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Ñuble es una de las tres regiones de Chile que destina proporcionalmente el mayor porcentaje de uso de agua para riego de todo el país, por lo que resulta altamente relevante analizar la eficiencia con la que se está manejando este recurso natural, ya que la relación entre su correcto uso y el rendimiento de los cultivos y la producción de alimentos está ampliamente comprobada.
En ese sentido, la tecnificación, el aprovechamiento del agua, su reutilización en otras actividades, la educación y capacitación de los agricultores respecto de las nuevas modalidades de riego, permiten una mayor eficiencia y, por ende, un mayor cuidado. En eso se ha avanzado. El rol del sector privado, de pymes y consultoras, lo mismo que de las universidades y agencias estatales, ha sido muy relevante.
Pero donde no ha ocurrido lo mismo es con las obras de acumulación, pese a que al 2040 se proyecta una disminución de 40% en las precipitaciones en la zona centro-sur y un alza de las temperaturas de entre 2 y 5 grados hacia fines de este siglo, lo que provocará que el almacenaje de nieve, que es el verdadero embalse natural del país, vaya disminuyendo paulatinamente.
Este año, sin embargo, ese cuadro podría cambiar, pues los tres proyectos de embalses más importantes de la región se encuentran en etapas definitorias.
La Punilla
El más avanzado es La Punilla, pese a que el proceso de licitación, iniciado en noviembre de 2021, ha sido postergado 5 veces. Pero ahora el escenario es diferente. Se percibe una mayor voluntad por parte de las autoridades políticas, lo que ha quedado de manifiesto en las declaraciones de la ministra de Obras Públicas, Jéssica López, e incluso, del propio presidente de la República, Gabriel Boric.
El año pasado el Gobierno lo reactivó y fijó para el 19 de abril de 2024 la apertura de ofertas técnicas y para el 17 de mayo la apertura de las ofertas económicas. Las sucesivas extensiones de plazo durante 2022 y 2023 buscaban darle tiempo al Ejecutivo para reevaluar el proyecto, atendiendo las cuestionamientos de vecinos, ambientalistas y personeros políticos, sin embargo, la propia titular del MOP aseguró, en junio pasado, en Chillán, no solamente que el gobierno confirma su voluntad de llevar adelante el proyecto, sino que, además, que el diseño de la obra no sufrirá modificaciones, sin perjuicio de implementar nuevas compensaciones solicitadas por las organizaciones de San Fabián y por el municipio.
Zapallar
El embalse Zapallar (río Diguillín), en tanto, también ha tenido un nuevo impulso en la actual administración, luego que resolviera priorizarlo y financiarlo directamente con recursos fiscales, y no mediante el sistema de concesiones, como se definió en el gobierno de Sebastián Piñera. Además, el pasado 21 de enero dio un importante paso, al aprobar su Estudio de Impacto Ambiental, tras más de tres años de tramitación.
Este embalse busca capturar agua sobrante durante los cuatro meses donde el río muestra mayor caudal, almacenando cerca de 80 millones de metros cúbicos de agua. Además, garantiza el consumo humano, fortalece los Servicios Sanitarios Rurales (SSR), provee agua para combatir los incendios forestales y controla las crecidas del río, evitando desbordes e inundaciones.
“Entendemos que esta es una obra estratégica para la región y que además cuenta con el apoyo de nuestro gobierno, porque permitirá regar unas 10 mil hectáreas que hoy son de secano, lo cual beneficiará a más de 1.200 agricultores. Sin embargo, también estamos trabajando para disminuir el impacto social y mejorar las compensaciones, principalmente para las 12 familias afectadas directamente. Entendemos que es una obra importante para Ñuble y es por eso que se debe realizar respetando a las personas y comunidades”, comentó el delegado presidencial regional de Ñuble, Anwar Farrán Veloso, a quien le tocó también encabezar la Comisión de Evaluación Ambiental (Coeva), en la cual se aprobó con condiciones el Estudio de Impacto Ambiental. Tales condiciones están asociadas, precisamente, a compensaciones económicas y ambientales para las comunidades y zonas afectadas, y para su concreción se crearon comisiones de trabajo que comenzarán a funcionar a fines de este mes.
Chillán
Por último, el embalse Chillán que almacenará 210 millones de metros cúbicos (un tercio de la capacidad de La Punilla) y regará 20 mil hectáreas de una zona que combina agricultura tradicional y exportadora, está concluyendo sus estudios de factibilidad e ingeniería, el cual debería ser entregado en marzo por la empresa Miguel Nenadovich y Cía Ltda, que se adjudicó en 2021 esta consultoría por un monto de más de $3.600 millones. De hecho, es probable que a mediados de marzo la Junta de Vigilancia del Río Chillán cite a los accionistas de agua de esa organización para entregar detalles del estudio que -según ha trascendido- sería positivo en cuanto a recomendar su factibilidad y continuar con la etapa siguiente, referida a su Estudio de Impacto Ambiental.
Este embalse -que al igual que Zapallar será financiado por el Estado- estará ubicado en el río Chillán, en el sector Los Pellines, en Pinto, tendrá una capacidad de almacenamiento de 210 millones de metros cúbicos, beneficiando a 20.650 hectáreas, de ellas, 14.979 hectáreas serán mejoradas y 5.671 hectáreas son nuevas, con una seguridad de riego de un 85%, abarcado aproximadamente a 2 mil predios de pequeños y medianos agricultores de Coihueco, Pinto, Chillán, Chillán Viejo e incluso se verían favorecidos productores de la zona norte de Bulnes.