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Indignación y preocupación generó entre los vecinos de la comuna de Cobquecura, la presencia, tanto el jueves como ayer viernes, de alrededor de 50 embarcaciones pesqueras mayores (de 18 metros de eslora) operando en la primera milla marina y también en el área protegida del Santuario de la Naturaleza La Lobería, en el contexto de la apertura de la temporada de sardina común y anchoveta, desde el 8 de marzo, en las regiones de Ñuble y Biobío.
Cristóbal Bustos, vocero de la agrupación “Todos somos Cobquecura”, manifestó que la pesca de estas embarcaciones de Biobío dentro de la primera milla se ampara legalmente en la criticada resolución exenta 501 de 2023, de la Subsecretaría de Pesca, que renovó por cinco años el ingreso a la primera milla de Ñuble a embarcaciones artesanales con una eslora superior a 12 metros, “lo que nos amarga enormemente, porque sabemos que fue tramposa la manera en que se gestó esa disposición”.
En enero pasado, la Corte Suprema rechazó el recurso de protección interpuesto por el Sindicato de Pescadores de Cobquecura, que presentaron en contra de la resolución y que había sido acogido por la Corte de Apelaciones de Valparaíso.
Sin embargo, el dirigente sentenció que, “cuando estas embarcaciones entran al área protegida del Santuario de la Naturaleza están cometiendo una infracción”, razón por la cual varios vecinos ya presentaron las respectivas denuncias formales ante Sernapesca.
En ese sentido, Bustos recordó que “estas embarcaciones, que para efectos legales son artesanales, pero su capacidad es varias veces mayor a la de las lanchas de los pescadores de Cobquecura, siempre entran en el área protegida y siempre se hacen denuncias, pero nos damos cuenta que prefieren pagar las multas, no es algo muy grave para ellos”. Por ello, recordó que tanto la agrupación como la comunidad en general “estamos, hace tiempo, pidiendo un área marina protegida de múltiples usos (de mayor extensión que el santuario de la naturaleza), que es nuestra bandera de batalla, porque con eso, haya ley de primera milla o no, ya estaríamos evitando el ingreso”.
Afectación a pescadores
Paralelamente, un grupo de vecinos se han unido en torno a la causa “Primera milla libre”, que apunta a proteger esa franja marina frente a técnicas de pesca “que arrasan con todo”, explicó Daniela Pradenas, una de las representantes de este movimiento, quien planteó que estas embarcaciones grandes amenazan la sostenibilidad de los pequeños pescadores y buzos mariscadores de Cobquecura. “Ellos son los más afectados, porque cuando estos barcos entran a la primera milla, ingresan a sus áreas de manejo de especies bentónicas, que por ley están protegidas”, argumentó.
Pradenas aseveró que, “estos barcos hacen pesca de cerco, que es de carácter no selectivo y dañan el fondo marino y las cadenas tróficas, ése es el gran problema que tenemos. Luego de ganar en la Corte de Apelaciones, los barcos no estaban entrando y los pescadores estaban felices, porque salían corvinas, jaibas y otras especies que son importantes para la actividad de la verdadera pesca artesanal”.
Para la presidente del Sindicato de Pescadores de Cobquecura, Palmira Bastías, la presencia de estas embarcaciones “es una burla, es una vulneración de nuestros derechos por parte de los poderosos”.
“No podemos entender cómo es que la ley puede tener menos fuerza que una mera resolución dictada por un subsecretario; no puedo entender cómo la Corte Suprema no valoró eso, es una discriminación que la milla libre para los pescadores artesanales de menos de 12 metros de eslora exista en todo el país, menos acá”, se lamentó Bastías.
Bastías describió la decepción de los pescadores y buzos. “Ahora estábamos sacando corvina, harto pescado blanco como el congrio, robalo, viene el tiempo de la sierra para nosotros, pero con esto nos tenemos que olvidar. En la red de estos barcos se llevan de todo, toda la fauna acompañante, arrasan con las algas, con las especies bentónicas y no nos dejan nada. Ya no sabemos a quién recurrir”, enfatizó con evidente amargura.
Respecto a la vulneración del Santuario de la Naturaleza, la dirigente comentó que, a raíz de las denuncias de pescadores y vecinos ante la Capitanía de Puerto, “mandaron las patrullas y si bien los barcos se retiraron durante el día, en la noche vuelven. Ellos pasan, no respetan a nadie. Yo no sé si realmente se utilizan los GPS para fiscalizar, porque si fuera así, no entrarían. Les hacen un gran daño al ecosistema, muchos lobos y aves mueren también”.
A menos de cien metros
Por su parte, el alcalde de Cobquecura, Julio Fuentes, expresó que, “estoy indignado y decepcionado porque creemos que es una burla lo que está sucediendo. Desde ayer (jueves) nuevamente estamos viviendo esta pesadilla, por la cual incluso interpusimos varios recursos de protección el año pasado para proteger la milla marina de pesca artesanal; donde lamentablemente una vez más el poder económico se impuso, siendo desestimadas nuestras peticiones para resguardar esta zona del borde costero”.
“Ahora hemos visto más de 50 barcos operando en la zona, los vecinos de La Lobería, por ejemplo, reportaron que no pudieron dormir porque se escuchaban muy fuerte y durante toda la noche funcionando con un ruido ensordecedor. Lamentablemente, estos pesqueros están sobrepasando los límites de nuestro Santuario que tanto nos ha costado seguir conservando, por lo que hay una decepción generalizada en la comunidad de ver que no protegen nuestro santuario, lo que es una verdadera burla, porque están a menos de 50 metros”, agregó Fuentes.
“Ojalá que los organismos fiscalizadores puedan verificar esta situación y apliquen las multas si corresponde, y también le pedimos a las organizaciones dedicadas a cuidar el medio ambiente que nos sigan ayudando para cuidar nuestro mar de estas prácticas avasalladoras. Como municipio ya reportamos esta situación a Sernapesca y la Armada”, puntualizó el jefe comunal.