Ya es oficial. La ex seremi de las Culturas, María Soledad Castro, asumió como secretaria dentro del directorio de la Fundación Museo Nacional de Bellas Artes, que partió en 1985 obedeciendo a la destrucción que tuvo el museo por el terremoto de marzo de ese año. Se trata de una responsabilidad que compartirá con otros personeros ligados a la cultura, como Alejandra Serrano en la presidencia, Gonzalo Sánchez en la vicepresidencia y Pedro Maino como tesorero. En tanto que Marcela Kaplun, José de Nordenflycht y Ricardo Loebell se suman a Silvia Westermann y Guillermo Bruna, quienes ya formaban parte del directorio.
Tras la designación, María Soledad Castro, quien durante este tiempo estudió el diplomado de Gestión de Archivos y Colecciones Patrimoniales de las Artes en la Pontificia Universidad Católica de Chile, conversó en Chillán con La Discusión acerca de esta nueva responsabilidad.
¿Cómo tomas este nombramiento?
Integrar el consejo directivo de la Fundación es un gran privilegio en varias dimensiones; por una parte, es reconocer el trabajo que se ha realizado en la región en el ámbito cultural y patrimonial, y por otra parte, es una oportunidad de trabajar y aportar para el museo más importante del país junto a grandes profesionales de larga trayectoria. Cada uno de nosotros a partir de nuestra experiencia y trayectoria aportamos para colaborar al trabajo que realiza el Museo. Queremos que el MNBA esté presente en el territorio, que se vincule de mejor manera no solo con quienes lo visitan, sino que tenga relación con el país. Además, es una tremenda oportunidad para seguir aprendiendo en un área que me apasiona.
¿Pesó tu experiencia en Cecal UdeC y posteriormente como la primera seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio de la Región de Ñuble?
Siempre es reconfortante saber que desde la experiencia que he sumado todos estos años, existan espacios y personas que crean que uno puede aportar, generar ideas, poner el trabajo regional en la mesa, no solo de esta región sino de todas las regiones que con mucho esfuerzo sacan adelante espacios culturales, o trabajan de manera independiente.
¿Cómo se han desarrollado estas semanas de trabajo del nuevo equipo del MNBA?
Sin duda, el actual director del Museo, Fernando Pérez Oyarzún (Premio Nacional de Arquitectura), tiene una visión muy integradora respecto al trabajo del museo, y ha sido muy importante para dar este nuevo aire a la Fundación. Además del equipo del museo, contamos con un grupo de profesionales de primer nivel, y nosotros esperamos ser una contribución para ellos también. Si bien nos estamos reuniendo por ahora una vez al mes de manera presencial, realizamos reuniones telemáticas, para avanzar en los temas que son necesarios para iniciar esta nueva etapa.
¿Cuál es el trabajo que se va a desarrollar en términos de descentralización?
Los desafíos que presentan las regiones, y no solo en el ámbito cultural, es profesionalizar el trabajo de las instituciones, la cultura no solo se trata de tener espectáculos para el público, sino que requiere de un trabajo interdisciplinario, planificación, y sobre todo, trabajar en red, vincularse con otros espacios de características similares, que pueda fortalecer el trabajo. En ese sentido, el museo espera reforzar eso, y que su labor no solo se circunscriba a la Región Metropolitana.
¿Y para los agentes culturales?
Para que el museo esté “presente”, esa presencia no solo se logra a través de exposiciones o de mover las colecciones a otras regiones. También se traduce en la posibilidad que las personas relacionadas al arte puedan tener vinculación con herramientas que se pueden compartir y que tienen que ver con el desarrollo de su propio trabajo, como montaje, programación, mediación con públicos, de educación. Ése es un trabajo que hace el Museo y las ganas ahora es acercar a las personas a estas áreas que son de suma importancia no solo para el desarrollo de elencos o montajes, sino también, para el desarrollo de las artes en general también pensando en regiones.