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Escenarios se clarifican: modelo electoral proyecta efectos de la fragmentación y la unidad a días del cierre de listas

El modelo predictivo Silla Caliente, desarrollado por el equipo de StreamData de la Universidad de Concepción, fue presentado hace algunas semanas como una herramienta capaz de simular la distribución de escaños parlamentarios bajo distintos escenarios de alianzas políticas.

Su aporte fue entonces metodológico: combinar datos históricos, algoritmos de inteligencia artificial y simulaciones Montecarlo para estimar probabilidades por distrito.

Hoy, sin embargo, su valor radica en algo más concreto: aplicar esa herramienta a un mapa político que, a solo 15 días del cierre de candidaturas, comienza a adquirir contornos nítidos.

Y el resultado es revelador: si la izquierda logra mantener su lista unificada y la derecha sigue dividida entre Chile Vamos (Renovación Nacional, UDI y Evópoli), Derecha Unida (Republicanos, Partido Social Cristiano y Partido Nacional Libertario) y el Partido de la Gente, el bloque oficialista podría quedarse con la mayoría de los escaños en disputa.

Carlos Navarrete, académico de la Facultad de Ingeniería UdeC y cofundador de StreamData, sostuvo que “hoy el modelo se nutre de configuraciones que permiten proyectar escenarios cercanos a lo que enfrentaremos en las urnas”.

Unidad e incertidumbre en Ñuble

El caso del distrito 19, que abarca toda la Región de Ñuble (veintiún comunas) y elige cinco diputados, es un ejemplo ilustrativo de cómo la estructura de alianzas puede inclinar la balanza.

En el escenario actual -con la centro izquierda consolidando una lista única y la derecha aún dividida entre Chile Vamos, Derecha Unida y el PDG- el modelo proyecta dos escaños seguros para el oficialismo, dos para Chile Vamos, y un quinto se encontraría altamente disputado entre la derecha tradicional (44,6%) y los republicanos y sus socios (43,1%).

La Izquierda Amplia, que inicialmente competía separada, se ha ido alineando con el pacto oficialista, lo que eleva significativamente sus probabilidades de mantener su escaño en Ñuble, e incluso, sumar uno nuevo.

“La simulación muestra que el bloque de izquierda, si va unido, tiene una clara ventaja frente a una derecha que aún no resuelve su fragmentación interna”, señala Navarrete.

De hecho, en simulaciones anteriores, en las que todos los bloques competían por separado, la centroizquierda apenas aseguraba un cupo. Pero hoy, con una lista que ya incluye a Felipe Camaño (ind.-DC), Scarlet Hidalgo (PPD), César Riquelme (PR), Francisco Crisóstomo (PS) e Ignacio Marín Abuín (PL), el modelo le otorga un piso más competitivo, incluso en zonas donde la derecha ha tenido hegemonía en elecciones pasadas.

Las alertas que encendió el modelo

No es la primera vez que el modelo de Silla Caliente advierte sobre los efectos de la fragmentación. Ya en su presentación inicial, proyectaba que si la DC se integraba al oficialismo -como ocurrió en la elección de consejeros constitucionales- y la derecha se mantenía dividida, el bloque gobernante podía alcanzar hasta el 51,9% de la Cámara.

Esas proyecciones, que entonces se leyeron como hipótesis, hoy comienzan a parecer escenarios realistas.

La reciente confirmación del respaldo DC a la candidatura presidencial de Jeannette Jara consolidó una alianza parlamentaria de amplio espectro, en la que convergen desde el Partido Comunista hasta la Democracia Cristiana.

En la derecha, en cambio, no hay claridad. Chile Vamos ha planteado la posibilidad de un pacto por omisión con Republicanos, pero las conversaciones avanzan con dificultad, y hasta ahora solo se han concretado en algunas circunscripciones senatoriales del extremo norte y sur.

Tensión en la derecha: ¿omisión o exclusión?

El Partido Social Cristiano (PSC) ha reaccionado con molestia ante la idea de ser excluidos de eventuales acuerdos entre Chile Vamos y Republicanos.

“Nos parece que cualquier conversación sobre coordinaciones parlamentarias debería hacerse con respeto a los acuerdos ya existentes y con los actores que legítimamente somos parte de esta alianza”, advirtió la presidenta del PSC, diputada Sara Concha, quien además, anunció que su partido presentará candidaturas al Senado en todas las regiones.

Más matizado fue Freddy Blanc, coordinador regional del PNL, quien reconoció que no competirán en algunas zonas, pero dejó claro que “nuestros militantes no están obligados a apoyar candidatos ajenos si no cumplen estándares éticos y programáticos”.

Desde RN, en cambio, hay urgencia. Rodrigo González, su presidente regional, insistió en que la única manera de frenar el avance oficialista en el parlamento es a través de una coordinación efectiva, ya sea lista única o pacto por omisión.

“Ojalá se aplique también a diputados y en todas las regiones. La única posibilidad de lograr mayoría en el Congreso es estar lo más unidos posible”, expresó.

Incluso, el actual diputado por RN, Frank Sauerbaum, esbozó durante el lanzamiento de su candidatura a la reelección, que todos debían estar dispuestos “a hacer sacrificios”, aduciendo a que quizás no todos podrían competir.

Candidaturas comienzan a ordenarse

Chile Vamos ya cuenta con tres incumbentes en el distrito 19: Frank Sauerbaum (RN), Marta Bravo (UDI) y Cristóbal Martínez (UDI). Se evalúa también la postulación del exalcalde de Coihueco Carlos Chandía (RN) y del exdiputado Jorge Sabag, quien habría sellado un acuerdo con Demócratas. Faltaría un cupo por definir.

Republicanos, en tanto, ya presentó a sus candidatos: Jorge Luis Sánchez y Diego Sepúlveda, ambos con perfiles ligados a la gestión local, la seguridad y el emprendimiento.

El PSC aún no ha confirmado nuevos nombres, aparte de su diputada en ejercicio, Sara Concha, mientras que el PDG ya completó su lista, encabezada por el presidente regional Miguel Chávez y compuesta por perfiles territoriales y de clase media emprendedora.

Una izquierda más cohesionada que nunca

En contraste con la dispersión en la oposición, el oficialismo ha logrado ordenar su lista en Ñuble bajo la bandera de Unidad para Chile.

Felipe Camaño (ind.-DC), Scarlet Hidalgo (PPD), César Riquelme (PR), Francisco Crisóstomo (PS) e Ignacio Marín (PL) ya están preinscritos, y se negocia el cupo restante de un total de seis lugares disponibles.

La gran incógnita es si la DC logrará sumar un segundo nombre o si el Frente Amplio y el PC lograrán instalar alguna candidatura. En el caso del FA, su carta más probable es el actual seremi de Economía, Erick Solo de Zaldívar.

“Ñuble tiene un vacío en el liderazgo parlamentario. Hemos visto un escaso -cuando no nulo- trabajo territorial y legislativo de parte de varios diputados. Es hora de dar paso a nuevas voces”, afirmó Francisco Crisóstomo al oficializar su preinscripción.

¿Cómo queda el mapa?

Con las configuraciones actuales, el modelo de Silla Caliente proyecta a nivel nacional un resultado más favorable para el oficialismo que en los escenarios iniciales.

Si la izquierda se mantiene unida, puede alcanzar hasta 77 escaños, frente a 78 de una eventual derecha unificada. Pero si la derecha no logra coordinarse, sus opciones bajan drásticamente: Chile Vamos obtendría 53 escaños, la Nueva Derecha 25 y el PDG 5, quedando por debajo del bloque oficialista.

El modelo no anticipa hechos extraordinarios -escándalos, crisis o candidaturas disruptivas-, pero sí dibuja con claridad el punto de partida de cada coalición.

Datos que obligan a decidir

A medida que se acerca el 18 de agosto, la simulación deja de ser una herramienta académica para transformarse en un insumo estratégico.

Para los partidos, representa un alerta sobre los riesgos de la dispersión. Para la ciudadanía, una forma de entender cómo el diseño de las alianzas impacta en la representación efectiva.

Y en distritos clave como Ñuble, donde un escaño puede definirse por décimas, los datos ya no son solo teoría: son advertencia.

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