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Debate ha generado el uso de teléfonos celulares por parte de los alumnos de establecimientos educacionales, luego que un recinto de Las Condes prohibiera su manipulación en todos sus cursos.
La medida, implementada por el colegio Wenlock School, se aplicó para alumnos de séptimo básico hasta cuarto medio, quienes deben entregar sus dispositivos a su profesor jefe al comienzo de la jornada escolar para ser guardados en una caja y devueltos al finalizar el horario de clases.
Si bien en Chile no hay legislación que regule el tema, se han presentado iniciativas legales en el Congreso para prohibir su utilización en educación parvularia y básica, sin hasta ahora zanjarse la discusión, por lo que algunos colegios, como el citado, han optado por establecer sus propios protocolos.
La Discusión consultó algunos recintos educativos de Chillán sobre cuál es la postura frente a restringir su uso al interior de las dependencias y cómo están abordando el tema.
Desde el Colegio Creación consideraron pertinente regular el uso del celular en el establecimiento y establecer reglas respecto a su utilización, pero generando previamente las instancias de diálogo con los miembros de la comunidad y los consensos necesarios sobre el tema.
“La regulación debe estar contemplada en el Reglamento Interno de Convivencia Escolar. Este 2024 trabajaremos en eso. Lo anterior, requiere del compromiso y apoyo de toda la comunidad educativa, promoviendo instancias de encuentro que permitan alcanzar acuerdos. A fin de consensuar y definir estrategias de manera participativa, se planificarán conversatorios con los distintos agentes de la comunidad educativa: Consejo Escolar, Centro de Padres y Apoderados, Centros de Estudiantes y Consejo de Profesores, entendiendo que los dispositivos móviles son una herramienta de comunicación tanto entre las familias y los estudiantes, como de los propios docentes y asistentes de la educación con otros actores fuera de la comunidad educativa, por lo que se requiere llegar a acuerdos que enmarquen su uso de manera general, con el objetivo de no afectar las actividades formativas de los estudiantes”, sostuvo la directora del establecimiento, Ivonne Godoy.
Si bien desde el colegio Creación estiman que el teléfono es una herramienta válida de comunicación entre alumnos y apoderados, les preocupa que su manipulación interrumpa procesos formativos y de interacción, ya sea con sus pares o funcionarios de educación, por lo tanto, son partidarios de que se use, pero con limitaciones, es decir, en lugares que no sea la sala ni el recreo.
Según la directora, la idea de regular esta tecnología, busca reducir las distracciones durante las clases, promover una interacción más significativa entre estudiantes y profesores y mitigar riesgos como el ciberacoso o el uso inapropiado de la tecnología, reconociendo asimismo su potencial como herramienta educativa, que permite a los estudiantes acceder a información relevante, personalizando el aprendizaje.
“Es importante encontrar un equilibrio que permita aprovechar los beneficios de la tecnología mientras se abordan las posibles distracciones y desafíos asociados con su uso indebido”, expresó.
Desde el Colegio San Agustín han acordado con su comunidad que sus alumnos no porten teléfono celular u otro dispositivo personal, con el fin de favorecer los procesos creativos y las relaciones interpersonales.
“Buscamos cuidar a nuestros niños, que vivan cada etapa de su desarrollo, que jueguen y se desenvuelvan al aire libre. Es por esto que animamos a nuestras familias y niños a explorar opciones que no impliquen el uso de tecnología para fomentar la creatividad y la interacción directa, lo que conlleva que no pueden traer celular ni aparatos tecnológicos al colegio. Está comprobado científicamente el daño que provoca a nivel cerebral la exposición a pantallas, especialmente en los primeros años de vida”, explicó la directora del establecimiento Verónica Simpson.
“Los padres saben que sus hijos están a resguardos y bien cuidados en el colegio y que frente a cualquier situación nos comunicaremos con ellos, sin necesidad de que ellos y sus hijos requieran, por ejemplo, el uso de un teléfono celular para llamarlos”, añadió.
Ante la posibilidad de que se proponga una regulación a nivel general sobre el tema, la profesional señaló que “sería ideal no caer en la legalización de todo, pero para que eso no ocurra es necesario un trabajo entre todos los actores involucrados, para crear consciencia, por convencimiento de un daño, no porque la ley me castigará si no lo hago o me lo prohibirá. Porque si se legisla para prohibir el uso de esta tecnología dentro del colegio y los papás se la facilitan al salir del colegio, no tiene sentido”.
Uso pedagógico
El Instituto Santa María de Chillán se ha propuesto este año avanzar en la regulación de dispositivos tecnológicos como celulares o tablets, considerando que si se va hacer uso de algún dispositivo, siempre sea con una finalidad pedagógica.
“Somos más proclives a la regulación del uso del celular que a la prohibición; perseguimos que nuestros estudiantes mayores de 15 años (tercer ciclo), puedan hacer uso del celular en clases donde se haya explicitado como estrategia, aprobado por el Equipo Pedagógico. Por ejemplo, la aplicación Kahoot. Por lo tanto, su empleo en aula debe estar visado por la unidad técnica pedagógica o los jefes de departamento. Nuestra mirada tiene más que ver con que nuestros docentes sean mediadores tecnológicos, porque si el estudiante emplea el celular solo para navegar o jugar sin un fin educativo, nosotros lo invitaremos a que lo guarde, porque nuestro Reglamento Interno considera esta situación como una falta”, detalló el director Cristian Flores Escalona.
Consideran que todos establecimientos deben regular el uso de los dispositivo tecnológicos, ya que un uso indebido genera que los estudiantes se distraigan y no logren concentrarse en el proceso de aprender.
“Todos los estudios apuntan a que usar dispositivos sin propósitos pedagógicos termina afectando el rendimiento de los estudiantes. Asimismo, el uso de celulares en recreos u horarios de almuerzo son regulados, puesto que buscamos que los estudiantes en estos espacios puedan comunicarse o dialogar con sus pares y en este sentido hemos pedido a las familias también apoyo para alcanzar este propósito”, dijo.
El director del Instituto Santa María sostuvo que el propósito es conseguir que los jóvenes desarrollen el uso de las tecnologías como herramientas del bien y no como algo que genere daño o los aleje de su realidad. “Si logramos que nuestros estudiantes comprendan que la conversación, el diálogo y la comunicación abierta con sus pares, padres, profesores y asistentes de la educación es enriquecedora, y que es el camino para que puedan crecer como seres humanos preocupados y atentos de los otros, será un objetivo logrado” añadió.
En tanto, la directora del Colegio Antamaro, María Daniela Ortega, señaló que desde hace varios años el Reglamento Interno prohíbe el uso del celular. Sin embargo, existen situaciones en la que los alumnos pueden hacer uso de estos dispositivos.
“Por la metodología de aprendizaje que tenemos, los niños deben andar con sus teléfonos, los que tienen, por un tema de investigación del Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), porque hay un proceso del proyecto que tienen que investigar y como no hay computadores andan con el celular, pero es según la planificación del profesor”, dijo.
Explicó que los alumnos deben guardar y silenciar los móviles. Pueden hacer uso de ellos al finalizar la jornada escolar. “Hay niños que de repente van pasando por el pastillo y sacan el celular, pero lo esconden inmediatamente porque saben que se les quita el celular y lo tienen que retirar después. No hacemos como otros colegios que tienen cajas fuertes, como en un colegio del sur, tampoco tenemos la cajita delante que lo dejan con el profesor, sino que se les pide que lo guarden y lo dejan en silencio. Hay niños que lo apagan y saben que lo deben encender a la 1:00 porque lo ocupan para comunicarse con los papás para el tema del retiro, quién los va a buscar cuando salen, etc”, detalló Ortega.
La directora expuso que los celulares pueden ser una herramienta pedagógica si se utilizan de buena manera, de lo contario funcionan como distracción en las clases “porque están pendientes de las notificaciones, se ponen a grabar historias que no corresponden en el recreo, de repente cuando pasa algo y graban historias pueden perjudicar la convivencia escolar de los estudiantes. A mi parecer, no es recomendable usarlo en la hora de clase, para nada”, recalcó la directora del Colegio Antamaro.
Texto: S. Núñez / A. Meleán