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A diferencia de la oposición, la entrada en vigencia de la región de Ñuble significó para el oficialismo una oportunidad única para generar nuevos liderazgos y potenciar los ya existentes.
A la veintena de cargos de primera línea (intendente, gobernadores, seremis), se sumaron otros 64 en reparticiones regionales, lo que le ha dado a profesionales y políticos jóvenes de Chile Vamos, la posibilidad de darse a conocer y perfilarse de cara a próximos desafíos electorales.
Es esta vitrina la que desde el 6 de septiembre pasado puso a competir mano a mano al intendente, Martín Arrau (Ind.-UDI), con la gobernadora de Diguillín, Paola Becker (RN), de cara a las próximas elecciones de gobernador regional del 25 de octubre de 2020.
La disputa se había iniciado en todo caso mucho antes, cuando ambos eran nombres que se barajaban para asumir la Delegación Presidencial, la que finalmente quedó en manos de Arrau.
Entonces, Becker se convirtió en la última gobernadora de la provincia de Ñuble, y tras asumir en Diguillín, continuó posicionándose como la carta de RN para el desafío electoral regional.
Paralelamente, Martín Arrau comenzó una ofensiva de posicionamiento que le ha dado frutos. Esto, sumado a una gestión que ha sido bien vista desde La Moneda, lo ha convertido en el candidato con la primera opción al interior de la UDI para competir por la Gobernación Regional.
Esto, pese a que ha debido enfrentar momentos complejos desde el punto de vista político, como los roces entre RN y la UDI, y el protagonismo alcanzado por Becker, que en un momento incluso lo llevó a custionarla públicamente por actitudes de corte proselitista, como reuniones efectuadas con seremis en apoyo a su candidatura, o la aparición en un cómic de la seremi de Medio Ambiente (dirigida por otro RN, Patricio Caamaño).
Tras algunas reuniones de corte político en Santiago, las aguas se aquietaron, y la relación entre ambas autoridades volvió a la calma.
Se les ha visto compartir en actividades, y el perfil adoptado por Paola Becker ha sido mucho más bajo, eso sí, siempre ligado al trabajo en terreno.
Precisamente es esta dinámica la que desde Chile Vamos quieren conservar, de cara a los procesos electorales, y a la evaluación de la gestión del Gobierno en el territorio, la que sin duda marcará las chances de lograr un buen resultado en las presidenciales y parlamentarias de 2021.
Posibles escenarios
Varios escenarios se han estado barajando en Chile Vamos de cara a la elección de gobernador regional en Ñuble.
El primero es que tanto Arrau como Becker decidieran competir y tuvieran que enfrentarse en las primarias legales del 7 de junio del próximo año.
Esto significaría que ambos deberían renunciar a sus actuales cargos el 25 de octubre.
Esta posibilidad, si bien dejaría a los dos principales partidos del oficialismo (RN y la UDI) conformes; traería consigo dos consecuencias.
La primera, se generaría una lucha “fratricida” al interior de Chile Vamos local, en la que se enfrentarían sus dos principales líderes, generando heridas difíciles de sanar tras las primarias.
Esto podría comprometer la unidad del sector y el respaldo del grupo perdedor hacia el ganador, uno de los principales cuestionamientos que se le ha hecho a la utilización de primarias como método de definición de candidaturas al interior de los conglomerados.
El segundo contratiempo que generaría la renuncia de ambas autoridades en octubre próximo, sería el vacío de poder que se generaría en una región nueva como Ñuble. Reemplazar ambos cargos no será fácil para el oficialismo, pese a la gran cantidad de liderazgos con los que cuenta, y la continuidad del trabajo realizado hasta ahora, se pondría en juego.
Todas estas variables están siendo analizadas por los partidos y por los interesados. Es más, desde un comienzo, Martín Arrau ha dado muestras de preferir terminar su período como intendente (el cual culminaría el 6 de enero de 2021); no obstante desde la UDI -específicamente sus parlamentarios-, ha existido presión para que asuma el desafío electoral.
Fuentes internas del oficialismo confirman que Arrau no estaría dispuesto a competir en primarias, y optaría por seguir como intendente, para quizás asumir un desafío al Congreso el 2021.
Este escenario dejaría a Paola Becker en buen pie para convertirse en candidata única de Chile Vamos, siempre y cuando la UDI lo permita.
Sin Arrau, el gremialismo no querrá perder su protagonismo, y la carta que seguramente levantará será la del gobernador de Punilla, Cristóbal Martínez. Sin embargo, el ingeniero comercial preferiría mantenerse en su cargo, y optar nuevamente por un cupo en la Cámara de Diputados el 2021. Esto dejaría a la UDI sin un candidato(a) fuerte para competir frente a Paola Becker en primarias.
La gobernadora de Diguillín, en tanto, sostiene que hasta el momento no ha tomado una decisión.
Sí reconoce que se ha juntado con el ministro Andrés Chadwick y con el subsecretario Rodrigo Ubilla, “pero siempre en el contexto de las reuniones trimestrales que tenemos”.
Por lo mismo, tampoco quiere adelantar si renunciará; y si de hacerlo, lo hará en octubre o antes.