“Fue todo ordenado” y “privilegiar el bien común”: las razones de los encargados de seguridad tras autorización de instalación a “toldos azules”

La Fiesta de la Longaniza 2025, que se realizó del viernes 22 al domingo 24 de agosto, fue calificada como exitosa tras convocar a más de 150 mil personas que durante tres días disfrutaron de panoramas para toda la familia, además de gastronomía, artesanía y productos de emprendedores. La seguridad, el orden y la limpieza destacaron dentro del perímetro del evento, pero no ocurrió lo mismo en el entorno, específicamente en el Paseo Arauco II, que se colmó de feriantes informales con sus característicos toldos azules.
Días antes de la tradicional fiesta los vendedores ambulantes llegaron al céntrico paseo peatonal para “cuidar” y asegurar un espacio, eran feriantes locales y también de otras ciudades, incluso del propio Barrio Meiggs en Santiago. La tarde del jueves 21 comenzaron a distribuir los puestos e instalar toldos y mesas, pero inspectores municipales, con apoyo de Carabineros, retiraron todos los elementos que estaban ocupando el espacio público sin autorización.
Pese a este desalojo, durante la madrugada del viernes nuevamente los feriantes asignaron los puestos y colocaron sus toldos. Los inspectores municipales y personal policial repitieron el mismo procedimiento: desalojar el espacio público. Esta medida no intimidó a los vendedores callejeros, quienes incluyendo amenazas de desórdenes públicos, exigieron permiso para funcionar. De hecho anunciaron protestas durante la Fiesta de la Longaniza.
Finalmente, la Municipalidad de Chillán autorizó a los toldos azules a que se apostaran en el Paseo Arauco II durante los tres días de celebración, por lo que Carabineros debió extender los servicios preventivos para resguardar este tramo. En la calle no solo se vendió, también alojaron, usaron la vía pública como baños y tras su partida, dejaron la zona convertida en un verdadero basural.
El permiso otorgado a los vendedores informales fue decisión ampliamente cuestionada por el gremio del comercio local, quienes consideraron que ceder a la presión de los ambulantes fue una nefasta señal, que no ayuda en nada al combate del comercio callejero. Al contrario, lo favorece. Sin embargo, autoridades locales y regionales sostienen que fue una medida acertada para evitar una eventual alteración del orden público y situaciones de riesgo durante el desarrollo del evento masivo.
“Los comerciantes que llegaron a la ciudad no generaron un problema de seguridad en el entorno de una fiesta ciudadana donde llegaron más de 150.000 personas. Algunas personas han tratado de proponer que la presencia de comerciantes foráneos vulneró el sistema de seguridad en la ciudad, pero podemos decir que las cifras avalan que la Fiesta de la Longaniza fue exitosa, se cumplieron las previsiones iniciales y en la actualidad trabajamos para mejorar aún más los procesos”, expresó el director de Seguridad Pública, Lautaro Arias.
“Los supuestos comerciantes de Meiggs no son tales; al Paseo Arauco llegaron comerciantes de una agrupación itinerante. Ellos van a todas las actividades y festividades, sean religiosas o festividades como la Fiesta de la Longaniza. Estuvieron en la Fiesta de la Tirana, en la Fiesta del Chancho, en Talca, y ahora en la nuestra, y acá todo fue ordenado”, agregó.
Reiteró que en la Fiesta de la Longaniza no se registraron delitos violentos y las medidas de seguridad se ejecutaron con resultados positivos. “Lamentablemente algunos insisten en hacer creer que la seguridad fue sobrepasada cuando eso no es real”, recalcó.
“Privilegiar el bien común”
El seremi de Seguridad, Jorge Muñoz, afirmó que, ante la exigencia de los toldos azules por un espacio donde pudieran funcionar, se decidió entregar los permisos para prevenir posibles incidentes. “Había que precaver también una solución lógica racional a la temática para evitar obviamente una complicación mayor y eso en acuerdo con el municipio. Se concordó en habilitar un espacio en un sector periférico dentro de lo que era el contexto de la Fiesta (Paseo Arauco II), donde no se produjeron mayores incidentes y por lo tanto se pudo sobrellevar todo de buena forma”, justificó.
La autoridad precisó que en situaciones como estas se debe priorizar el bien común para evitar situaciones lamentables.
“Creo que siempre hay que analizar de manera amplia, de manera integral cualquier suceso en una circunstancia similar y sobre todo siempre privilegiar el bien común, de tal forma que no tengamos que lamentar situaciones extremas y pudimos ver que nada anómalo ocurrió. Esta fiesta fue una fiesta tremendamente bien organizada, unas 200.000 personas concurrieron durante los días festivos y eso también nos tiene contentos como ministerio y felicitamos todo lo que fue en este caso la coordinación plena entre el municipio, Carabineros y también nosotros aportamos en la seguridad pública con el vuelo de drones de televigilancia que mantuvimos en los días de la actividad dando garantías de hecho para que la gente pudiera disfrutar como se merece”, explicó.
El seremi de Seguridad agregó que “no hubo ningún inconveniente en la Fiesta de la Longaniza y obviamente hubo una contención inicial de Carabineros para posteriormente con acuerdos del municipio tomar una decisión racional y esa es la información que nosotros también como seremía recibimos. Cuando las acciones se concuerdan, se conversan y son racionales también las soluciones, los resultados están a la vista y en este caso fueron positivos”.
Similar postura expresó el coordinador de Seguridad Pública y Prevención del Delito del Gobierno Regional, Álvaro Rivas, al señalar que fue necesario evaluar los riesgos que implicaba no permitir vender a los feriantes ambulantes.
“Me pareció que la decisión de haber permitido la instalación de estos toldos azules es una decisión acertada cuando se tiene que evaluar el riesgo que hubiese significado no dejarlos instalar. Son grupos que están relativamente organizados y que podrían haber provocado quizás otro daño y eso hay que evaluarlo en el momento. Es difícil tomar una decisión y hablar sin mayores fundamentos desde la galería. A mí me tocó tomar decisiones parecidas y recomendar al alcalde (de Chillán Viejo), en algunos casos, autorizar al comerciante ambulante en eventos que se realizaron en Chillán Viejo. Así que tengo la experiencia y sé que es una situación un poco complicada”, precisó.
“Los comerciantes que llegaron aducen que están en una situación social, argumentan que es una fuente de ingreso, pero ese enfoque social tiene que hacerse dentro del marco de la legalidad, o sea, no podemos permitir que se ejerza el comercio ilegal con cigarro de contrabando o venta ilegal de medicamento, o ropa que ha sido falsificada, en fin, eso no lo podemos normalizar. Y eso no sucedió en esta ocasión tampoco, así que yo creo que cada situación hay que evaluarla en el momento; son decisiones difíciles, a veces límite”, añadió.
“Autorización presionada”
Desde la mirada del gremio del comercio, la Fiesta de Longaniza fue un evento que superó las expectativas, pero que se vio manchada por los vendedores ambulantes, por lo que manifestaron su preocupación para que se tomen medidas y no se repitan estos episodios en la Fiesta de la Chilenidad, a realizarse del 17 al 19 de septiembre en la Plaza de Armas.
“Sin duda la Fiesta de la Longaniza fue un éxito absoluto, el área que quedó acordonada estuvo muy controlada en su acceso, muy bien manejado, mucha gente con familia pudo participar, todo eso fue en nota un siete, pero el entorno, sobre todo el Paseo Arauco II y hasta casi en la calle Arturo Prat fue realmente un problema grave para la ciudad de Chillán, sobre todo para los comercios que están ahí. Como gremio manifestamos nuestra profunda preocupación por la autorización muy presionada por los toldos azules, pero en definitiva lo que se observó y lo que se vivió fue muy desagradable y esperamos que cosas como esta no empañen una actividad que es tan bonita como la Fiesta de la Chilenidad. Creo que hay que sacar enseñanzas y tomar decisiones con bastante tiempo”, indicó Alejandro Lama, presidente de la Federación de Comercio y Turismo de Ñuble (Fedecomtur) y de la Cámara de Comercio de Chillán.
Considera que en el manejo de la situación faltó planificación, mayor dotación policial y voluntad política. “Todo eso falló”, dijo, agregando que “el dueño de casa es el alcalde, es la persona que administra la ciudad, es quien manda, entonces hay que ejercer ese poder, ese liderazgo, por algo los chillanejos eligieron un alcalde para que administre la ciudad y la maneje bien y eso es lo que espera uno de todos los alcaldes, no solamente del de Chillán sino de todos los alcaldes de la región”.
Lama advirtió que los comerciantes de la región están preocupados de que los vendedores itinerantes de otras ciudades se instalen en sus comunas y afecten a la economía local y al comercio establecido. Afirmó que ya hay comunas donde los alcaldes autorizan el funcionamiento de este tipo de ferias informales.
“Esta gente de los toldos azules, que ve que no va a poder seguir ejerciendo su actividad de venta ilícita en las veredas de Santiago, van a empezar a desplazarse para comunas donde son más permisivas y eso es justamente lo que los comercios de estas comunas no quieren que esto suceda. Este tema no solamente es para el alcalde de la capital regional sino que para todos los alcaldes de las 20 comunas restantes, ya vimos un pronunciamiento sólido y firme del alcalde de Chillán Viejo en este sentido, esperamos que los demás alcaldes recogiendo la experiencia que se vivió en Chillán para la Fiesta de Longaniza pongan su voluntad, su liderazgo y su autoridad para evitar que eso perjudique al comercio establecido que paga patentes, están todo el año pagando derechos de publicidad, generando empleo, generando impuestos que son muy necesarios para las arcas fiscales y olvidarse de ellos y autorizar estos comercios de ventas ilícitas en la vereda es un daño que se hace a los comerciantes establecidos, es una competencia desleal brutal” subrayó el presidente de Fedecomtur.
Para la venidera Fiesta de la Chilenidad espera que las autoridades locales tomen las medidas oportunas y no permitan nuevamente la instalación de los toldos azules. “Esperemos que eso no se repita porque va a ser un mal precedente, ya una segunda vez creo que no estaría bien”, remarcó.
Coordinación de seguridad
La Discusión consultó a la Municipalidad de Chillán si ante un eventual arribo de los toldos azules para la Fiesta de La Chilenidad otorgarían nuevamente los permisos para su funcionamiento, pero no hubo respuesta ante el temor manifestado por la Cámara de Comercio. Tampoco aclararon si aumentarán el personal policial y de seguridad. Lo que sí indicaron es que están efectuado las coordinaciones correspondientes para brindar resguardo a las personas que asistan al evento.
“Ya se está trabajando en planificar las actividades que serán ejecutadas en el entorno del paseo cívico, Paseo Arauco y alrededores. Durante esta semana se han realizado encuentros con representantes de las policías con la finalidad de analizar todas las acciones con la finalidad de que nuevamente el encuentro ciudadano sea exitoso y no haya problemas para la comunidad”, indicó el director de Seguridad Pública, Lautaro Arias.
“Estamos organizados y preparados, tenemos dispuestos los servicios de nuestros inspectores municipales, las patrullas mixtas van a estar trabajando para seguir dándole tranquilidad a la ciudadanía para que las familias vengan tranquilas, porque vamos a tener seguridad, carabineros también nos está cooperando mucho”, agregó.
Mientras que la Segunda Comisaría de Chillán apoyará nuevamente con la patrulla canina, motorizada y mixta para dar cobertura a los requerimientos de la organización.
“Conforme a lo coordinado junto al municipio, Carabineros dará cobertura con servicios preventivos, controles integrales y fiscalizaciones, en el perímetro definido para la Fiesta de la Chilenidad, con foco en el resguardo de los asistentes y del comercio establecido, para evitar delitos, y que las familias puedan participar con tranquilidad”, comentó el capitán Cristopher Muñoz, subcomisario de Chillán.