Para los chillanejos se ha transformado en algo natural, sin embargo, el deterioro de la movilidad no tiene nada de natural y es deber de las autoridades implementar soluciones y derecho de los ciudadanos exigirlas, entendiendo que se trata de un aspecto clave de su calidad de vida.
El aumento del parque automotriz, sumado a la dinámica expansión habitacional, plantean un gran desafío a la planificación urbana, más aún cuando el crecimiento de la comuna se ha realizado de manera desordenada, de modo que hoy sufrimos la ausencia de al menos tres décadas de control efectivo sobre la vialidad asociada a decenas de conjuntos habitacionales, que en total suman más de 40 mil viviendas en ese período.
Un caso emblemático es la situación que enfrentan los vecinos del sector Parque Lantaño. La congestión que se genera en la principal vía de conexión con el centro de Chillán ha trastornado la calidad de vida de sus habitantes y la solución transitoria que se quiere implementar para el “cuello de botella” que se genera en el cruce de la línea férrea ha sido más lenta que los automóviles en el taco de las mañanas. Tres años han pasado desde que se formuló la propuesta.
Sin embargo, por fin el municipio y la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE) lograron ponerse de acuerdo para ensanchar a cuatro pistas el congestionado cruce, aprobando en la última sesión del Concejo Municipal la entrega de 195 millones de pesos para contribuir al financiamiento de esta obra que en total cuesta 310 millones.
Para poner en contexto esta problemática, es conveniente recordar que el sector Parque Lantaño ha exhibido en los últimos siete años un aumento explosivo en la construcción de viviendas, lo que ha derivado en la saturación de su precaria vialidad estructurante, perjudicando su conectividad.
El gobierno comunal sabe que la situación es altamente compleja, pues al cuadro existente debe asumir la construcción de mil nuevas viviendas, entre casas y departamentos, que se levantarán entre 2019 y 2021 y que requerirán de infraestructura vial adecuada.
La planificación para enfrentar el mega problema existe, pero se trata de obras complejas y que requieren altas inversiones, de modo que se concretarán en el mediano y largo plazo, o sea nunca antes de 5 años, y siempre dependiendo de la billetera fiscal y la priorización de recursos que se haga desde el nivel central, lo que históricamente no ha favorecido a la ciudad, pero que está cambiando con su nueva condición de capital regional.
De lo que no hay duda es que el evidente colapso de Parque Lantaño -y de otros sectores de Chillán- exige redoblar los esfuerzos por sacar adelante la batería de soluciones que están proyectadas, con mayor compromiso y proactividad de los diferentes actores políticos para conseguir las inversiones públicas que se requieren, como también severidad para efectivamente exigir a los nuevos proyectos inmobiliarios obras de conectividad, estacionamientos y calles.
En síntesis, mientras no haya una firme decisión política para encarar el grave déficit de vialidad, los chillanejos de Parque Lantaño y del resto de la ciudad, seguiremos alimentando la penosa pérdida diaria de calidad de vida, haciendo de la paciencia como la virtud más ejercitada para vivir en una ciudad que aún está a tiempo de corregir sus deficiencias, sin hipotecar la calidad de vida de las futuras generaciones.