La sexta versión del Informe Anual de Estadísticas Regionales del Sector Financiero, que elabora la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), reveló que la cobertura poblacional de deudores del sistema financiero aumentó en todas las regiones en el caso de las personas naturales. Esto contrasta con lo observado en empresas, que registra una disminución generalizada, exceptuando a la región de Ñuble.
Así, mientras en junio de 2022 el número de personas deudoras del sistema financiero por cada 100 mil habitantes en la región de Ñuble, alcanzó a 18.807; en junio del presente año esa tasa llegó a 20.764, mostrando un incremento de 10,4% en 12 meses. El promedio nacional, en tanto, registró una tasa de 48.741 este año, con un alza de 2,0%.
De igual forma, el número de empresas deudoras por cada 100 mil empresas en Ñuble, llegó a 8.322 en junio de 2022 y se incrementó un 6,1% este año, para llegar a 8.833 empresas. El promedio nacional, por el contrario, anotó una baja de 5,1%, para situarse en una tasa de 18.852.
Respecto a la deuda promedio de personas en Ñuble, a junio de 2023 se observó una disminución real de 8,2% en la cartera comercial en 12 meses, la segunda más profunda de las regiones, después de Atacama (-13,9%); mientras que el país promedió una baja de 2,6%. Asimismo, la cartera de consumo anotó una caída de 7,4% en la región, la mayor del país, exhibiendo una contracción promedio de 2,0% a nivel nacional.
Por otra parte, la deuda promedio de vivienda aumentó en 15 regiones; donde las mayores alzas se registraron en Maule (4,6%), Los Ríos (4,5%), Ñuble (4,3%) y Metropolitana (4,3%).
En tanto, para empresas, la deuda promedio aumentó solo en La Araucanía, mientras que el promedio nacional mostró una caída de 10,6%. Las reducciones más fuertes se observaron en Aysén (-24,8%), Los Lagos (-24,5%), Atacama (-18,5%), Los Ríos (-17,8%) y Ñuble (-16,6%).
Endeudamiento
En opinión del director de Desarrollo Económico de la Municipalidad de Chillán, Renato Segura, “lo preocupante no es el endeudamiento en sí, ya que es un proceso normal que viven los hogares frente a la pérdida o disminución del ingreso. Lo que preocupa, es que no se observan medidas de fondo que apunten a reactivar la alicaída economía local. Me da la sensación que las autoridades, más que en la reactivación, están orientando sus esfuerzos a la mitigación del actual escenario de menores ingresos que enfrentan los hogares de Ñuble. Esta actitud profundizará la precariedad del mercado laboral”.
En cuanto al endeudamiento en las empresas de la región, el profesional afirmó que, “si se observa el comportamiento de las empresas en épocas de crisis, es natural que disminuyan su nivel de endeudamiento. Administrar el riesgo o disminuir la presión sobre la demanda de liquidez para financiar los planes de expansión, postergando las inversiones necesarias para períodos con menor nivel de incertidumbre, es lo usual que explica dicho comportamiento. Las empresas de Ñuble están enfrentando un problema serio de liquidez debido a que ha disminuido la actividad económica en su entorno. Los costos fijos comienzan a tener mayor incidencia en el margen operacional. La pérdida de eficiencia y la menor competitividad les va a generar un serio problema para enfrentar un mercado con precios más bajos. En mi opinión, la inactividad de la política pública regional en materia de actividad económica, está marcando el futuro de una región con menos oportunidades y más pobre”.
Consultado por los factores, Renato Segura apuntó al ciclo económico, pero añadió que “también influye que siendo la agricultura la principal actividad económica de los hogares de la región, mantiene un estatus fiscal de zona de rezago (privilegia las transferencias sociales) con un bajísimo nivel de incentivos para atraer inversiones del sector privado. Es decir, estimular la actividad económica focalizando los esfuerzos públicos y privados en sectores de la economía con alto potencial de crecimiento, no es una materia prioritaria, al menos es lo que refleja el presupuesto público regional para el año 2024”.
En esa línea, el director de la Didepro de la Municipalidad de Chillán planteó que, “el principal efecto seguirá estando concentrado en una caída del consumo privado. El comercio, la construcción y los servicios, sentirán con mayor fuerza la menor liquidez de los hogares. Recordemos que el endeudamiento significa, comprometer ingresos futuros. En muchos de los hogares, el endeudamiento se ha orientado a gasto y, en menor medida, a inversión (ahorro). Esto significa un panorama sombrío en el ingreso disponible de los hogares, generando una ralentización de todos aquellos sectores económicos que dependen de la liquidez para financiar el consumo privado, principal fuente de crecimiento económico”.
Empresas en problemas
Juan Ramírez, vicepresidente de la Corporación de Adelanto y Desarrollo de Ñuble (CorÑuble) y contador de empresas de la región, manifestó que, “no es una señal buena”.
El profesional aludió a las inversiones que se concretaron en el sector inmobiliario. “Evidentemente, esto se frenó porque las tasas de interés subieron y también se restringieron los créditos. Entonces, está un poquito más contraída la inversión inmobiliaria, pero yo diría que, en términos generales, hay un estancamiento producto que nuestra zona y lo digo con mucho conocimiento, con clientes que manejan la agroindustria, que son nuestro rubro productivo más importante de la región, fueron a hacer contratos al exterior y no volvieron con esos contratos mágicos que llegaban hace dos años. ¿Qué pasó? Que la cantidad de personas que se contrataban, que en una empresa eran 600, esta temporada van a ser 400; entonces, disminuyó también la persona del nivel básico, en una agroindustria donde trabajaba en la temporada y con eso se aseguraba el vivir todo un año, trabajando cuatro o cinco meses, ya con eso, ellos aseguraban su vivir”, explicó.
El dirigente apuntó al ciclo económico como principal factor del frenazo local e hizo un recorrido por los problemas que enfrentan los principales rubros de la región, como el agro, la agroindustria, el forestal, la construcción y el comercio.
En ese sentido, planteó que “el endeudamiento está por una necesidad más de sobrevivir que de inversión. La gente está viendo que no tiene el trabajo que tuvo el año anterior y recurre obviamente a las casas comerciales, fundamentalmente al retail, a pedir dinero”.
En el caso de las empresas, manifestó que “también sucede lo mismo, porque, en el fondo, hoy día no se está solicitando capital de trabajo para invertir, sino que se están solicitando estos créditos solamente para hacer mantención y mantenerse en el nivel que estaban, pero no para crecer, de ninguna manera”.
Por ello, advirtió que, “lo primero que impacta es en la mano de obra, o sea, ahora empezamos a tener una cesantía que seguramente vamos a llegar sobre los dos dígitos en dos meses más, porque estamos en plena temporada de cosecha de la agroindustria, que es relevante”.
Consultado respecto de la recuperación, Ramírez expresó que “va a ser lenta. Yo creo que no vamos a tener novedades hasta el próximo semestre, en junio, por ahí podríamos tener algo más interesante en la medida que tengamos tasas de interés distintas a las que tenemos y de que quienes exportan hagan un nuevo cierre con nuevos negocios en el extranjero”, al tiempo que recordó que el escenario externo está complicado.
Reprogramaciones en niveles normales
Por su parte, Nelson Barra, subgerente regional de BancoEstado Microempresas, aclaró que el endeudamiento a nivel de personas y de empresas puede tener como destino la inversión, pero también puede ser para consumo o para reprogramar deudas.
“Si están reprogramando, significa que se están endeudando para no quebrar, para no caer en default, y para salvarse de esa quiebra, las empresas van reprogramando. Lo mismo las personas. Por otro lado, si están financiando proyectos, quiere decir que la economía va en alza, que se están atreviendo a invertir, que se están atreviendo a financiar, o no solamente en inversión a largo plazo, sino también invertir en mercadería, en insumos, etc.”, analizó Barra.
El ejecutivo apuntó al ciclo económico como un determinante de los niveles de endeudamiento. “Hoy día, lo bueno es que, aunque sean números del 0,1% o muy bajos (de crecimiento económico), no estamos en una recesión declarada, yo creo que eso es importante. Ahora, la región de Ñuble es muy dependiente de rubros agrícolas y, por ejemplo, los incendios, por un lado, las inundaciones, por otro, el tema de los precios o de demanda internacional de algunos productos, como los arándanos, etc., eso afecta indudablemente a la economía de Ñuble y que depende también de la generación de empleo de esos rubros, sin embargo, el mayor déficit de la región de Ñuble, yo creo que tiene que ver con el tema energético, porque si hoy día se quisieran instalar tres, cuatro o diez empresas grandes, no tiene la capacidad energética para soportar eso y eso es determinante, es de fondo o estructural”, resumió.
En el caso de la cartera de clientes que manejan, el directivo de BancoEstado afirmó que “podría considerarse que se están endeudando, yo creo que, para poder convertir los negocios, para llenar de mercadería, para hacer sistemas más eficientes, eso requiere inversión en proyectos. Pero podrían estar endeudándose para salvarse también, eso se nota si ese nivel de endeudamiento también crece en un porcentaje o los niveles de reprogramación aumentan”, aunque aclaró que, hasta ahora, “son los niveles normales”. Asimismo, puntualizó que las pymes “sí están invirtiendo más y a largo plazo; eso lo hemos notado nosotros”.