Futuro sustentable para nuestra costa
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La semana pasada concluyó el programa Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) “Costa Ñuble Sustentable”, ejecutado por la Universidad de Concepción y financiado por el Gobierno Regional de Ñuble. Se trata de un importante hito de cara al desafío de definir un ordenamiento del uso del territorio costero, una herramienta de planificación que existe en otras regiones, pero que aquí sigue pendiente.
Para Ñuble, que cuenta con 58 kilómetros de costa rica en biodiversidad, uno de los objetivos estratégicos es el desarrollo sustentable de las comunidades, es decir, que las actividades económicas actuales y futuras cumplan con un estándar de protección que asegure este activo a las generaciones futuras.
Precisamente, el objetivo del FIC “Costa Ñuble Sustentable” es identificar y poner en valor el patrimonio natural y cultural de nuestro litoral, a partir del trabajo conjunto entre sus diferentes caletas pesqueras, productores locales, agricultores, servicios turísticos, organizaciones locales y municipalidades, entre otras instituciones locales. El proyecto, que se extendió por dos años, incluye un valioso diagnóstico de las caletas de Buchupureo, Rinconada de Taucú, Boca Itata y Perales, donde detectaron las principales brechas y sugieren algunas medidas de solución. Allí se consideraron aspectos ambientales, productivos, el capital social y las organizaciones de la sociedad civil. En resumen, mucha información útil para la Seremi de Medio Ambiente, Sernapesca, Sernatur y el propio Gobierno Regional que tiene la misión de liderar el proceso de ordenamiento y planificación de los espacios que conforman el borde costero, donde deberán establecerse sus múltiples usos, expresados en usos preferentes y graficados en planos que identifiquen los límites de extensión, zonificación general y las condiciones y restricciones para su administración.
En ese contexto, el trabajo realizado por los expertos de la UdeC permitirá generar condiciones favorables para la conservación, el equilibrio medioambiental y social, pero también para la inversión pública y privada, proporcionando estabilidad y certezas respecto del uso sustentable de la costa regional.
En Cobquecura, Trehuaco y Coelemu no se olvidan que hace pocos años debieron movilizarse para enfrentar la “amenaza” que representaba la instalación de centros de cultivo acuícola offshore, de especies como salmón, cojinova, choritos y algas. Su preocupación no solo apuntaba a los efectos ambientales -el proyecto fue rechazado en la comisión de evaluación ambiental regional- sino por los impactos en el medio humano y en otras actividades económicas, como el turismo, la pesca artesanal y la recolección de orilla, entre otras.
El presente, en tanto, también muestra nuevas amenazas, como las parcelaciones irregulares, la pobreza, la sequía y el aislamiento; así como en el futuro bien podrían plantearse proyectos inmobiliarios, industriales o logísticos que también pueden ser percibidos como amenazas para las comunidades y la sustentabilidad ambiental de la costa de Ñuble.