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Según el INIA, en los campos del valle regado de Ñuble, se han descrito entre 100 y 150 especies de malezas, de las cuales unas 15 son de muy alta importancia en el ámbito productivo de la zona centro-sur.
Las malezas no se distribuyen homogéneamente en el campo, sino que muy comúnmente se ubican en zonas de mayor densidad, las que es necesario ubicar, caracterizar y controlar oportunamente. Por ello, la introducción de drones con inteligencia artificial (IA) se presenta como una solución innovadora para optimizar y mejorar las prácticas agrícolas.
Precisamente, este año comenzó una investigación centrada en el análisis de cultivos mediante el uso de IA. Es impulsada por FIA y liderada por el INIA, en colaboración con el Centro Nacional de Inteligencia Artificial, SAT del Maule y Ñuble y empresas de drones, como DJI Dronespray.
Lorenzo León, investigador del INIA Quilamapu, quien lidera esta investigación para controlar malezas en cultivos de arroz, trigo y leguminosas mediante el uso de IA, afirma que los drones se consideran una revolución tecnológica eficiente y sostenible porque permiten llevar a cabo la racionalización de aplicaciones a escalas que hasta hace muy poco eran inimaginables. “Los drones con IA complementan los métodos tradicionales de control de malezas al permitir aplicaciones localizadas, gracias a mapas digitales de prescripción. Estos mapas, desarrollados con la ayuda de IA, señalan las zonas específicas donde es necesario aplicar -mediante el uso de los drones- el control en un momento determinado, optimizando así el uso de herbicidas”, aseguró.
Respecto a las ventajas de los drones sobre los métodos tradicionales, León apuntó que “radican en la posibilidad de realizar un control localizado, lo que permite emplear tácticas de manejo más eficientes y reducir las cargas de herbicida aplicadas en el medio ambiente. Esto contribuye a la sustentabilidad del sistema productivo”.
Jorge Álamos, cofundador de DJI Dronespray, agregó que, al usarlos para aplicar productos o fertilizantes de manera precisa, se reduce el uso de recurso hídrico y no genera compactación ni erosión de suelos”.
