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Señor Director:
Desde sus días como dirigente estudiantil, el Presidente Gabriel Boric ha abogado por reducir los sueldos de los funcionarios públicos y mejorar la eficiencia del gasto fiscal. Este discurso, inicialmente aplaudido por su sensatez, parece alejarse cada vez más de la realidad. Recientes revelaciones indican que más de 100 funcionarios públicos ganan más de 8 millones de pesos, superando el salario del propio Presidente. Este escenario consolida al sector público como un refugio de privilegios desmedidos, creando una élite burocrática que se ubica entre el 1% más rico del país, en flagrante contradicción con las promesas del gobierno de mayor igualdad y austeridad.
En lugar de corregir esta distorsión, Boric propone aumentar los impuestos para seguir financiando una estructura estatal costosa e ineficiente. Esta medida no solo aumenta la carga fiscal sobre los ciudadanos, sino que también erosiona la confianza pública. Con una aprobación presidencial en torno al 30%, menos del 20% para su gobierno, y menos del 10% para el Congreso y los partidos políticos, el descontento con las instituciones es palpable. La falta de credibilidad en la gestión pública desincentiva la inversión privada y mina el crecimiento económico, mientras una burocracia insaciable sigue beneficiándose a expensas de todos los chilenos. Este escenario no solo frena el desarrollo, sino que perpetúa la desconfianza y el desencanto con la política, afectando gravemente el clima de negocios y el futuro económico del país.
Víctor I. Espinosa
Académico Faro UDD