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Denuncias, investigaciones previas y antecedentes entregados a la Congregación para la Doctrina de la Fe, además de las carpetas de los miembros de la Iglesia involucrados en ilícitos de abusos sexuales, previos a la entrada en vigencia de la Reforma Procesal Penal, son los que desde septiembre de 2018 están en manos del fiscal jefe de Rancagua, el chillanejo Emiliano Arias.
Incluyendo toda la documentación extraída por orden judicial desde el Obispado de Chillán, uno de los cuatro allanados en Chile.
El proceso siguiente ha sido, al menos en la opinión de los laicos de Chillán, eficiente, y quien ha estado a cargo de estas indagaciones ha sido el fiscal Arias, quien hoy está siendo sometido a una investigación interna, ordenada por el fiscal nacional, Jorge Abbott, y que busca esclarecer sospechas por conductas funcionarias irregulares, en su contra.
Pese a las graves consecuencias que importarían para el fiscal oriundo de Chillán el ser objeto de una investigación en su contra, entre los laicos locales no hay mayor preocupación respecto a la salud de la investigación en contra de la curia local, respecto a los delitos sexuales.
“Es más, nos llegó un comunicado oficial hoy (ayer) en el que ratificaban que él seguirá al mando de estas investigaciones, independiente de la situación que él está viviendo al interior de su propia repartición pública”, afirma Marcial Sánchez, historiador y experto en Iglesia Católica.
Sánchez valoró la ratificación de Arias, “porque junto a su equipo están haciendo un buen trabajo y ha logrado algo que es muy complejo, y es el generar credibilidad en las víctimas, para quienes ha sido muy doloroso todo este proceso, y por supuesto, para ellos no es fácil creer en las instituciones después de todo lo que han pasado”.
Aunque el historiador ratifica no tener antecedentes respecto a posibles presiones de la Iglesia Católica de Chile para que el fiscal Arias abandone las causas, sí plantea que “sería muy lamentable que así ocurriera, porque estaríamos ad portas de algunas situaciones que ya hemos vivido, por ejemplo con algunas personas que han sido víctimas”.
Es el trabajo de un equipo
Una de las historias que han quedado en el inconsciente colectivo es la inexplicable salida del fiscal Arias de investigaciones de grandes grupos de poder, como el de Soquimich.
“Él llevaba una investigación muy bien encabezada, pero repentinamente lo sacaron. Y nunca nadie supo por qué lo sacaron”, advierte Sánchez.
De todas formas, en caso que esta “ratificación” en los casos de abusos pueda tener otro giro a futuro, para los laicos locales, esto no debería entorpecer la investigación al interior del Obispado chillanejo.
Así al menos, lo plantea la abogada de las víctimas en Ñuble, Pilar Gutiérrez, quien dice que la investigación está a cargo de un equipo de fiscales y una posible salida de Arias no debería poner en riesgo el futuro de esta.
“Estamos tranquilo, por supuesto, esperando que las indagaciones internas ordenadas por la Fiscalía Nacional avancen y se resuelvan lo antes posible, pero entendemos también que esto pueda ser un acto mediático para tratar de desacreditar a un fiscal que se ha caracterizado permanente por investigar a los grandes poder como Soquimich, Corpesca o a la Iglesia”, dice la profesional