Detienen a hombre que participó en millonario robo a escuela de San Carlos
Share This Article
Detectives de la Brigada Investigadora de Robos detuvieron a un hombre de 52 años, presunto autor del robo ocurrido al interior de un establecimiento educacional de San Carlos, y que también sería parte de la banda desarticulada en la denominada operación “Troya”, llevada a cabo en 2023 por la Unidad de Análisis Criminal y Focos Investigativos de la Fiscalía Regional de Ñuble y la PDI.
La jefa de la Fiscalía Local de San Carlos, Tamara Cuello Peña, planteó que “se formalizó a Ariel Antonio Yáñez Fernández como autor del delito de robo en lugar no habitado, cometido el 5 de junio del año 2022. Esta detención la realizó la Brigada Investigadora de Robos, a raíz de una investigación de la Fiscalía, y concluyó con la detención de uno de los autores de este hecho. Se solicitó la prisión preventiva, lo cual fue acogido por parte del tribunal, fijándose un plazo de investigación de dos meses”.
Según la indagatoria de la Unidad de Análisis Criminal y Focos Investigativos, esta causa investiga una agrupación delictual dedicada a la comisión de delitos de robo en lugar no habitado, perpetrados por sujetos en distintos establecimientos educacionales en la Región de Ñuble. De esta forma, la denominada “Operación Troya” fue ejecutada en enero de 2023, en la ciudad de Los Ángeles, Región del Biobío, donde vivían los principales blancos investigativos. En esa ocasión, se detuvo a 10 personas, atribuyéndose 12 delitos en total, cometidos en distintas regiones del país.
El jefe de la Biro Chillán, subprefecto Jaime Rubilar Reyes, señaló que “en el caso del establecimiento educacional de San Carlos, donde se detuvo a este último imputado, se sustrajeron diferentes especies tecnológicas, avaluadas en $20 millones. En el sitio del suceso se realizó un trabajo científico técnico que permitió levantar diversa evidencia para identificar a este imputado”.
El oficial de la PDI relevó que “este operativo fue importante, por cuanto los afectados son los establecimientos educacionales, pero en último término, y lo más trascendente, es que son herramientas directamente vinculadas a niñas y niños que están en proceso de aprendizaje, y se trata de especies tecnológicas de alto valor. Por tanto, el perjuicio es muy alto para estas víctimas”.