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Cerámica y porcelanato: ¿Cuáles son las diferencias y cuál usar en el hogar?

Al momento de remodelar el hogar, elegir el revestimiento adecuado es clave para lograr un buen resultado. Hoy en día, muchas personas están optando por la cerámica para muro, ya que ofrece una amplia variedad de diseños, es fácil de instalar y es duradera. En esta línea, otros materiales similares a la cerámica también han ganado popularidad en el área de decoración de hogar, como el porcelanato.

¿Cerámica o porcelanato?

Los pisos de porcelanato, en ese sentido, destacan por su durabilidad y baja absorción de agua, lo que los hace ideales para espacios húmedos. Su proceso de fabricación a altas temperaturas los hace más compactos y resistentes que la cerámica. Además, su apariencia suele imitar materiales como mármol o madera con gran realismo.

Una de las principales diferencias entre ambos materiales es su nivel de absorción. La cerámica tiene una porosidad mayor, por lo que es más propensa a absorber humedad. Por esta razón, se recomienda para muros o zonas de bajo tránsito, mientras que el porcelanato es más adecuado para pisos y áreas de alto tráfico.

En términos de resistencia, el porcelanato es superior. Su densidad y dureza le permiten soportar golpes y rayaduras con mayor facilidad. Esto lo convierte en una excelente opción para cocinas, baños y exteriores, donde el desgaste suele ser mayor con el tiempo. La cerámica, por otro lado, es más accesible en precio y fácil de instalar. Sus piezas suelen ser más ligeras y permiten una colocación rápida sin necesidad de herramientas especializadas. Esto la hace una alternativa práctica para quienes buscan renovar espacios sin una gran inversión.

Otra diferencia importante está en los acabados. Mientras que la cerámica ofrece una amplia gama de colores y texturas, el porcelanato se destaca por su apariencia más sofisticada y acabados brillantes o mate. Su superficie uniforme le da un aspecto moderno y elegante a cualquier ambiente.

En cuanto al mantenimiento, el porcelanato es más fácil de limpiar debido a su baja porosidad. No absorbe manchas ni humedad con facilidad, lo que lo hace ideal para hogares con niños o mascotas. La cerámica, aunque también es de fácil limpieza, puede requerir más cuidados en áreas expuestas a la humedad.

Volviendo al factor económico, la cerámica suele ser menos costosa, lo que la hace accesible para diferentes presupuestos y puede permitir cubrir mayores superficies por un precio más económico. El porcelanato, aunque es más costoso, ofrece mayor durabilidad y resistencia, lo que a largo plazo puede significar una inversión más rentable si lo que se busca es una superficie que se resista alto tráfico y/o amplia durabilidad.

Al elegir entre ambos materiales, es fundamental considerar el uso del espacio. Para zonas de alto tránsito o expuestas a la humedad, el porcelanato es la mejor opción. En cambio, para paredes, habitaciones o lugares de menor uso, la cerámica cumple su función sin inconvenientes. También es posible combinar ambos materiales en una misma remodelación. Por ejemplo, adoptar pisos de porcelanato y cerámica para muro puede equilibrar diseño y presupuesto. De esta manera, se obtiene un resultado funcional y estéticamente armonioso.

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