Conectividad digital en Ñuble

Uno de los aspectos donde se observa con mayor claridad el rezago de infraestructura de Ñuble es la conectividad digital. Este indicador, además, revela la gran brecha de acceso urbano-rural en la región.
Así lo confirmó la segunda versión del Índice de Digitalización Comunal (IDC), elaborado por investigadores del Núcleo Milenio de Desigualdades y Oportunidades Digitales (Nudos), que mide el nivel de inclusión digital en 285 comunas del país.
Según el estudio, cuatro comunas de Ñuble figuran entre las 25 con menor índice de digitalización del país: Ñiquén, en el puesto 280 a nivel nacional, exhibe el menor índice de las 19 comunas medidas en la región. Le siguen San Fabián (275°), Cobquecura (268°) y Ránquil (262°).
Ninguna comuna de Ñuble se ubicó en el top 25 a nivel nacional. Solo una exhibe un IDC Alto (Chillán), mientras que dos comunas se ubican en la categoría Medio Alto; cinco mostraron un IDC Medio Bajo y 11 un nivel Bajo.
Los cambios que introdujo la pandemia en la sociedad, como el teletrabajo, los estudios online y el incremento de las compras por internet, evidenciaron la enorme brecha de conectividad digital en las zonas rurales del país, una situación que se hace mucho más patente en Ñuble, la región con la mayor tasa de ruralidad (31%).
Esta brecha representa un enorme freno al desarrollo de la región, y particularmente de las zonas rurales, al limitar las opciones de aprendizaje, de teletrabajo, de generar oportunidades de negocios, de acceder a telemedicina o sencillamente, de poder realizar trámites. Desde un punto de vista económico, la falta de conectividad hace menos competitivos a las pymes y al capital humano.
En ese contexto es que, desde el estado se han empujado algunos proyectos para facilitar el acceso a internet en zonas rurales, como, por ejemplo, la Fibra Óptica Nacional, una red digital financiada por el estado y ejecutada por privados. Otra iniciativa relevante, aunque ejecutada con retrasos, es el de las contraprestaciones sociales por la adjudicación de la red 5G, que lleva la red 4G a 36 localidades de la región.
A estos esfuerzos se suma el Gobierno Regional, que financia el proyecto Última Milla, mediante el cual se busca llegar con la red a las zonas más apartadas, obras que, por la elevada inversión, no son comercialmente atractivas para las empresas de telecomunicaciones. Precisamente, la semana pasada comenzó la construcción del sistema troncal de fibra óptica, la primera etapa de un proyecto integral que considera un despliegue de 700 kilómetros de fibra óptica, con una inversión de $4.793 millones. Este tramo inicial, que abarcará 15 localidades de 11 comunas, no conecta a los usuarios finales directamente, sino que construye la carretera digital desde la cual las empresas prestadoras de servicios podrán ofrecer conexión a la comunidad.
Si bien se valoran estos esfuerzos públicos y privados por conectar a los ñublensinos, persiste el desafío de aumentar la cobertura de fibra óptica y de la red 5G en la región, particularmente en zonas rurales. Es un imperativo hacerse cargo de esta brecha, no solamente porque es un deber de justicia territorial, sino porque es una herramienta clave para mejorar la calidad de vida y las oportunidades de miles de ñublensinos.