseñanza de las ciencias.
Tres años cumplió la ley de humedales urbanos que ha contribuido a activar medidas de protección y hacer vinculantes las decisiones de la ciudadanía organizada, pero que aún tiene el gran desafío de reforzar la articulación entre los procesos institucionales y las demandas ciudadanas de protección de estos valiosos ecosistemas.