Candidatura de Francesca Muñoz genera tensiones en la Nueva Derecha por posible dispersión del voto

La irrupción de Francesca Muñoz como candidata Presidencial del Partido Social Cristiano (PSC) ha generado diversas reacciones en Ñuble dentro del pacto Nueva Derecha para Chile, conformado también por el Partido Republicano y el Partido Nacional Libertario.
Mientras algunos valoran la posibilidad de captar electores desencantados de la derecha tradicional, otros advierten que su postulación podría fragmentar el voto opositor, beneficiando indirectamente a la abanderada de Chile Vamos, Evelyn Matthei.
Así, en Ñuble, el lanzamiento de Muñoz como candidata Presidencial -que ocurrirá este fin de semana, en Chillán- no solo pone a prueba la cohesión interna del pacto Nueva Derecha para Chile, sino que reabre un debate sobre la conveniencia de priorizar identidades partidarias o fortalecer candidaturas con mayor viabilidad electoral.
Mientras la centroizquierda observa con atención, la derecha enfrenta un dilema estratégico que podría definir su rendimiento tanto en la primera vuelta como en las parlamentarias.
Electorado “huérfano”
La diputada por Ñuble y presidenta nacional del PSC, Sara Concha, destacó la candidatura de Muñoz como una señal positiva para representar a un electorado que hoy se siente huérfano dentro de la oferta política de la derecha tradicional.
“La candidatura de Francesca Muñoz yo creo que es algo positivo, porque representa en parte un poco a aquel electorado que hoy día está decepcionado de la derecha tradicional, y que hoy día se ve reflejado también en el Partido Social Cristiano y lo que éste representa”, sostuvo Concha.
A su juicio, el desafío está en canalizar ese electorado y obtener resultados positivos en primera vuelta. No obstante, fue clara en asegurar que “quien pase a la segunda vuelta de los candidatos de la oposición o de la derecha, nosotros nos vamos a cuadrar con ese candidato y lo vamos a apoyar como corresponde”.
En la misma línea de respeto institucional, el presidente regional del Partido Republicano, Jorge Luis Sánchez, resaltó la autonomía de los partidos para llevar sus propias cartas a la Presidencial.
“Los republicanos respetamos profundamente las decisiones que tomen los distintos partidos en el marco de su propia institucionalidad. Al igual que nosotros, el Partido Social Cristiano tiene absolutamente todo el derecho de llevar candidatos a la primera vuelta Presidencial”, afirmó.
Para Sánchez, la existencia de una candidatura propia del PSC no afecta el trabajo conjunto que se ha realizado dentro del pacto.
“Es una gran lista única entre los tres partidos (…) La idea es llevar una lista potente, buena, para las elecciones parlamentarias también, eso está claro”, añadió.
“Ni diazepames ni parches curita”
La postura más crítica del sector provino del coordinador regional del Partido Nacional Libertario, Freddy Blanc. A su juicio, el impacto electoral de la candidatura de Muñoz es limitado y podría incluso perjudicar al bloque.
“En lo personal, estimo que es extremadamente relativo (…) El Partido Social Cristiano no cuenta con una masa de votantes que permita pensar en un respaldo sólido a su candidatura”, afirmó.
Blanc recordó que en las últimas elecciones, el PSC obtuvo entre un 3 y un 4 por ciento, salvo en comunas específicas como Concepción. Además, cuestionó la afinidad política real del electorado evangélico que representa el partido.
“La dispersión de votos no es una probabilidad, sino más bien una realidad, ya que en el mundo evangélico existe mucha afinidad con sectores de izquierda moderada, como el Partido Socialista o el PPD”, advirtió.
Blanc también apuntó a la desconexión entre la propuesta del PSC y las prioridades políticas más amplias del bloque.
“El Partido Social Cristiano sigue doctrinas muy ligadas a su propia realidad, es decir, la valórica desde el punto de vista religioso-evangélico (…) Y no necesariamente a lo político o económico”, expresó.
Para el dirigente libertario, en la carrera presidencial actual prima más el discurso que el contenido programático.
“El país no está para diazepames o parches curita. No se trata de ser duros, sino de ser claros, cortos y firmes”, sentenció.