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Credenciales democráticas
Señor Director:
A 51 años del golpe de estado ocurrido el 11 de septiembre de 1973 y a 34 años del retorno a la democracia, Chile se encuentra sin duda en su peor momento político. Casos de corrupción en el poder judicial, en la clase política, una economía estancada y a veces decreciente, delincuencia desatada y para más remate, una gran polarización política. Es este último punto es una de las causas por las que nuestra república se encuentra en un estado débil, pues pese a que los tiempos de la guerra fría quedaron en el pasado, algunos se niegan a dejar de apoyar esas ideas genocidas que promovieron el asesinato de millones de personas en Europa y el mundo.
En línea con lo anterior, mucho se ha hablado del negacionismo que existe dentro de la derecha chilena, pues muchas figuras políticas actuales defendieron a capa y espada la dictadura ocurrida entre los 70 y 90. Sin embargo, no debemos olvidar que hoy existen partidos políticos que siguen validando la vía armada como medio de acción política, tanto así que mientras exigen reparación por el pasado en nuestro país, justifican las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Venezuela, incluso después de ver las claras violaciones a los Derechos Humanos ocurridos en dichos territorios.
Como ciudadanos, debemos exigir con fervor que nuestras autoridades demuestren sus credenciales democráticas por convicción y no por aprovechamiento político, sobre todo para defender el mayor de nuestros derechos que es la libertad, sin la cual el ser humano no es nada. Nuestros gobernantes tienen el deber moral de condenar tajantemente todo régimen que transgreda la esencia de las personas y su libre albedrío, ya sea aquí en Chile o en cualquier lugar del mundo.
Tomás Ojeda Aravena
Fundación para el Progreso