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Cambio climático

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Independiente de las medidas que se tomen para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero una vez superada la pandemia del coronavirus, lo verdaderamente urgente es implementar acciones en la agricultura, tendientes a adaptarse al cambio climático que ya es una realidad.

En Ñuble, existe preocupación por el tema tanto a nivel gubernamental, como en la academia y en el sector privado, puesto que la información científica disponible demuestra que los cambios ya han comenzado a producirse y se intensificarán en un horizonte no muy lejano. Basta recorrer los campos de la región para constatar que fenómenos como la disminución de las precipitaciones, el aumento de las temperaturas promedio, la disminución de las horas frío y la menor disponibilidad de agua en embalses, nieve y acuíferos subterráneos.

Frente a esta situación, conviene entender que las modelaciones disponibles actualmente muestran más de un escenario posible, aunque existe cierto consenso en que los cambios más notorios serán la escasez de agua, el aumento de las temperaturas y la disminución de las horas de frío.

La semana pasada se conoció el llamado Atlas de Riesgo Climático, donde se analizan los efectos de emisiones de gases de efecto invernadero. Los escenarios posibles, según estimaciones expresadas en el informe, se manifestarán con mayor fuerza durante el período 2035-2065. Según el documento, se esperan mayor número de eventos de las llamadas olas de calor, las que ocurrirán en especial en la zona centro norte, entre Coquimbo y Ñuble, en los valles interiores y sectores precordilleranos. Adicionalmente, se prevé un alza en la frecuencia de incendios forestales, sequías y reducción de precipitaciones, que afectará la zona centro-sur, desde la Región Metropolitana a La Araucanía, con su centro en el Maule y Ñuble. 

Lo anterior también obligará a revisar los rendimientos de algunos cultivos, y la oportunidad de incorporar otros nuevos, puesto que las condiciones agrometeorológicas de esta zona se asemejarán más a las del centro-norte del país. Para mitigar el impacto, será necesario, entonces, implementar políticas macro y mejorar procedimientos en lo micro, como por ejemplo, construir embalses e infiltrar acuíferos subterráneos, así como mejorar la eficiencia en los sistemas de riego.

Por otro lado, es menester que se avance en la investigación aplicada en cuanto a mejoramiento genético de especies, de manera de hacerlas más resistentes a las futuras condiciones climáticas, así como también al surgimiento de plagas asociadas al cambio climático.

Pero la adaptación también tiene una mirada económica y cultural, que pasa por comprender que algunos cultivos no tendrán los mismos rendimientos que en el presente, e incluso podrían resultar inviables para los productores.

El cambio climático también representa una interesante oportunidad para el agro local, ya que se podrán incorporar nuevos cultivos o extender algunos que hoy están confinados a zonas específicas, donde hoy se proyectan obras de riego y nuevos cultivos.

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